tag:blogger.com,1999:blog-40119640228731626252024-03-08T20:27:45.695-05:00Videosadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.comBlogger134125truetag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-66069355899902260812011-12-07T12:53:00.001-05:002011-12-07T12:53:25.476-05:00hoy follamos en casa<iframe src="http://flashservice.xvideos.com/embedframe/898620" frameborder=0 width=610 height=450 scrolling=no></iframe>administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-29646089537319721292011-12-07T12:50:00.001-05:002011-12-07T12:50:56.191-05:00que rica putita<object type="application/x-shockwave-flash" data="http://cdn1.static.pornhub.phncdn.com/flash/embed_player.swf" width="610" height="450"><param name="movie" value="http://cdn1.static.pornhub.phncdn.com/flash/embed_player.swf" /><param name="bgColor" value="#000000" /><param name="allowfullscreen" value="true" /><param name="allowScriptAccess" value="always" /><param name="FlashVars" value="options=http://www.pornhub.com/embed_player.php?id=235647"/></object>administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-69028114762862611332011-12-07T12:12:00.001-05:002011-12-07T12:12:11.030-05:00Ritual de MasturbaciónTengo el brasier a medio caer, rebosan mis pechos grandes y se desabrigan mis pezones, la bombacha despernancada realza mi cuerpo que sin tener medidas perfectas mantiene esa forma de venus que da la cintura estrecha y las caderas salientes, con un vientre casi plano, como una sábana extendida que termina en un pubis desértico de vellos. Dibuja también la silueta de mis lomas traseras, sostenidas por un par de muslos fuertes que protegen la estrechez de un sexo que no ha parido hijos pese a sus 33. Me miro detenidamente, una cabellera rizada, larga y oscura da marco a un rostro que sin tener rasgos especiales forma un cuadro armonioso, ojos cafés, piel dorada, como suele ser una mestiza amazona.<br />
<br />
La sangre ardiente de mujer selvática despierta mi erotismo, tengo ganas de tocarme a mi antojo, seducirme, como si yo fuera el amante insaciable a quien quisiera calentar...<br />
<br />
No he quitado la vista de mi espejo, me acerco, y un poco fetichista, extiendo mi lengua hacia él, dejo que mi humedad lo empañe, la muevo sinuosa disfrutando de una felación imaginaria, lengüeteando, lamiendo, dejando la huella de mis deseos sobre su piel de cristal, mis manos dibujan las formas de mi silueta, agarro la imagen de mis pechos perdida en él, buscando placer y a pesar de solo sentir el frio de su cuerpo cristalino, tiemblo de ganas, acerco mis pechos desnudos y mis pezones impactan contra aquel vidrio que me acaricia. Como quisiera meterme en él, fundirme con la imagen sensual que el espejo me devuelve…definitivamente soy algo fetichista y me excita mirarme semidesnuda.<br />
<br />
Me regalo una caricia desde la nuca hacia mis hombros, bordeo la ruta de mis pechos, los miro enamorada, y eso basta para que desvergonzadamente se disparen, maliciosa lamo mi índice y aplico él bálsamo de mi saliva para calmarlos, pero solo consigo que despierten más. Dejándolos sufrir un poco giro mi cuerpo, devoro el perfil de mi trasero premiándole con un dulce mimo que se deforma en una caricia morbosa.<br />
<br />
Flexiono mis rodillas expulsando el cuerpo hacia atrás como una felina que se acomoda para ser cogida, mientras mi rostro se desfigura en gestos que simulan una profunda penetración. Trepo una pierna hacia una silla ubicada estratégicamente, y vuelvo la vista hacia el espejo, mi cabello cubre mi espalda y a la vez deja entrever la forma redondeada de mis caderas, y la rebosante carne de mis glúteos, no miento, se me enerva la piel de ganas y me estremezco con algo parecido a la sensación de tener a un hombre, besando bajo mi cintura, succionando aquel punto prohibido que me hace gemir como una putita desvergonzada que suplica por mas.<br />
<br />
Acalorada dejo caer la bombacha, me siento de lado, haciendo que mi cadera exagere su forma curveada, con ansias de ver más, extendiendo mi pierna hacia arriba regalándome la visión lasciva de una tanguita perdida en la línea de mi sexo, ahhh que placer me produce cuando con saña tiro de ella ahorcándomela, imagino una lengua apagando mi fuego, buscando cobijo en mis grutas e inevitablemente la telita suave del encaje toma el tono inconfundible de la humedad.<br />
<br />
Cambio de posición, extiendo mi torso hacia atrás, y con suaves caricias alegro mis pechos, mi abdomen, mi vientre, flexiono mis piernas prodigándome más gozo. Desde los tobillos subo por la parte interna de mis muslos, hasta separar mis ingles, abriéndome entera, mis ojos se clavan en aquellos labios sonrosados que escapando de la tanga imploran por un par de dedos morbosos caminando entre ellos, pero no, aún no es tiempo de rozar mi flor, no es tiempo, pero al menos dejo que mi dedo corazón valorice mi humedad, que ya está a punto.<br />
<br />
Despierta mi codicia de mirar mi sexo desde otro enfoque, me pongo en cuatro, mis muslos asemejan ser torres que en medio de su ser tiene una gema incrustada, mas bien dos gemas que ansían ser profanadas por mis propios ojos, por mis propios dedos, por mis propios labios, pero no, odiosamente mis labios no podrían regalarme ese milagro…hago a un lado mi interior, el liquido de mi sexo resbala, y como no podría dejar de beber el agua de mi fuente, con dos dedos en forma de cuchara calmo mi sed.<br />
<br />
Ya estoy caliente sin duda, mis caderas se agitan, mi sexo pide batalla, la sangre se marca en mis mejillas, y en la transpiración que empiezo a sentir en medio de mis pechos, los junto, paso mi lengua por mis labios, la extiendo para alcanzar aunque sea un milímetro de la piel de mi pecho, no alcanzo, así que sentándome como una diosa, levanto mi sagrada mama y logro que mi lengua roce mis botones y mis labios los atrapen. Qué placer!! felices las que logramos hacerlo!!<br />
<br />
Ya nada me frena, recibo de mi misma una ofrenda de caricias que va desde suaves masajes hasta pellizcos apretados, qué más da, si estoy como un animal alebrestado. Separo mis piernas, agacho mi rostro, el perfume que sale de entre mis muslo me excita es un aroma suave a hembra calenturienta, me derrito por tocarme pero no me doy gusto, tengo que esperar hasta matarme de ganas. Retiro la tanguita y con desesperación la percibo, aspiro profundamente llenándome hasta el alma de mi olor carnal, socarrona, me la paso por el cuello, por los pechos por los muslos, … huelo más que nunca a zorra,… una zorra solitaria, que gime y se araña de ganas.<br />
<br />
El ritual de calentamiento se ha cumplido, y ahora mi cuerpo clama por el desenlace.<br />
<br />
Con locura estrello mi ropa contra el espejo, y me toco, me toco con desesperación, llevo mis manos a mis senos que ansiosos han esperado por las caricias de quien sabe amarlos, los aprieto dejando las huellas de mis dedos sobre ellos, relajo… masajeo… aplasto… mojo…. atornillo… estiro…. les gusta, claro que les gusta, si se erectan exigiendo más, les propicio de nuevas caricias y del placer de ser bañados por mi tibia humedad. Bajo hacia mi vientre deslizando mis manos hasta llegar a mi pubis, subo y me desvío hacia los confines de mis caderas que ansiosas no paran de oscilar, el momento sublime ha llegado, basta de caricias, al fin la flor va a ser profanada…<br />
<br />
Mi cuerpo entero conspira en la búsqueda de placer, viajan mis dedos deleitándose en la humedad de mis labios inquietos que desean ser catados como si fueran un buen vino; los extiendo, los separo, deslizo un dedo hacia el interior, otro dedo mas, los muevo pretendiendo nadar en mis profundidades. Qué delicia estoy siendo ensartada por mis propias armas sin la menor piedad, un par de minutos dando batalla, y la guerrera amazona sucumbe ante la mortal herida provocada en medio de sus muslos, gimoteo, gruño, me contraigo presa de un orgasmo intenso que me hace arquear la espalda y gemir de gusto.<br />
<br />
Aún disfrutando de las palpitaciones en mi sexo, exploro mi clítoris para alargar el placer, lo acaricio, lo muevo de un lado hacia el otro, masajeo circularmente, horizontalmente que es como más me gusta, he esperado tanto por tocarme que mi cuerpo no necesita mucho para correrse otra vez, quizá no es un segundo orgasmo tal vez es solo uno largo e intenso, que fluye desde mi clítoris hasta perderse en el horizonte de mi culito, mientras mi pobre vagina, se contrae al ser corchada por mis implacables dedos. Gimo a rabiar.<br />
<br />
El goce de mi masturbación, solo es comparable, al placer que me produce el mirarme frente al espejo con el rostro de satisfacción, los ojos perdidos, los maxilares apretados, el cabello cayendo en mi cara, el sudor bajando por mis senos, mis muslos abiertos, mi flor gozosa, mis ingles bañadas, y mi silla, mi silla totalmente mojada…<br />
<br />
Algo recuperada, me arrodillo frente a mi silla, la acaricio con ternura, con el mismo amor que suelo tener por mi espejo, me inclino sobre ella, lamo su humedad y la seco con mis labios, ya está, ya está lista para un nuevo encuentro...administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-19798942037924910262011-12-07T12:11:00.003-05:002011-12-07T12:11:34.817-05:00Dejando entrar a la leona 1Alba estaba sola en casa, tenia como planes ir a eurodisney con su marido y sus hijos, pero surgió un trabajo de ultima hora y no pudo ir, mientras estaba concentrada en su trabajo, sonó el timbre.<br />
<br />
Ella fue y abrió la puerta, nadie, solo un paquete.<br />
<br />
No habia remitente, no habia direccion, nada, un paquete blanco, con curiosidad lo abrió.<br />
<br />
Su corazon se aceleró al ver el contenido, sales y perfumes de baño, productos de belleza y sobretodo collares hechos de diamantes.<br />
<br />
Collares de tobillo, de cuello, de cintura, cogió unos cuantos y los olió.<br />
<br />
Alba temblaba, sabia quien los envió, pero…<br />
<br />
Sabia lo que le hizo a su marido.<br />
<br />
Tapó la caja con fuerza, como si con ello pudiera hacer desaparecer el asunto, pero sabia la verdad, ella viene, ella viene a reclamar su gacela.<br />
<br />
Habia una fecha y una hora, era para esta misma noche y la nota meperteneces.<br />
<br />
Alba empezó a llamar a su trabajo, diciendo que hoy y mañana faltaria y luego se puso frente al espejo.<br />
<br />
Una vez allí, se despojó de sus ropas.<br />
<br />
Sus largos cabellos habian crecido de nuevo, llegaban hasta su cintura, tocó sus pechos y los apretó, no le salian leche y su vello vaginal tenia forma de corazón.<br />
<br />
Cogió la navaja de afeitar de su marido.<br />
<br />
-perdoname esposo.<br />
<br />
La navaja cortó quitando la forma de corazon de Alba, dando lugar a un relampago.<br />
<br />
Cuando terminó, paso locion de afeitado por su intimidad, se miró a si misma, seguia siendo atractiva a pesar de parir dos veces, pero también sentia que traicionaba a su marido.<br />
<br />
Cayó de rodillas mientras se tapaba el rostro con las manos y se echó a llorar, sentia deseo, pero tambien culpa.<br />
<br />
Se vistió y fue a comprar, bogabante, ostras, jamon serrano, vino y champagne.<br />
<br />
Cuando fue a la carniceria, preguntó de forma inconsciente si tenian carne de serpiente, el carnicero la miró curioso, Alba, avergonzada, pidió jamon serrano.<br />
<br />
Tras la compra , preparó una buena comida que consumio en soledad, pero los pensamientos la tomaron, le pareció ver a Gainsborough delante de ella.<br />
<br />
-subete a la mesa, garcela mia.<br />
<br />
Alba obedeció, se subio en ella.<br />
<br />
-baila, despojate de tus ropas – decia Jane con una sonrisa.<br />
<br />
Y asi hizo, mientras bailaba, se despojó de su elegante chaleco que cayó suavemente, luego, con ritmo y apretando sus pechos con sus brazos, se despojo de los botones, uno a uno, sentia que le faltaba el valor para hacerlo, pero se despojó de la camisa, mostrando un hermoso sujetador que contenia sus suaves pechos.<br />
<br />
Su falda, una falda larga, se desabrochó, descubriendo sus sedosas y largas piernas, protegiendo el tesoro que muchos hombres anelan, habian unas bragas de encaje.<br />
<br />
Gainsborough se relamia los labios mientras ordenaba a Alba que se tumbara.<br />
<br />
Y asi hizo.<br />
<br />
Sentia que Jane se ponia sobre ella, el olor de Gainsborough, como el de un depredador hambriento invadia su ser.<br />
<br />
Miedo y deseo eran uno en Alba.<br />
<br />
Gainsborough usó sus dientes y arrancó el sujetador de Alba, agarró los pechos de la casada con decision, pero con suavidad, como una mujer sabe hacerlo.<br />
<br />
Luego arrancó las bragas con la boca, Alba podia oir la excitada respiracion de Jane a pesar de su propia respiracion llena de deseo, notó como devoraba su almeja, sus manos agarraban la mesa conteniendo el deseo hasta que el orgasmo la invadió tras un largo rato siendo saboreada.<br />
<br />
Jane, cogió los espaguetti bolognesa que comia Alba y los restregó por todo su cuerpo, puso la mayoria en la boca de Alba, entonces Jane juntó los labios con los de la casada y comieron esos espaguetti que tenia Alba en la boca.<br />
<br />
Cuando ya no habian, sus lenguas se entrelazaron hambrientas de deseo, Alba quiso abrazar a Jane, pero solo pudo anbrazarse a si misma, entonces abrió los ojos.<br />
<br />
Todo fue su imaginacion.<br />
<br />
Se sorprendio al verse solo vestida con la comida que habia preparado para si, se tapó avergonzada, pero timidamente se lamió los pechos, luego los pezones, cogia los restos de comida de su cuerpo y los llevaba en la boca.<br />
<br />
Tras terminar de comer se duchó, su cerebro le atormentaba recordandole lo que le paso hace un momento, estaba claro que deseaba a Jane, pero ¿y su marido? ¿y sus niños? La vida de Jane era peligrosa, no queria poner en peligro a sus retoños.<br />
<br />
Empezó a llorar, estaba confundida ¿Qué podia hacer?<br />
<br />
Fue a la cama a hacer la siesta, queria estar llena de energia y mantenerse bonita para ella, se puso cremas enbellezedoras e hidratantes y se sumió en el sueño.<br />
<br />
Soñó que era una exploradora de finales del XIX, una exploradora que habian capturado, la tribu con sus lanzas rajaron las ropas de Alba, dejandola solo con su sombrero y sus botas.<br />
<br />
Entonces apareció Jane, con su traje zulú, levantó la barbilla de Alba con la punta de la lanza mientras su mano acariciaba la indefensa concha de la casada, los dientes de Gainsborough mordieron con suavidad los dulces pechos de la europea, dejando pequeñas marcas, apretando y tirando suavemente los pezones con sus incisivos.<br />
<br />
En ese momento, Jane, mordió con fuerza, arrancando carne de los pechos de Alba, saboreando la carne y la sangre de la madre.<br />
<br />
Alba se despertó sobresaltada y pegó un grito al ver una sombra que confundió con Jane, su cuerpo desnudo y sudado estaba intacto.<br />
<br />
Todo era un sueño.<br />
<br />
Pero no podia recibirla asi, tenia que limpiarse, asearse.<br />
<br />
Llenó la bañera con agua caliente mientras sus pensamientos llenaban su cabeza, depositó las sales de baño, dando el baño un olor a rosas.<br />
<br />
Empezó a tocarse los pechos, tal como lo haria Jane, hasta que llegó ella, se mantuvo fiel a su marido, siempre hizo el amor con el.<br />
<br />
Pero ella consiguió romper su fidelidad, ella le arrancó placer, ella la…excitaba.<br />
<br />
Se metió suavemente en la bañera, lavó sus largos cabellos con calma y determinacion, pero cuando se pasaba la esponja por su cuerpo, se imaginaba a Gainsborough tocandola, casi no se atrevia a pasarsela por sus pechos, su concha y su culo, pero lo hizo y cuando lo hizo, se imaginaba que Gainsborough la tocaba de forma sensual, como sus labios succionaban sus pezones, como sus dedos acariciaban su clitoris.<br />
<br />
Pero tambien pensaba en la posibilidad de que ella se sentase a mirar mientras sus guardaespaldas la violaban una y otra vez, dejandola preñada para luego llevarse a su hijo.<br />
<br />
El miedo recorria su cuerpo, no deseaba eso, no deseaba ser una yegua.<br />
<br />
Pero no podia decir no, leyó por internet que el poder de Gainsborough habia crecido, controlaba cualquier cosa del sur y la parte occidental de africa.<br />
<br />
Salió del baño y se secó totalmente, huntando su cuerpo con cremas hidratantes.<br />
<br />
Pero paró asustada, pensó que sus blancas manos eran las negras manos de Gainsborough, agarrando con fuerza sus pechos, sintiendo sus senos de ebano apoyarse a su espalda y sus carnosos labios susurrando lo bonita que es.<br />
<br />
Esas manos apretaron sus pezones, agarraron con fuerza sus pechos.<br />
<br />
¿no te sale leche? Imaginaba Alba lo que le preguntaria Gainsborough.<br />
<br />
Imaginaba la lengua de su peligrosa amante recorriendo su oreja mientras le decia que no importaba, que ella tenia muchos sabores que testar.<br />
<br />
Eso la excitaba, su travieso dedo se movió dentro de ella, imaginaba la nariz de Gainsborough oliendo su sudor.<br />
<br />
En ese momento apretó los dientes presa de un orgasmo cayendo al suelo, jadeó agotada.<br />
<br />
-oh, no, estoy toda sudada, he de volver a bañarme.<br />
<br />
Y asi hizo, aseó su dulce cuerpo mientras luchaba con sus propios instintos.<br />
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Desnuda, preparó el banquete, lo decoró con esquisitez, no dejó nada al azar.<br />
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Solo quedaba el toque final.<br />
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Las pulseras de sus tobillos, los brazaletes de oro con forma de serpiente, el collar de cintura, los pendientes, los anillos de mano y el collar de diamantes que apenas tapaba sus pechos.<br />
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Se arrodilló en el recibidor, dejando la puerta abierta mientras su corazon latia con fuerza.<br />
<br />
El sonido de un coche deteniendose.<br />
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La puerta se abre<br />
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Alba alza la vista.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-91225716246891438842011-12-07T12:10:00.004-05:002011-12-07T12:10:53.470-05:00MasturbarmeSilencio en mi casa. Nocturnidad en el ambiente. Hora de masturbarme.<br />
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Mi sofá… Una chaise long de tapizado elegante con un capitoné que mina un poco la moral, la verdad. Una película porno en el televisor… de esas que te ofrecen gratis en las cadenas mediocres para ganar audiencia en los chat a las tantas de la mañana. Las piernas abiertas y flexionadas, los pies apoyados descalzos sobre la mesa de salón. Una simple camiseta de asillas y unas braguitas de encaje blanco por toda vestimenta, ya que hace calor, o yo lo tengo. En la pantalla del televisor una tía de grandes tetas le hace una mamada a una enorme polla sin rostro. Los grandes huevos del tipo chocan contra la barbilla de la rubia de bote, a la que por mucho que quiera evitarlo se le nota la raíz en las tomas de cerca. Es la primera imagen… la historia promete. Cierro los ojos y dejo que los jadeos del actor invadan mis sentidos y me enciendan el coño. Me encanta escuchar a un hombre jadear cuando se la chupan, me parece que es lo único real en una peli de esas. Mi coño está mojado, resbaladizo, brillante. No puedo verlo, pero sé que es así. Lo he vigilado cientos de veces mientras me coloco frente al espejo de mi dormitorio, viendo como me corro, observando sus cambios cuando me sobreviene el orgasmo. Me gusta saberlo rojo, hinchado, latente…<br />
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Y ahora está así. Después de haberte leído, después de haberme imaginado lo que me describías con tanto detalle, después de haberme excitado tanto con tus palabras que no puedo reprimir la imagen de verme follada por tu verga venosa, ensartada hasta gemir de gusto, pidiendo clemencia. No se apartan de mi cerebro las escenas que me regalaste con tus letras, esas que te imagino escribiendo empalmado y con la mano aferrada a tu polla bajo la mesa. Relato que costó terminar, porque no dejabas de masturbarte mientras también pensabas en mí y tener solo una mano libre para hacerlo entorpece la tarea. Pensabas en mi coño, lo imagino así, y eso me lo altera... Está tan caliente que no sé si con solo soplar sobre él me llegaría a correr. Sentir mi aliento cálido sobre la funda del clítoris hinchada, dulce perversión. Si solo llegara… Dios, si mi lengua llegara…<br />
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Mis braguitas están mojadas. Rectifico, completamente empapadas. El forrito diminuto que cubre mi pubis podría devolverme perfectamente el sabor de mi coño ahora, al llevármelas a la boca y lamerlas. Saborear mi sabor de la tela… algo mucho más cercano y factible que calme mis necesidades. Pero no, ahora me niego. Hoy las bragas se quedan ahí, en los muslos. Las bajo lo imprescindible para llegar a poder meter mi mano entre mis piernas, y las veo desde el ángulo que me permiten mis tetas tiesas, esperando atenciones. Y los dedos se entierran entre los labios, se deslizan con total impunidad entre mis pliegues hasta llegar a la entrada de mi vagina. Dos dedos sobre ella, sobre su abertura caliente y mojada. La palma sobre el clítoris, sintiéndolo latir…<br />
Retiro los dedos siguiendo mis surcos a la vez que abro los ojos para mirar la pantalla del televisor. A la tía se la está enculando el actor de una forma impresionante, posturas imposibles si no estás curtido en un gimnasio. La polla entra y sale a buen ritmo acompañada del sonido húmedo del chapoteo cuando hay mucha saliva de por medio. Y es que el actor no deja de escupirse en la polla cada par de embestidas, haciendo resbaladiza la entrada estrecha de su compañera. Las tetas de la actriz se mueven con soltura y sus gemidos compiten con los de él y con las nalgadas que le propina el otro en el reparto. Me empapo de la visión mientras cierro los dos dedos sobre el clítoris, dejándolo en medio de ambos. Lo aprieto y lo siento salir de su funda, y al hacerlo me recorre una sensación escalofriante desde los riñones hasta la parte trasera de las rodillas. Ahí está, pidiendo guerra. Sabe lo que quiere, y yo sé como dárselo.<br />
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Tus palabras saliendo en la pantalla de mi ordenador a medida que muevo el cursor del ratón, el relato que me dedicaste y que hizo que se me encendiera mucho más que el coño... eso es lo que intento recordar, y no las imágenes baratas que ahora observo. Cierto es que soy tan visual como un hombre, pero eran mucho más morbosas tus escenas, tus comentarios y guiños, tu entregada prosa perversa hacia las partes de mi anatomía que más te inspiraban lo que me tienen ardiendo y llameando. Solo los oídos atentos, pues... En mi mente puedo volver a dibujar tu mundo, los sonidos los tomaré prestados de los que publicitan el chat.<br />
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Siempre utilizo el dedo corazón para masturbarme. Clavo la uña en el punto en que se descapucha y lo muevo con ritmos cortos al principio, bordeándolo, aprisionándolo con círculos cada vez más cerrados. Lo siento caliente y duro bajo la yema del dedo, y siento el roce de la uña sobre la delicada piel de la entrepierna, lesionándolo… Me encanta. Sé que en unas horas sentiré la herida, pero ahora me gusta hacerlo sufrir un poco.<br />
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A medida que mis jadeos se hacen cada vez más audibles mi mano cobra fuerza en el movimiento. El dedo se cansa, por lo que tengo que ayudarlo con toda la muñeca, con círculos y pellizcos que se extienden casi desde el codo. Me pone muy caliente saberme cansada, saber que llevo rato tocándome y que todavía puedo aguantar un poco más. Me sudan los muslos, mi coño pide ser poseído y yo le niego mis dedos dentro, para no perder la concentración sobre esa zona tan sensible que me tiene completamente absorbida. Me gusta cómo me lo hago… como no me va a gustar…<br />
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Mis pezones piden guerra. Duros. Duros bajo la camiseta de algodón. Los veo oscuros bajo la tela blanca, enmarcados por el sudor que se arremolina al final de mis tetas. La tela se pega a ellos y solo tengo que mover la prenda para acariciarlos con ella. Tirar hacia abajo y luego soltar… Volver a tirar y ver como se hunden si la presión es excesiva. Pobres pezones. Tiesos, sin una lengua masculina que se los lleve a la boca, o unos dedos intranquilos que los pellizquen con saña. Ni unas pinzas, que también sugeriste en alguna de tus morbosas escenas, se aferran a ellos para darles algo de consuelo. Pobres pezones. Ahora no os toca…<br />
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Es mi clítoris el que me mata. Arde, chispea, duele… Siento que mis movimientos me están llevando al límite, como debo bajarlo si no quiero correrme en ese momento. Pero, ¡qué coño! Claro que quiero correrme, ya tendré otro en cinco minutos… más lento. Ahora lo quiero salvaje, ese que me está destrozando las entrañas con su calor, ese que me has provocado tú con tus palabras. Ese orgasmo que te morirías por presenciar desde el otro lado, ese que no te he regalado, pero que tampoco has pedido.<br />
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Y me abandono cuando me llega el estallido. La espalda se me arquea, se me tensan las piernas y el culo se aprieta contra el sofá. Mis gemidos superan los de la actriz en la tele. Las imágenes se desdibujan en mi mente mientras me fundo con el calor de la entrepierna; tu mano, que imaginaba acompañando la mía en mis movimientos, desaparece para volver a tu lado y meneártela con saña tras habérmela prestado un rato como me prestaste tu relato. Gimo, jadeo, blasfemo...<br />
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Fuerte corrida.<br />
La mano me aprieta el coño y la palma lo palpa para sentirlo latir; sentir como se moja más si se puede. La palma lo calma… porque quiero otro.<br />
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Y en este voy a usar las dos manos…administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-61777327223456292602011-12-07T12:10:00.002-05:002011-12-07T12:10:20.420-05:00Experiencias anales de un aventureroHola, voy a mencionar brevemente mis gustos: <br />
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Soy hombre y me gusta todo de las mujeres, todo el cuerpo en general, especialmente los pies ;)...sus fluidos tambien me llaman la atencion, especialmente el nectar de un yoni :) y su orina. <br />
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Mi motivacion de este relato es gracias a la historia de RavenS (Un platano por detras) Entre mis gustos esta la placentera masturbacion que he ido llenando con variaciones desde que la descubri por primera vez en la ducha :). <br />
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En esta historia quiero contar especialmente como han sido mis experiencias anales que me gustan muchisimo porque siento que toco el cielo, hasta siento que cambio de cuerpo y que mi alma se transporta mas alla de lo fisico, es DELICIOSO, no se imaginan cuanto, deseo (si es posible) que esta historia sirva de motivacion para los demas pues pienso que la autosatisfaccion es un universo inmenso, definitivamente pienso que es el preludio al amor en pareja ya que solo conociendose a si mismo primero, se puede llegar a conocer a otra persona despues. <br />
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Mis primeras experiencias fueron con mis dedos, primero solo el indice y lo envolvia en un plastico (Jajajajaja), en ese tiempo me daba 'asco' tal vez por la asociacion mental que la cultura impone a esa parte del cuerpo, en fin, despues me metia dos y tres dedos pero no mas, luego creo que inconscientemente con el pasar del tiempo empece a sentir agrado por mis fluidos y sobre todo los relacionados con el sexo. <br />
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Con el pasar del tiempo deje de usar el plastico y me metia uno, dos y tres dedos al tiempo y luego me los chupaba, todo esto mientras estaba en la ducha, me gusta muchisimo sentir el interior de mi cuerpo sobre todo la textura, sentir los pliegues de lo que creo que es el intestino o el colon, sentir el calor de ese tejido, sentir la glandula que esta cerca, hacer una leve presion y soltar, y lo que mas me gusta es meter mi dedo indice hasta donde me es posible y sentir el camino y la dimension de mi interior. De verdad que es una sensacion placentera, MARAVILLOSA, poder sentirse uno mismo por dentro es increiblemente excitante, hacer esas 'locuras' me producia unas erecciones tremendas hasta el punto de eyacular despues de acariciar y explorar solamente con mi dedo todo mi interior :). <br />
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En esos tiempos paso algo como dijo alguien por ahi (No sabes si algo no te gusta hasta que lo pruebas) y pues asi fue como empece a sentir curiosidad por probar mi propia shit, me masturbaba lenta y vigorosamente mi lingam con una mano mientras con la otra me metia un dedo y sacaba un poco de mi shit y la probaba, la degustaba y me la tragaba, en los dias previos a hacer esas 'locuras' trataba de comer mucha fruta para que fuera mas agradable el sabor, sin embargo ese gusto duro muy poco... Si bien la textura y el olor eran 'exoticos', nunca pude llegar a sentir completo placer con el sabor de mi shit, lo cual hizo que dejara ese gusto y buscara nuevos horizontes. <br />
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Fue cuando no pude aguantar la curiosidad, esa que le da a uno como ser humano cuando va a probar algo nuevo y se tiene expectativa respecto a como es y como se siente...fue entonces cuando empece a meterme lapices, esferos y tallos de flores, (hasta 5 cm no mas) claro que seguia metiendome dedos, pero el hecho de meterme cosas inanimadas me producia una sensacion nueva, meterlas y luego sacarlas para chuparlas, pienso que es un poco ironico pues el sabor de mi shit no me agrada mucho (tal vez porque esta muy concentrado) sin embargo me gusta en extremo chupar las cosas que me meto...en fin. <br />
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En mis intentos por meterme cosas locas, un dia que mis padres no estaban en casa decidi meterme la boca de la manguera con la que se riegan las plantas, creo que ese fue mi inicio (sin darme cuenta) en los enemas (que es algo que tambien me gusta muchisimo), conectaba el otro extremo de la manguera a la llave y la abrio despacio y disfrutaba la sensacion del agua fria entrando en mi, abria la llave un poco mas y luego la cerraba... <br />
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Al principio lo hacia solo por la sensacion, pero despues empece a masturbarme al mismo tiempo que me metia agua, me metia agua hasta que llegaba a un momento en que sentia que no aguantaba mas y tenia que ir al sanitario a botar toda esa agua...WOW que era un super placer sentir que mi interior quedaba limpio porque podia meterme los dedos y salian limpios, ademas podia sentir mas sensible mis tejidos internos (tal vez porque el agua fria me anestesiaba un poco). <br />
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Fue entonces cuando le encontre uso a un aparato que hay en mi casa que se llama bidet, este es un coso parecido al sanitario pero tiene una fuente de agua en la base donde uno se sienta y tiene llaves de agua fria y caliente como un lavamanos... <br />
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En fin fue la gloria 'descubrir' un uso para ese aparato pues cuando me quedaba solo en la casa me preparaba para mi sesion de masturbacion en la que empezaba sentandome en el bidet y abria las llaves de forma que salia agua tibia.... WOW, que el agua tibia es muchisimo mejor que la fria, la caliente quema un poco, ademas algunas veces mientras me masturbaba y metia agua en mi interior, lograba escuchar como mi estomago (o mis intestinos) se 'movian', creo que era por la cantidad de agua que me metia, abria la llave completamente y me quedaba sentado masturbandome lentamente todo lo que podia aguantar, porque llegaba el punto en que la presion del agua que tenia adentro me obligaba a ir al sanitario a expulsarla. :) :) Si que estoy emocionado contando esto, tengo una ereccion tremenda la cual voy a satisfacer cuando termine con mi historia... <br />
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Quedando satisfecho con los enemas (sin saberlo), sabia que mis juegos anales deben incluir exploracion con los dedos, chupada de dedos e insercion de agua tibia para limpiar mi interior. <br />
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Fue despues que empece a sentir curiosidad por llegar mas alla y meti en el mundo de los vegetales y las frutas, :D muchas veces sueño con meterme un pepino pero mi ano no tiene tanta flexibilidad para abrirse como para soportar un pepino, asi que empece a probar con cositas pequeñas, me metia zanahorias aunque las pelaba y lavaba bien y las metia hasta donde podia sin llegar a sentir dolor (no usaba ninguna crema en ese tiempo :( ), tambien me metia uvas aunque a veces me preocupaba que despues no las pudiera sacar (Jajajaja), muchas veces me meto uvas o fresas pequeñitas y las hundo completamente, que se metan completas en mi ano. <br />
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No se porque pero al masturbarme y sentir que tengo algo dentro en mi ano (que no se despues como voy a sacar :D ), me producia una sensacion maxima claro que despues de bombear y eyacular, sentia ganas de ir al sanitario y aquellas fruticas que me metia salian solas junto con mi shit. <br />
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La cosa mas loca que me he metido **y que me meto**, son los bananos sobre todo sin cascara, completamente peladitos. <br />
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Me gustan muchisimo asi porque los bananos empiezan a deshacerse con la friccion y la pulpa sirve como un lubricante natural y que ademas deja un sabor super agradable en el ano como para meterse los dedos y chuparselos de placer. <br />
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Eso es lo que lleno el vacio que me dejo aquella experiencia con el sabor de mi shit, oh my god, que si disfruto con los bananos, siempre que me pongo caliente y que estoy ansioso de satisfaccion anal, busco en la cocina un banano mas o menos larguito y mas o menos ancho, que sea lo mas parecido a un lingam sin ser tan grueso como un pepino (Jajajaja :D ), se que hasta ahora no he usado cremas ni lubricantes, solo los que me da mi propio cuerpo, asi que siempre que empiezo es un poquito dificil pues mi ano esta seco, el banano esta seco y mi lingam no ha producido suficiente lubricante como para facilitar el proceso. <br />
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Asi que lo que hago es pelar el banano (a veces parto el banano por la mitad de forma que quedan dos lingam chiquitos), entonces acerco lenta y suavemente la punta seca y fria del banano a mi ano, es como sentir cosquillas pues toda mi piel esta caliente y sensible, y al sentir esa punta fria imagino que es la lengua de la mujer de mis sueños jugando en mi ano, hacer eso me excita rapidamente mi lingam se hincha y empieza a producir ese delicioso jugo,... <br />
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**por cierto he olvidado mencionar que disfruto mucho probando y tragando mi liquido preseminal y sobre todo el semen, la tibiez y sabor del semen son exquisitos (NOTA: Comer frutas hace que el sabor del semen sea mas agradable, eviten tanta carne, vegetales y leche)**... <br />
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Entonces cuando he entrado en calor empiezo a hacer inserciones muy leves, acaricio el contorno de mi ano con la punta del banano (el cual empieza a ablandarse por la presion que hago contra mi ano), acaricio mi perineo y tambien chupo la punta del banano, menos mal que sabe tan rico el banano, cuando ya he logrado lubricar la punta del banano empiezo a hacer penetraciones un poco mas profundas... lentas y profundas...lo saco y lo meto suavemente simulando el movimiento de un lingam. <br />
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Es entonces despues de meter y sacar el banano tantas veces que empieza a ablandarse entonces respiro profundamente y relajo mis musculos, y me meto el banano (o la mitad del banano) hasta donde mas pueda dejando un extremo para poder sacarlo o hacerlo girar...al principio hacia esto estando de lado sobre mi cama o estando en la posicion de perrito, ahora lo hago siempre estando boca arriba cierro los ojos y pienso que alguien me penetra... <br />
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**Tal vez sea un pensamiento homosexual pero sueño que tengo un doble de mi y que el me penetra y yo a el, y que ambos nos damos placer, WOW :D ** Cuando he logrado meterme esa parte de banano, aprieto las piernas y empiezo a masturbarme lento y luego rapido, es de dioses masturbarse fuertemente apretando los musculos y sintiendo que hay algo en tu ano, despues empece a practicar mucho una posicion que es mas comun en mujeres creo, (es la posicion cuando una mujer cabalga sobre el lingam del hombre), lo que hago es que me meto el banano y me siento en la cama con las piernas dobladas apretando mi nalgas y mi cola contra la cama, de forma que con las piernas puedo controlar el movimiento de arriba hacia abajo como si yo estuviera cabalgando sobre un lingam... <br />
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Esta posicion es la que MAS placer me ha dado hasta el momento, porque siento que entra y sale el banano con una facilidad, con una como diria...'dulzura' al mismo tiempo masturbo mi lingam, me acaricio las tetillas y las plantas de mis pies,ahhhhhhhhhhhhhhhh, que placer mas MARAVILLOSO, hay veces que no puedo aguantar la sensacion y eyaculo demasiado rapido... <br />
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A veces pienso que haciendo esa posicion es como si encontrara mi punto G (bueno, si es que los hombres tenemos uno), ultimamente siempre trato de levantar una de mis piernas (la derecha) de forma que si me inclino alcanzo a lamer la planta de mi pie, al mismo tiempo con una mano me masturbo y con la otra mano y la otra pierna me ayudo para meter y sacar el banano, es la posicion mas dificil pero es la que mas placer me da, porque incluye las tres cosas en las que encuentro mas satisfaccion, ahhhhhhhhhh... <br />
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Siempre que hago esa posicion trato de aguantar mas y mas para alargar el placer ahh y ni mencionar que a veces el banano se ha ablandado tanto que empieza a deshacerse y en esas bombeadas de mete y saca se me mete ENTERO...la primera vez me dio miedo porque no sabia como hacer para sacarme eso...pero entonces lo que hice fue acostarme de espaldas y meter mi dedo indice y explorar mi interior buscando el banano empezar a sacarlo por pedazos... <br />
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Menos mal el banano se deshace, si no me hubieran tenido que operar (Jajajajaja).... <br />
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Definitivamente para mi, el banano es la fruta que mas se asemeja al lingam y a mi juicio es la mas conveniente para hacer juegos anales, pues tiene una textura que facilita la insercion anal y ademas deja un sabor tan delicioso que nadie se puede negar a saborear una ano que ha sido lubricado con un banano... <br />
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Jum, y eso que no mencione que en mis sesiones anales, disfruto tambien de mi orina cuando estoy en la ducha me gusta sentirla sobre mi cara y mi cuerpo, pero cuando estoy en la cama asumo una posicion como de contorsionista de forma que mi lingam queda encima de mi cara, de esta forma puedo orinar de forma controlada y tragar poco a poco toda la orina que sale de mi cuerpo...aqui tambien afecta mucho la dieta que se tenga, como siempre la dieta de las frutas da los mejores sabores a los fluidos... <br />
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En fin, de corazon puedo decir que las practicas de masturbacion que hago ahora me dejan muy satisfecho y feliz conmigo mismo...he disfrutado mucho escribiendo esto y como dije al principio, deseo que sirva de inspiracion a alguien mas que tal vez hace algo parecido o que quiere hacerlo y no se atreve... <br />
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La autoexploracion y la autosatisfaccion son cosas maravillosas, aqui no hay que pensar si es bueno o malo...mientras no se dañe o lastime a otros..., no es malo ni pecaminoso es un regalo que se nos ha dado y que tenemos la oportunidad de disfrutar. :D Hasta luego y gracias por llegar hasta aqui y conocer mis experiencias.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-17989486664948394722011-12-07T12:09:00.003-05:002011-12-07T12:09:42.021-05:00El bañoAbro, la puerta. Desabotono mi blusa, un ligero viento acaricia mi pecho. Mi mano continua. El jugueteo con los botones. Despues al gancho de la puerta. Manos atras. El broche se desliza. Se desvanece entre mis brazos y cae al cesto de la ropa. Libre, quedan mi senos rositas, voluptuosos y firmes. <br />
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Mis manos a mi cintura desabrocho el cejal de mis jeans. Con delicadeza bajo el cierre y con habilidad intento deslizar mis jeans. Caen al suelo. Lo piso suavemente. Manos a la cintura de nuevo. Mi tanga blanca brilla con la luz del sol que observa por la ventana abierta.<br />
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Gracioso, no es el unico que observa. <br />
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Charly mi vecino. Al que he dejado que observe por mi ventana. Está muy joven tiene 17 pero le encanta espiarme. Me encanta saberlo. Pretendo no saber que me vé. Mmmm! me exita la idea. Sé que no dirá nada, bueno quizas a sus amigos sí. No tiene muchos. Solo dos. <br />
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Abro el agua de la bañera. Ayyy! esta caliente debo bajarle un poco. Asi esta bien tibia. Que delicia! Charly sigue desde su ventana observandome. Siento humedecer. Ingreso a la ducha y mis manos ayudan a recorrer mi cuerpo. Mojo mis senos, mi abdomen, el pubis y mis piernas. Dejo que el agua caiga sobre mi cuerpo besando cada una de mis partes. Mi piel alegra radiante al sentir la comodidad y el cosquilleo de las gotas. <br />
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El shampoo burbujea con espuma blanca acariciando mi pelo largo. Siento como suavemente cae por una de mis tetas continuando su recorrido por mi abdomen y mi pierna. Que pasaría con Charly? continua en su ventana? Limpio un poco mi cara para poder ver si aún esta ahí. Volteo sin ser obvia y me excito aun mas al verlo aun ahí. Mmmm. Un show privado, gratuito y de lo mas exitante. <br />
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Tomo el jabón y comienzo a enjabonarme. Charly se deleita viendome pues el sol reflejó en sus binoculares y note que ahi seguia. Ahhh! que caliente! Continúo con mi tarea de lavarme cuando el jabón cae de mis manos resbalosas. Voleto mi trasero a la ventana. Me empino a tomar el jabón de la bañera. Mi exitación aumenta at triple. Necesito masturbarme. <br />
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Me enjuago con el agua de la regadera y desprendo a la regadera manual. Volteo de frente a mi ventana y abro mis piernas para que Charly no se pierda nada. mmmm. El cosquilleo en mi conchita es insaciable. Lavo mis labios con la presion del chorro de agua de la regadera manual. Con mi otra mano me lavo y al tocarme siento el calor del morbo de todo lo que hago. Ahhh. Meto mi dedo indice. Mi vagina se siente calida viscosita y lista. Tomo mis dedos y me los llevo a mi boca. El sabor de mi sexo me prende mucho mas. La candela interior me exita tanto que cunvulsiono lentamente de placer. Ohh Charly que regalito papi! <br />
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Abro el cajón y saco mi vibrador. No ocupe humectarlo mucho al ponerlo por mis labios en mi conchita se lubricaron que al oprimirlo con suavidez ingreso la puntita. El dolor fue leve pero casi no lo senti puesto que estaba muy cachonda. Lo oprimi de nuevo a que ingresara mas de la mitad. Ahhh! Al prenderlo la vibración me llevó al cielo.<br />
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Cerré mis ojos, abrí mas mis piernas, ingresaba mi consolador hasta el tope de mi vagina y me sentia en las nubes. Me olvidé de Charly. Solo yo y mi sensació. Ahhhh creo que termino. Volvia a ingresar y sacar el vibrador cada vez con mas rapidez y menos delicadeza. Ahhhh ya mero. De reojo vi a Charly masturbandose por la ventana. Ahhhh ya vengo.... Ahhhhhhhhhhh! Mmmmm! Terminé! Me estremecia toda. Que rico! mmmmm! Mis piernas comenzaban a temblar. Me sentia debil y cansada. Ay pero que sabroso! El agua comenzaba a enfriarse. La cierro y volteo a ver a Charly. El sigue en la paja y por cierto para sus 17 ya la tiene muy grande. <br />
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Corro la cortina de la bañera, me seco despacio me miro al espejo y sonrio. Tengo que irme a la <br />
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escuela.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-59163150257340961172011-12-07T12:09:00.001-05:002011-12-07T12:09:06.500-05:00Las humedas experiencias de un parado vicioso (1)Me gustaría compartir contigo una experiencia que me ocurrió hace unos días.<br />
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Antes de comenzar debo decirte que tengo treinta y siete años, soy culto y muy leído pero por desgracia no follo todo lo que querría. No vallás a pensar que soy un adefesio horrible, nada de eso, la cosa es que estoy casado y tengo dos niños, gemelos, de dos años y medio. Todo aquel que sea padre, sabrá de que estoy hablando. Debido a esto y a que últimamente me he quedado en paro, paso mucho tiempo solo ya que, por suerte, mi mujer trabaja y los peques están en la guardería. Así que para matar ese tiempo me masturbo a menudo. Y mucho. He probado muchas técnicas y he estado acudiendo a lugares de los que un día, si te interesa, tal vez te cuente algo.<br />
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La experiencia que me gustaría contarte es, como te dije, lo que me ocurrió hace unos días. Estaba sólo en casa, ya había llevado a los pequeños a la guardería y había regresado a casa con un calentón brutal. En mi iPod tengo un montón de relatos hablados de esos que se pillan por internet y lo había conectado a la radio del coche. Subí las ventanillas y los puse bien alto. Estaba tan caliente de escuchar la voz sensual de la piba que lee los relatos que me tuve que sacar la polla del pantalón. Conduje así todo el camino, con la polla dura y palpitante. Como comprenderás llegué a casa cachondo perdido. Casí no había cerrado la puerta y ya estaba en pelotas. La sensación de conducir con la polla al aire me tenía hiper excitado, así que decidí hacer algo diferente. Cogí una toalla, la puse en el sofá del salón para cubrirlo y puse un video porno en la tele grande. Tengo un disco duro externo lleno de porno, muy variado y de todo tipo de temáticas, pero aquel día tenía ganas de porno de travestis, escogí uno en el que salían unas trans con unos pollones lecheros que me encantaba. Me gustaría decirte que no soy gay, lo que pasa es que tengo mucho, mucho vicio y creo que no le haría ascos a nada.<br />
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Pues bien, continúo.<br />
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Me senté completamente desnudo, con mi polla dura y huevos depilados. Me gusta tenerlos así, si eres un tío, te lo recomiendo, las pajas son mucho más placenteras cuando te las haces con cremita hidratante. A mi lado puse el portatil con el que estoy escribiendo este relato y al lado de este, el movil. Pulsé el play del disco duro y la pelicula comenzó. Mientras salían los títulos de crédito, me metí en una página de contactos y comencé a buscar teléfonos de tíos para hablar con ellos mientras me pajeaba. A veces doy con alguien que está dispuesto a practicar folleteo telefónico, cosa que me encanta. Las chicas de la tele comenzaban a sobarse y a chuparse las pollas. Los hilos de saliva iban desde la lengua a la polla y los escupitajos humedecían las pollas todas llenas de venas. Eso me flipó. Ni corto ni perezoso me escupí en la mano y aplique la saliva a la punta descapullada de mi polla. Alucinante, si eres un tío y no lo has hecho, estás tardando, de verdad. Si eres una chica, también tienes que hacerlo, la sensación es indescriptible. Esa humedad cálida es fantástica.<br />
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Ya la boca me estaba salivando un montón, mi subconsciente estaba trabajando por su cuenta y ya estaba haciendo que las glándulas salivares fabricaran más saliva espesa. En cuanto tuve mucha saliva en la boca la escupí en un hilo gordo y grumoso sobre mi capullo. El grumo burbujeante de saliva resbaló por la superficie de mi falo y corrí a sujetarlo con la mano. Aquello se estaba convirtiendo en una auténtica guarrada, pero me estaba poniendo como una moto. Mi mano se deslizaba con suavidad muy lentamente arriba y abajo por mi polla y de vez en cuando, abría los dedos para ver los hilos de saliva que se formaban entre ellos. En la tele, una de las chicas comenzaba a encular a la otra después de escupirle un pollo de saliva transparente en el ojete.<br />
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En mi boca ya se estaba formando nuevamente una buena cantidad de espesa, cálida y pegajosa saliva. Yo estaba como drogado por el éxtasis. Alguna vez me había escupido la mano para masturbarme, pero nunca tanto. Pero mi subconsciente atacó de nuevo e hizo que los acontecimientos dieran un vuelco extraordinario. En la punta de mi polla apareció una ambarina gota de semen. Era una gota gorda y brillante de aspecto pegajoso y mi mano izquierda se deslizó hasta la punta y la restregó por todo mi mástil. Acto seguido, me descubrí lamiendo aquella mano llena de dulce, dulce saliva y semen. Recogí todos los restos de la mano y los mantuve en la boca haciendo enjuagues con toda la saliva que ya tenía dentro. Las putas transexuales no paraban de gemir y gemir, pegando grititos de placer que me pusieron a mil. Otra gota de lefa, esta mucho más grande, asomó a la punta de la polla, amenazando con resbalar hacia la toalla. Con un dedo me la quité de allí y, como imaginarás, fue derecho a la boca.<br />
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Tenía ya mucha saliva en la boca. Puse mi mano izquierda en forma de cuenco y escupí aquella fantástica mezcla que me estaba haciendo pasar tan buen rato. Luego la vertí sobre la punta de mi polla y comenzó a resbalar por el capullo y todo el resto de mi polla y huevos. Aquello era la fiesta de la saliva, yupiii. Con la mano derecha comencé a sobarme los cojones y aproveché para acomodarme y meterme un dedito humedo por el culo. Joder, como gritaban las putas trans, se lo estaban pasando de puta madre. Una de ellas ya se estaba corriendo dentro del culo de la otra. Yo no se cuanto tiempo llevaba yo con mis juegos humedos, pero debía ser un buen rato.<br />
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Total, que el dedo del culo me entró de puta madre, estaba ligeramente frío, pero me encantó. Casí tuve un viaje astral, porque juraría que vi mi cuerpo desde fuera, todo despatarrado con la polla llena de saliva que parecía lefa, los cojones depilados goteando, y con un dedo metido en el culo y otro que luchaba por abrirse hueco. Aquella visión me precipitó a un abismo de placer que jamás había sentido e hizo que mi polla saltará por los aires. La lefa salió a borbotones. El primer chorro me dió en la mejilla y el segundo en la barbilla. Uno de ellos fue a parar a mi hombro, otro al cuello y los demás, y de menor intensidad, por los muslos, barriga, etcétera. Aquello era la fiesta de la lefa, yupiii, jajajaja. Mis manos, comenzaron a moverse como si no fueran mías y empezaron a reunir toda aquella lefada. Desde fuera, ví como los hilos de espesa y salada lefa eran recogidos por mis dedos y saboreados por mi lengua. El lefazo de la mejilla bajaba hasta llegar a la comisura de mis labios y en cuanto estuvo a tiro mi lengua salió disparada.<br />
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Estuve un rato tirado, no se cuanto, si te digo la verdad. En cuanto recobré plenamente mi sentido, la lefa ya comenzaba a secarse y en la tele una trans derramaba lefa marrón de su culo, supongo que lefa mezclada con caca, no se,la cosa es que la tía se puso a lamerla. Eso me puso burro nuevamente, pero eso te lo cuento otro día.<br />
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Mi mujer duerme ahora así que voy a aprovechar para hacerme una rapidita y me acuesto relajadito.<br />
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Por favor, si os gustó el relato, dejadme algún comentario en yosoy36@hotmail.esadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-70227543797786161262011-12-07T12:08:00.001-05:002011-12-07T12:08:33.652-05:00Huevos de corbataMe encanta pajearme, y probar fantasías para mis pajas.<br />
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El otro día, viendo vídeos porno mientras me hacía una paja empecé a fijarme que muchos hombres se ponen utensilios en los cojones para aprisionarlos y que les de más placer mientras follan. Como andaba tan cachondo quise hacer algo con mis huevos y lo que tenía más a mano y más casero era una corbata.<br />
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Fui al armario y cogí la primera que vi, haciéndole un nudo normal (como si fuese para el cuello). La metí por mi polla y mis huevos y empecé a ir cerrando el nudo cada vez más hasta que poco notaba como los huevos y mi polla se iban pegando y apretándose. ¡Dios, me encantaba! Continué apretando más y más, mientras que tiraba fuertemente del extremo de la corbata, moviéndo de un lado para otro tanto mi polla como mis cojones. Estaban super duros y super levantados, creo que eso es lo que más me ponía, puesto que me fui al espejo del cuarto de baño y, al apretar tanto los huevos y tirar de la corbata hacia arriba, estos se levantaban y quedaban casi a la altura del ombligo, me encanta esa imagen, de ver como mis cojones estaban tan despegados de su base normal y ahora estaban duros y levantados. Ya no hacía falta ni pajearme, simplemente moviendo y tirando de la corbata hacia arriba y abajo, a los lados o donde fuera, sentía como si me estuviera pajeando, pero el solo movimiento ya me daba placer y ganas de correrme. Mi locura llegó a más y continué apretando más y más, hasta que el nudo no fue más grande que el círculo que se puede formar cuando haces el signo del OK, por tanto mis cojones estaban al máximo, iban a rebentar, notaba el calor que los recorría e inundaba toda mi polla, pero no podía parar, era una situación que nunca antes había sentido. Tenía mis putos huevos duros como piedras, y los acariciaba mientras seguía tirando y tirando de la corbata. La polla la notaba hinchada y goteosa de líquido preseminal. Fue ese el momento en que decidí pajearme normalmente y también fue increíble porque al tener los huevos tan apretados y pegados a la polla, al subir y bajar la mano chocaba contra ellos y los notaba calientes y duros mientras los golpeaba al ritmo de una paja frenética. Continué así unos minutos más y cuando noté que me corría tiré fuertemente de la corbata como si fueran unas riendas de caballo y mi polla empezó a disparar chorros de semen mientras que mis huevos hervían y casi explotaban.<br />
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Fue una sensación increíble que recomiendo a todo el mundo, ahora tengo claro lo que haré cuando vaya a alguna boda o ceremonia donde tenga que ponerme corbata.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-27059894791805489152011-12-07T12:07:00.003-05:002011-12-07T12:07:51.232-05:00La hermana pequeña (III)Mi vida estaba dando un giro radical en un aspecto concreto, pero no quería darme cuenta. Después de lo ocurrido llegué a casa en un estado de agotada excitación y lamentando que todo la energía que había demostrado el jubilado Bárdenas no se hubiera podido destinar a darme alguna alegría. Para colmo, Arturo vino a buscarme después del trabajo, pero estaba tan salido que sólo quería apagar su ansiedad. En vano intenté enseñarle como masturbarme, pero fue tan torpe que no atinó a dar con mi clítoris con lo que al final me bajé del coche cabreada, dejándolo con un trancón todavía mayor que el que tenía por la mañana y quedando yo más cachonda, si ello era posible, en parte por culpa de sus insidiosos toqueteos, en especial centrados en mis pechos.<br />
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En casa mis padres cenaban con mis hermanas y con Humberto, un primo nuestro cuyos padres se estaban divorciando y que por este motivo de manera ocasional pasaba algunas noches con nosotros. Si bien ni Lidia ni yo le soportábamos – por lo joven que era, apenas 16 años, sus cara de granos y la tendencia natural a destrozarlo todo con lo patoso que era– Fanny siempre resultó más condescendiente, pues a penas le llevaba un año de más. El caso es que no estaba de humor y menos para aguantar al primo Humberto, siempre con sus libros, sus estudios y su parlotear incesante… de manera que di una breve excusa y dije que me iba a la cama que estaba extenuada, y en parte era verdad.<br />
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Y en parte no, porque antes me fui a la ducha con la intención no sólo de sentirme limpia sino de acabar con mis manos lo que ni Bárdenas ni Arturo habían sabido llevar a buen término.<br />
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Pero no era mi día, querido. Y no te rías. Estaba ya totalmente enjabonada, había estimulado al máximo mis grandes pechos a base de frotarlos con mis manitas una y otra vez e iba por fin a dar debida cuenta de lo que me pedía el cuerpo cuando entró sin llamar la inoportuna de mi hermana Fanny, que tenía la regla.<br />
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–No molesto ¿verdad?<br />
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No le dije nada, ni siquiera que con el dinero que tenía papá podíamos tener una casa con cuatro cuartos de baño. Por suerte la gruesa mampara impidió que reconociese mi verdadero estado con lo que me coloqué bajo el agua y potente chorro se llevó todo el jabón y otra posibilidad de quedar satisfecha.<br />
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Me encontraba tan agotada que me dormí en seguida. Pero una cosa es dormir y otra muy distinta descansar sobre todo porque toda la noche sufrí violentos sueños eróticos que me arrancaban de mi sueño para despertarme de manera brusca, jadeando, sudorosa, de manera sucesiva. Especialmente recurrente era un sueño en que mi novio, pero nunca veía la cara de Arturo, se iba en un barco y yo acudía a despedirle al muelle. Iba del todo emperifollada, con un vestido como de diva de cine, con pamela y todo. Para mi desgracia el día era ventoso y el muelle no especialmente concurrido, con lo que un golpe de aire me jugaba un mala pasada y de novia virginal pasaba a estar prácticamente en bolas, y yo como una boba, ocupaba una mano en que no se me volase la pamela con lo que difícilmente podía proteger mis piernas, enfundadas en medias como las que me dejaba mi hermana, ni tampoco mi escuetas braguitas haciendo juego. Al final, no podía mantener el equilibrio sobre unos tacones imposibles y se abalanzaba sobre mí un grupo de malicentos marineros que aprovechaban para hacerme de todo, y lo peor, a mi me gustaba, me gustaba que me hicieran de todo y disfrutaba secretamente sabiendo que mi novio me estaba mirando desde el barco que se alejaba, impotente, mientras yo era tomada al asalto por un grupo de desconocidos.<br />
<br />
Sin embargo las inoportunas pesadillas acababan de manera abrupta antes de que pudiese llegar a algún tipo de gozo pleno, con lo que por la mañana, mi estado era deplorable y de una ansiedad terrible. De manera que cuando Lidia entró para despertarme, le dije que me sentía mal y que me quedaría en cama pues en mi estado no podía ir al trabajo.<br />
<br />
No había mentido, mi estado no me permitía trabajar pero mis planes iban más allá y mientras la familia desayunaba en el piso de abajo me deslicé subrepticiamente a la habitación de mis padres y encontré en donde estaba escondido el vibrador de mi madre. Era la primera vez que lo cogía, lo juro, pero es que ya no podía más. De puntillas volví a la cama con mi trofeo particular. Ahora sólo había que esperar a que la familia se fuese y me quedase sola en casa. Todos estudiaban o trabajaban por lo que hasta que llegase la mujer que nos hacía el trabajo doméstico, tenía tres horas en las que por fin aplacaría el deseo que me ardía por dentro.<br />
<br />
Mientras esperaba acariciaba la punta redondeada del dildo, comprobaba que tuviera pilas y accionaba en el botón de la base, que parecía el del volumen de una radio antigua, después del primer clic se ponía en marcha y entonces en vez del volumen lo que aumentaba era la intensidad de la vibración. La verdad es que estaba tan mojada, que pensé que bastaría con meter la puntita.<br />
<br />
Mi familia se despidió de mí y me recomendó que me mejorase. Cuando oí cerrarse la última puerta me dispuse a zanjar lo que tenían que haber acabado otros. Puse la vibración al mínimo y el consolador empezó a abrirse paso. Tal como preveía nada más penetrar levemente empecé a sentirme transportada al séptimo cielo…<br />
<br />
–¡Hola, primita!<br />
<br />
La puerta se abrió de golpe y apareció mi primo Humberto. Con sus granos y su horrible camisa a cuadros. Me había olvidado de él. Y del susto y con lo mojada que estaba el vibrador se me había hundido mucho más de lo previsto.<br />
<br />
–Como con la última pelea de mis padres no puedo volver a mi casa tu madre me ha pedido que cuide de ti.<br />
<br />
No podía creerlo. Mamuchi sabía como aborrecía a Humberto, no sólo porque fuera patoso sin remedio y además poco agraciado y sin estilo sino porque además pertenecía a la rama de la familia menos favorecida económicamente.<br />
<br />
Llevaba una bandeja en la mano con leche y galletas y avanzaba hacia mi cama que por suerte permanecía en la penumbra.<br />
<br />
Con una mano intenté sacarme el vibrador, pero estaba tan mojada que se me escapaba de entre los dedos, con la otra intente que no se acercase.<br />
<br />
– Ah, ah, ah… estoy bien, mejor vete.<br />
<br />
Pero era tan pesado.<br />
<br />
– De eso nada. He prometido a tu madre que haría lo que estuviese en mi mano para que te sintieses bien.<br />
<br />
– Ah, uy… oooohhhh… Sí ya me siento muy bien –contesté yo pensando más en el vibrador que en otra cosa.<br />
<br />
Lamenté en ese momento haberme puesto para dormir uno de mis camisones más sexys, sólo acompañado por unas braguitas a juego que seguían puestas pues sólo las había apartado un poco para dejar paso al consolador. Era azulito, muy corto y demasiado escotado, aunque la gasa fuese tan transparente que incluso para Humberto deberían ser evidentes mis grandes melones y unos pezones más inhiestos que nunca, después de más de doce horas de calentura sin fin.<br />
<br />
Con aquello que sentía entre las piernas y con el cuerpo entre convulsiones y temblores no podía controlar la situación ni era dueña de mí.<br />
<br />
–Será mejor que te tomes esta leche – me dijo poniéndome la bandeja encima de la cama, en mi regazo.<br />
<br />
–No, Humberto… de verdad… ya estoy recibiendo lo que … ahhh… uuuuhm… necesito.<br />
<br />
–¡Oh, que torpe soy!<br />
<br />
No sé si fue culpa mía, porque me temblaba todo, o fueron las habituales manos de trapo de Humberto, intentando que me bebiera la maldita leche, el caso es que de pronto me vi encima la totalidad del contenido del enorme vaso. Tenía leche por el cuello, por mi pelo negro, que caía en ondas sobre los hombros, pero sobre todo el muy imbécil me la había derramado en mis pechos y mi escote.<br />
<br />
–No.. no… no sabes cuánto lo siento, querida prima, ahora te seco…<br />
<br />
–No, no me toques, he dicho que no… uooohh,, uahhh<br />
<br />
–Si es que no te encuentras bien, mira que dolores, que fiebres tienes –me decía mientras me secaba con la servilleta aprovechando para tocar mis sensibles pezones mucho más de lo que era aconsejable. Para secarme del todo me bajo los tirantitos del camisón y se empleó a fondo sin que pudiera decir nada, a penas balbucir ligeras protestas. Fue una buena metida de mano, con la que me dio un buen repaso. Pensaba que todo había terminado cuando el muy imbécil volvió a meter la pata.<br />
<br />
–Será mejor que me lleve la bandeja.<br />
<br />
Pero el muy idiota levantó la bandeja junto con la ropa de cama, con lo que lo corto de mi camisón y mis espléndidas y largas piernas fijaron toda su atención.<br />
<br />
– ¡Oh, cuánto lo siento!<br />
<br />
–Mira lo que haces imbécil –protesté yo mientras me tapaba mi intimidad con la almohada, más para cubrir el vibrador que mis vergüenzas.<br />
<br />
Entonces de repente se volvió hacia mí. Estaba muy cerca, se puso de rodillas en la cama y yo no había podido subirme el camisón por lo que mis pechos parecían luces de alerta en la semioscuridad de la habitación. Su mirada de loco con ojos saltones me decía que se iba a abalanzar sobre mí.<br />
<br />
– ¿No lo oyes?<br />
<br />
– ¿El qué?<br />
<br />
– El zumbido.<br />
<br />
– Yo no oigo nada –mentí.<br />
<br />
– Es aquí debajo – y antes de que pudiera decir nada metió la mano debajo de la almohada.<br />
<br />
–¡¡¡No toques ahí!!! –chillé. Pero fue inútil, estaba tan mojada que su mano prácticamente se deslizó hasta el consolador. Pero era tan estúpido que no entendía nada.<br />
<br />
–Ya lo tengo. Es un raro instrumento con un botón…<br />
<br />
– ¡No lo toques! ¡No… lo… ¡AAAAAHHHHHHH!!! ¡¡¡¡Dioooooos!!!!<br />
<br />
El muy imbécil lo había puesto al máximo y para colmo lo había hundido todavía más. La vibración había pasado de cero a cien en tres segundos. ¿Qué más podía pasarme?<br />
<br />
–¡¡¡Por Dioooos…. Humberto!!! ¡¡¡Para eso!!!<br />
<br />
–No puedo, el botón de este walkman parece atascado.<br />
<br />
Lo siguiente que recuerdo es la imagen de Humberto con el botón en la mano, fuera del aparato, verdaderamente era un manazas sin remedio. Mis pechos temblaban como flanes ante las sacudidas que estaba sintiendo, toda mi columna vertebral era una corriente eléctrica.<br />
<br />
–Tranquila, ya te lo saco.<br />
<br />
Yo intenté defenderme con la almohada, pero fue inútil. Aquellos dedazos ya se sabían el camino y por primera vez en su vida hicieron algo bien, aunque en le momento más desafortunado pues estaba a punto de estallar en el mejor orgasmo de mi vida cuando el muy idiota sacó el miembro de plástico dejándome a las puertas del cielo.<br />
<br />
¡No lo podía creer! ¡Se podía tener tanta mala suerte! Humillada por mi pariente más pobre y más estúpido, el vibrador de mi madre roto y, encima… ¡seguía sin poder consumar un orgasmo como Dios manda!.<br />
<br />
Pero sí podía haber algo peor. Humberto permanecía de pie, estupefacto, como comprendiendo por fin. De pronto me di cuenta de que debía evitar a toda costa que explicase la verdad a mis padres.<br />
<br />
– Tú no estás enferma. Y eso no es un walkman.<br />
<br />
– Ven, que te lo explicaré todo –y aparté la almohada para que pudiera ver mi magnífico cuerpo, apenas tapado por unas braguitas azules mojadas y un camisón enrollado en mi cintura.<br />
<br />
–Tú me has engañado, prima.<br />
<br />
–Vale, Humberto. He sido un poco mala. Pero quiero ser buena, de verdad.<br />
<br />
El muy cándido se acercó y yo me hice la tonta, algo a lo que ningún hombre puede resistirse:<br />
<br />
–¡Vaya, si te ha caído leche en tu pantalón!<br />
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–No es nada, apenas un par de gotas.<br />
<br />
–Venga, sácatelo –y como ya estaba a mano le desabroché el cinturón y le bajé el tejano, casi sin que ofreciese resistencia.<br />
<br />
-Uy, que tonta te he bajado el slip sin querer!<br />
<br />
Sin querer. ¡Ya! ¡Como el pedazo de polla que salió de allí! ¡Era considerable para un chico de 15 años!<br />
<br />
Sentada en la cama estaba a la altura ideal. La tomé entre las dos manos y la empecé a cimbrear poco a poco.<br />
<br />
– Esto no está bien, prima.<br />
<br />
– Lo que no está bien es que te quedes así. No se pueden acumular tensiones.<br />
<br />
Empecé a darle ligeros besos en la punta, muy leves, sólo un roce de labios, pero era suficiente para que cada vez fuera creciendo más y más…<br />
<br />
– Basta, esto está mal… no…<br />
<br />
Pero su resistencia era débil. Cuando me metí el miembro en mi boca ya era mío, sin remedio.<br />
<br />
– No, no… está… bien…<br />
<br />
– Tienes razón, primito, será mejor que pare – y lo miré con mis ojitos más inocentes, sosteniendo todavía aquella morcilla en mi mano.<br />
<br />
– ¡¡¡No!!! ¡Sigue! ¡Por favor!<br />
<br />
– Bueno, pero sólo si no le dices a nadie nada de todo esto.<br />
<br />
– Lo juro, pero sigue ya… que no puedo más.<br />
<br />
Cerrado el trato volví a mis tareas. Él era un poco torpe e intentaba doblar las caderas y golpear la parte interior de mis carrillos con su miembro. No había entendido nada. Pero al menos la primera clase fue provechosa para él. Se corrió con un espasmo y cuando me di cuenta de que se venía todavía tuve tiempo de sacarla de mi boca, aunque el precio fue dejar el camisón perdido. Cuando acabé estuvo claro que no tenía una idea muy elevada de mi moral, pero que tampoco diría nada a nadie.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-5715327697996619632011-12-07T12:07:00.001-05:002011-12-07T12:07:10.913-05:00Sueño de MujerSueño de Mujer<br />
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Abrí la puerta del baño ensimismada, dándole vueltas a la petición que minutos antes me había realizado: “Podrías enseñarme un poquito el pezón?, frase que retumbaba en mi cabeza y que, sin lugar a dudas, había conseguido disparar mi imaginación.<br />
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Me planté delante del espejo fantaseando, imaginaba como me desnudaría delante suya si alguna vez era capaz, claro. Me bajé el tirante del sujetador despacito, tal como imaginé que él lo haría, introduje delicada y pausadamente mi mano dentro del sujetador acariciando cada centímetro de la suave piel que iba encontrando tal y como intuía que él la saborearía, hasta tropezar con mi propio pezón, duro y ya excitado….y sólo entonces bajé la copa de la prenda, apenas rozando con la palma de la mano todo el pecho y mi excitación se concentró. Lo sentí, algo hervía en mi interior, una sensación deseosa de salir al mundo, algo que yo le quería brindar, algo que nos pertenecía los dos: nuestra pasión contenida.<br />
<br />
Miré de reojo la bañera ya casi llena y me introduje en el agua templada hasta el cuello dejando que me meciese, que me mimase, abandonándome al país de la fantasía, entregándome enteramente al capricho de quien aprisionaba mi voluntad y me envolvía en un torbellino de emociones a cual mas atrayente, pero a quién sólo había logrado poseer en mi corazón. Imaginaba su cara y deseando sus labios me encontraba cuando empecé a sentir como se erizaban cada vez mas mis pezones, sobre todo al contacto con el agua. El pecho medio sumergido en el líquido elemento se dejaba acariciar, lo notaba mas turgente que nunca y eso subía mi grado de excitación……MUCHO.<br />
<br />
Pasaba la yema de los dedos de un pezón a otro, marcando la aureola como soñaba que él me la dibujaría y así empecé a deslizar mi mano. Recorrí con los ojos cerrados todo mi canalillo hacia abajo imaginando que era su lengua, llegué a mi ombligo, lo dibujé y me sentí ebria de excitación, cada vez mas consciente de que él estaba conmigo, de que me acompañaba.<br />
<br />
Imagíname toda desnuda, dentro de la bañera, enmarcado el pecho por mis dos brazos y acariciando con ambas manos el pubis, apenas rozando mis labios vaginales ya mimados por el agua y mi deseo creciendo, cada vez mas incontrolable….Dios¡<br />
<br />
Entreabría la boca imaginando como él me besaría, como acallaría mis dulces y apenas perceptibles gemidos. Llegó el momento e introduje los dedos corazón y anular en mi sexo tal cual sentía su penetración y empecé a sacarlos y meterlos acompasando el movimiento de mi cuerpo a ese ritmo que cada vez me poseía más. Mas audibles mis gemidos pugnaba por acallarlos, el agua me brindaba sus caricias, me arrullaba y yo……sentía morir, morir por él, por una pasión que sabía nunca disfrutaría a su lado y que, quizá por eso, despertaba en mi una rabia que me lo hacía mas deseable a cada momento.<br />
<br />
A pesar de que mi cuerpo y mi mente estaban a punto de estallar me di cuenta que la temperatura del agua, demasiado caliente, impediría que llegase a gozar plenamente de mi homenaje y no estaba dispuesta a renunciar a ello, eso nunca. Decidida salí de la bañera y me tumbé boca arriba en la alfombrilla, piernas flexionadas y abiertas pero posadas en el suelo. Volví a meter mis dedos corazón y anular en mi flor, pero esta vez de la mano izquierda mientras realizaba suaves fricciones sobre mi clítoris con los dedos de mi mano derecha; sentía como los movimientos rítmicos cada vez se aceleraban más y perdí el control. Mi cuerpo se enervó y de mis cuerdas vocales partió un gemido de pasión como ninguno, un grito de placer que se perdió en el ambiente pero que me embriagó como no recuerdo otro. Durante no se cuanto tiempo (algún minuto que se me imaginó un mundo) permanecí contraída hasta que me desplomé, me abandoné, quedé exhausta tendida en el suelo, serena y en paz. Sólo entonces sentí la soledad, sólo en ese momento hubiese dado parte de mi vida por sentir sus brazos arropándome, sólo en ese instante me faltó su calor.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-2414957939350258422011-12-07T12:06:00.001-05:002011-12-07T12:06:38.632-05:00En celoEN CELO.<br />
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Estoy caliente. Ando en musculosa y bombacha por la casa como gata en celo. Me pongo ante la compu. Mientras la abro, voy al dormitorio, me meto las bolas chinas, agarro un vibrador con forma de verga.<br />
<br />
Ayer vi una recomendación sobre páginas porno. Las busco. Abro y cierro los muslos para que el juguete en mi interior haga su delicioso efecto.<br />
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Miro una mamada. Me encantaría poder hacerla.<br />
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Tener un hombre atado, desnudo , grande, gordo, con una pija descomunal. Escupir en la carne dura. Agarrar el vástago y empezar a masturbarlo. Ver, como queda fuera de mi mano, el cipote enorme y tres dedos de pija. Lamer, saboreando su flujo, ver el brillo de la ciruela descapullada , metérmela en la boca. Con mi lengua jugar con ella.<br />
<br />
Escribo con una mano, con la otra llevo el consolador a mis labios, hago con el pene de latex lo que me gustaría hacer en la realidad.<br />
<br />
En la pantalla el semen inunda la boca de la mujer. Me levanto, voy a la cocina, abro la heladera, agarro una botella de leche, bebo con ansia hasta que el líquido me sale por la comisura de los labios, dejándola correr hasta que me moja los pechos. Dejo la botella y me lamo hasta que no queda leche en mi cara.<br />
<br />
Cuando vuelvo al salón, me paro en el espejo. Los pezones erectos parecen querer romper el algodón blanco. Introduzco un dedo dentro de la bombacha, busco mi concha empapada, al sacarlo paladeo mis propios jugos y parada, me miro reflejada, mientras la mano vuelve a mi vulva. Ronroneo, gimo, acelero el ritmo hasta que comienzan los temblores del orgasmo que me invade. Los ojos bien abiertos contemplando la imagen que me devuelve el espejo: una mujer que se da placer.<br />
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Saco la mano y las bolas totalmente mojadas, lamo los dedos uno a uno, después las tres esferas. Me gusta mi sabor de hembra calienteadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-18478985199874436532011-12-07T12:05:00.003-05:002011-12-07T12:05:59.231-05:00Cronicas de una infiel 1.1Al día siguiente de mi primer encuentro por chat con el chico de la tienda, fui despertando poco a poco sintiendo como mi vientre palpitaba, y a través del bikini se sentía la humedad que sólo una gran excitación podía ser motivo. Alargue mi mano y comencé a acariciar, lentamente, mi clítoris. El deseo se expandió a través de todo mi cuerpo como una ráfaga. En un segundo mis pezones estaban erectos. La humedad se multiplico, y vaya que me sentía muy caliente.<br />
<br />
Rozaba con un dedo mi clítoris, mientras con el otro me pellizcaba los pezones, cada vez más fuerte. Mis gemidos pronto llenaron toda la habitación y fueron los culpables de no darme cuenta que la puerta se abría de improvisto. Mi esposo, quien había estado fuera toda la semana, acaba de llegar. No sabía qué hacer, estaba ruborizada de la excitación, y no dudo que también de la frustración por haber sido interrumpida de manera tan absoluta.<br />
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- ¿No me oíste llegar? - me pregunto enseguida<br />
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- ¿qué? no... Lo siento, ¿qué haces aquí tan temprano?<br />
<br />
- Tengo una cita pronto, me la cambiaron ayer y no pude avisarte - me dice mientras se acerca a darme un beso- te extrañé<br />
<br />
Al ya estar a un lado de la cama, se da cuenta que tengo los pechos por fuera del camisón, y a su vez, el mismo esta arremangado a la altura de mis muslos, me mira diferente y se acerca más a mí, pasando su mano por mi cabello.<br />
<br />
- Creo que podría hacerte compañía, la cita será hasta dentro de dos horas.<br />
<br />
Cierra la mano en un puño, tomando entre sus dedos mi cabello y me jala hacia su boca, abriéndola e introduciendo su lengua hasta mi garganta. Mientras me besa, comienza a desabrocharse los pantalones y lleva mi mano hacia su pene erecto. Siempre me excitó que hiciera eso. Aprieto la mano y comienzo a masturbarlo, hasta que me toma de las caderas y me avienta al centro de la cama. Sube y se posa sobre mí, me besa el cuello, me mordisquea los pezones y me pregunta si lo extrañe. Quisiera responderle que mis caricias no eran pensando en él, pero sé que cuan dulce puede ser la venganza si tengo paciencia. Así que me detengo, lo miro a los ojos y le contesto:<br />
<br />
- Mi amor, tu sabes cuánto me excitas, sólo de pensar en ti me estremezco de deseo – dicho esto, comienzo a acariciarle el miembro, lo que solo lo excita más – sólo pienso en cómo vas a cogerme a tu regreso<br />
<br />
- Te voy a coger como si no hubiera cogido a nadie en años – me dice mientras me penetra con gran fuerza, incluso con brutalidad para sus estándares, diría yo.<br />
<br />
- ¡Ooooh! – fue lo único que pude exclamar mientras le encajaba las uñas en la espalda - ¡Sí mi amor! ¡Cógeme!<br />
<br />
Hace un ruido gutural, que podríamos definir como un gruñido y toscamente me toma de las caderas y me pone a cuatro patas, diciéndome: - Así te gusta que te coja ¿verdad? Que entre hasta el fondo<br />
<br />
- Sí, mi amor, mmmmmmmmmm<br />
<br />
Luego de una hora se fue hacia la oficina y pude volver a la cotidianidad de las labores de la casa, leí un poco, navegue por internet y debo ser sincera, me conecte a esperar a mi chico de la tienda. El cual tristemente no llegó ese día.<br />
<br />
Pasó alrededor de una semana hasta que logramos contactar de nuevo, entre que yo no puedo estar diario buscándolo, y ¿para qué mentir? No es lo único que quiero o debo hacer, y él que en ocasiones tiene que dormir temprano, no fue fácil encontrar otro momento oportuno.<br />
<br />
- Hey, ¿estás allí? – me pregunta por el chat<br />
<br />
- Hola!!! Tanto tiempo sin vernos – le digo – ¿cómo has estado?<br />
<br />
- Bien, gracias por preguntar, le he estado dando vuelta a las cosas, y me gustaría seguir donde le dejamos, pero en esta ocasión me gustaría pedirte algo<br />
<br />
- ¿Qué cosa? – le pregunté totalmente intrigada<br />
<br />
- Quiero escucharte esta vez, quiero saber que es real<br />
<br />
- Muy bien, pero no podré hacer mucho ruido sabes, en cualquier momento podría despertarse mi marido – y habiendo dicho esto la sola idea de estar un piso abajo, tocándome, mientras mi “fiel” esposo duerme la mona, me pareció lo más excitante del universo. Podría estar con el tipo más feo y gordo que haya conocido y aun así se que me vendría como una loca desfachatada.<br />
<br />
- Esta perfecto, con que lo intentemos, para mi será ya demasiado bueno.<br />
<br />
Ponemos el chat de voz y le pido que me describa lo que me haría de estar con él. Su voz, tan sexy como la recordaba, hace que me humedezca por entero, mis piernas se debilitan, y comienzo a gemir.<br />
<br />
- ¿quieres que me toque?<br />
<br />
- Sí, quiero que acaricies tus pechos y que los aprietes<br />
<br />
- Mmm, se siente muy rico, me imagino que eres tú, manoseándolos toscamente, apretándomelos, mordiéndolos<br />
<br />
- Llenaría mi cara con ellos preciosa, son tan grandes y perfectos. ¿Te excita tocarlos?<br />
<br />
- ¡Oh Sí! Lo que más me excita es apretarlos, sentir ese pequeño dolor, similar a las mordidas.<br />
<br />
- Bien, sigue haciéndolo, pero con una mano quiero que te toques allá abajo. Con un solo dedo quiero que recorras desde tus labios, hasta el clítoris, y comienza a acariciarte. Imagina que soy yo quien te está tocando así, mientras te estaría abrazando por detrás, y sentirías cuan excitado me tienes.<br />
<br />
- Aaaaayy – Sale un gemido hondo de mi garganta, y sé que escucho más allá del cuarto, pero eso ya me tiene sin cuidado. Sigo acariciándome, viendo a través de la cam su pene erecto demostrándome que estamos los dos juntos en esto, que no soy solo yo, y que puede ser tanto o más excitante que mi marido en persona.<br />
<br />
Me vengo, sé que es así, porque un pequeño grito quiere salir de mi garganta, porque mis piernas tiemblan, me siento débil y pequeñas gotas de sudor se comienzan a formar en mi frente. Fue tan intenso que apenas logro respirar lo necesario. Veo pocos segundos después su líquido saliendo de él.<br />
<br />
- Quisiera limpiarte con mi lengua, se ve tan rico<br />
<br />
- Siempre podemos volver al super, encontrar un pequeño lugar apartado, talvez, incluso, en el mismo estacionamiento. ¿Qué te parece?<br />
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- Vaya señor, me parece que usted me está invitando a salir.<br />
<br />
- Bueno, también podemos comer, estoy seguro que el ejercicio nos dará hambre<br />
<br />
- Jaja – me rio tontamente con la broma – el plan me parece perfecto.<br />
<br />
Nos despedimos y será para otra ocasión, con más calma y tiempo que les cuente nuestro encuentro en el super…<br />
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Agradeceré todos los comentarios, especialmente los que tengan alguna recomendación, ya que estos harán posible la entrega de mejores relatos. Y a los que ya me han comentado, pues muchas, muchas gracias. Este segundo escrito solo fue posible al ver el buen recibimiento del anterior.<br />
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Saludos a todos. Isaadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-55973482327620578042011-12-07T12:05:00.001-05:002011-12-07T12:05:15.508-05:00Así lo quiero hoyTe esperaré con uno de tus polos, uno de esos que me llegan hasta la mitad de las piernas. Llegarás y me verás de espalda, lavando los platos, me rodearás por la cintura y al besarme, me apretarás hacia ti, irás bajando tus manos hasta darte cuenta que no llevo nada debajo y que mi conchita está húmeda, muy húmeda y desprendiendo ese olor que te gusta, olor a sexo. Apoyarás tu pene hacia mí y yo me moveré mojándote el pantalón con mi fluido, me quitaré los guantes y meteré mis dedos entre tu cabello, haciendo presión, tirando tu cabeza hacia atrás y besando te cuello, la base de tu cuello. Empezarás a hacer ruidos y me cargarás hasta la cama, nos desvetiremos con los dientes, besarás mis piernas, lamerás la piel ente mis piernas, jugarás con tu lengua cerca de mi vagina, tan sólo provocando, tus manos abrirán mis piernas mientras me sigues comiendo, y cuando te pida que no pares me darás media vuelta y seguirás besando mis piernas por detrás, pasando tu lengua por la linea de mi culo, y dando pequeños mordiscos. Tus manos subirán por mi espalda, rasgándome con tus uñas haciendome gemir. Cogerás mis senos por detras, jalarás mi cabello y me voltearás nuevamente. Fuertemente abrirás mis piernas y seguirás subiendo con tu lengua por mis piernas hasta llegar a mi vagina, la abrirás de a pocos con tu lengua, pasando por el borde de cada labio, sientiendo lo mojada que estoy. Irás metiendo tu lengua de a pocos, lamiendome lentamente mientras tus manos te ayudan a abrir mi vagina y cuando esté por venirme meterás tu pene que ya gotea. Mi vagina no dejará de moverse, de retorcerse, y tus manos aprisionarán las mias, como si quisieras hacermelo a la fuerza, pero mi cuerpo estará dispuesto, mis gemidos te excitarán más y me soltaré para coger tus caderas y volterte hacia la cama, ponerte boca arriba y meter tu pene en mi boca, chuparlo varias veces,sentir mi fluido en pene y despues meter tus huevos en mi boca, uno a uno, y los dos al mismo tiempo, mi lengua jugará con tu pene, lo cogeré con mi mano y lo absorveré de a pocos, sacándote algunas gotas de tu leche. Y cuando quieras venirte, me sentare en ti y aprisionaré tus manos tambien, mientras beso tu cuello, tu pecho, mi cadera se sigue moviendo y moviendo, seguiré entrando y saliendo en ti, sonarán nuestros cuerpo por la fricción y te diré que me gusta tu pene, como me lo metes con fuerza, lo duro que está, que me gusta que me caches y que estoy por venirme y te pediré que me agarres las caderas y me jales hacia ti, mas y mas fuerte. Me vendré, y pasaré mis senos sobre tu pecho, frotándome y cuando vea q tu estas por venirte me saldré y cogeré tu pene y lo meteré en mi boca, mastúrbandote hasta que termines en mi garganta y la llenes de semen, y yo lo lama hasta comérmelo todo.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-26038884225615175052011-12-07T12:04:00.001-05:002011-12-07T12:04:41.746-05:00Un dia de clasesAyer amanecí muy cachonda. Me levanté y me vestí me puse mi falda rosa y mi blusa blanca pero no me puse panti. Estaba tan caliente que quize volver a hacer una de mis travesuritas. Llegue a la universidad y como siempre el estacionarse en una odisea. Por suerte habia un estacionamiento cercas vacio y ahi deje mi auto. Llegué a clase un poco tarde pero el profe todavia no comenzaba. Saqué mi libreta para tomar notas y puse atención. Las hojas blancas del papel de mi libreta solo causaron que mi imaginación se encendiera y continuara fomentando el líbido de mi ser. El cosquilleo entre mis piernas me llenaba de jugos insaciables que deseaban salir con solo la provocación de mi mente. <br />
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Recordé que no tenia panti entonces comenzé a ver a mi alrededor. Ahi en la fila de mi lado derecho a tres asientos hacia el frente estaba Connie, rubia, y muy piernuda ya que practica volleyball para el equipo del colegio. Tengo poco de conocerla. Apenas tenemos pocos dias de clase juntas. No se si me hará caso no he visto señales de que sea lesbiana o bi como yo. Sin embargo comenzé mi juego. Levanté lijeramente mi falda y comenzé a tocarme mi ya humeda conchita. Mis dedos coqueteaban mi clitoris en forma circular y de vez en cuando se penetraban lijeramente. Imaginaba que quien me tocaba era Connie y que alternaba con su suave lengua una y otra vez. Yo mientras disfrutaba discretamente volteaba a ver si nadie me veía. La temperatura en mi cuerpo subia hasta acercarse a la linea del no control.<br />
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Paré momentaneamente. Decidí irme al baño de mujeres para continuar mi satisfacción. Al llegar al baño recordé un lugar donde podría estar mejor. Me apresuré a llegar a la biblioteca donde hay diferentes pisos. Los pisos del zotano son los menos transitados y me fui para allá. En el rincón mas segregado entre los libreros comenzé a quitarme la ropa. Primero mi blusa la desabotoné apresuradamente y la puse entre los libros. Luego mi sostén dejando mis senos firmes libres. Sentí que endurecieron pronto por el aire acondicionado que estaba un poco fresco. Baje mi falda y quité mis zapatillas para quedar completamente desnuda. Ahh que delicia. Solo el hecho de que alguien podría cacharme ahi aumentaba mi libido a mil. Despacio caminé hacia los escalones del otro lado. Traté de no hacer ningun tipo de ruido. Era muy temprano y no habia mucha gente cuando llegué a la biblioteca. Pero uno nunca sabe a donde la gente va. Al llegar a la escalera miré hacia arriba y tambien estaba pendiente del elevador. Nada de movimiento. <br />
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Subí las escaleras y me fui al siguiente nivel. La idea que mi ropa estaba lejos me calentaba aun mas. Me senté en el ultimo escalón entre los pisos y me dispuse a masturbarme. Mi entrepierna ya estaba mojada con mis dedos jugueteaba de nuevo con mi conchita. Metia y sacaba mis dedos cada vez con mas emoción. Mi clitoris pedia que lo siguiera estimulando con los jugos vaginales y la delicadeza de mis dedos. El olor a mi sexo me comenzaba a llegar para estimular mas mi calentura que ya estaba en lo maximo. Acceleré el ritmo, sentí tocar el cielo por un momento y mi cuerpo estremeció. Cada sacudida sentia escurrir mis jugos en el escalon de concreto de la biblioteca. Era lo maximo. <br />
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Me levanté de pronto. A lo lejos escuchaba a alguien bajar los escalones. Corrí hacia abajo para recoger mi ropa. Me puse mi blusa, mi falda y zapatillas. El sosten lo puse en mi bolsa y me diriji al ascensor que por suerte estaba en mi nivel. Al cerrar la puerta vi que los que bajaban las escaleras eran compañeros de mi clase.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-52567074092447613202011-12-07T12:03:00.003-05:002011-12-07T12:03:54.460-05:00Ventana, desayuno y baño en GijónRebuscando entre papeles, descubrí este relato basado en hechos reales (siempre he querido decir esto, como en las películas) que escribí hará un tiempo y releyéndolo y dado que no lo habíamos publicado, he decidido revisarlo y editarlo para todos vosotros,<br />
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Me despertó el roce de las sábanas contra mi piel.¿Qué día era?. Domingo.<br />
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El reloj marcaba las 13h30, había salido la noche anterior y pese a haber bebido bastante parecía que no iba a tener resaca. Me removí en la cama y sentí que mi poya rozaba contra las sábanas y es que tenía una enorme erección mañanera. Me levanté ,fui al baño y meé a gusto, pese a lo cual mi empalmazo continuaba; me lavé la boca, y esperé a que aquello bajase, pero no había nada que hacer, seguía más dura que una pared roja ,marcando las venas y ardiendo y me dije que había que hacer algo para solucionar eso, o ni siquiera pdría vestirme<br />
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Me allegué hasta la ventana del salón de casa en el séptimo piso y me asomé entre las cortinas, dejando ver sólo mi pecho. Lo cierto es que la playa y el mar de mi ciudad lucían espléndidos.<br />
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Hacia la izquierda hay un edificio de unas catorces plantas y en la decimosegunda vive una chica de 27 años que está realmente buena: morena, pechos redondos y rellenos ,bella silueta y lindo rostro; curiosamente bajo ella vive una mujer de unos cuarenta años (una de esas mujeres maduras que se ven realmente deseables), que tiene por costumbre maquillarse frente a su ventana en bragas y sujetador. Miré hacia sus ventanas con la esperanza de ver a alguna de las dos, pero ninguna estaba.<br />
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Me volví al baño y por un momento me ví reflejado en el espejo. La imagen me devolvía un hombre de 30 años, de metro setenta y cinco y setenta kilos, musculoso, castaño sin ser un guaperas rompedor, bastante atractivo .Pude ver mi pene que lucía realmente espléndido, pues el día anterior me había cortado a tijera lo más corto posible mi pelo púbico que aparecía como una mera sombra, y me había depilado los huevos y el culo, todo lo cual contribuía a que mi miembro pareciese aún mayor.<br />
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No pude evitar acariciar mi cuerpo con las manos, imaginando que era fruto de las atenciones de alguna mujer y de repente sentí una brisa que corría por el baño masajeando mi piel sensible. Algo me hizo ponerme en cuclillas y fue una gozada sentir la brisa correr entre mis piernas acariciando mi polla, mi ano y refrescándome los huevos. Me llevé dos dedos hasta la cabeza de mi pene y con ellos recogí dos gotas de cristalino líquido preseminal y lo llevé hasta mi boca. Estaba dulce y me recordó los jugos del dulce y delicioso chochito de Silvia. Al recordar a Silvia también pensé en mis vecinas .Me levanté, puse a llenar la bañera y me volví al salón (quería que me viesen desnudo, la idea me excitaba sobremanera y eso que nunca me había considerado un exhibicionista).<br />
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Esta vez me asomé dejando ver mi pierna, media cintura, el pecho y mi cara, de modo que podía adivinarse fácilmente que estaba desnudo. Miré hacia arriba y allí estaba la chica en su cocina y probablemente acababa de levantarse porque estaba preparándose un desayuno. (curiosamente parecía que los dioses se habían aliado conmigo), y tan sólo llevaba unas braguitas-tanga rosadas, y una camiseta pequeña a juego por debajo de las majestuosas tetas que quedaban al aire para deleite de todo aquel que las pudiera ver. Se inclinó sobre la mesa dándome la espalda lo que provocó que se le subiese la camiseta y allí quedó al descubierto su bello culo en pompa apenas tapado por aquella tela casi transparente. Lo cierto es que ya nos habíamos espiado en otras ocasiones aunque fingíamos no darnos cuenta.<br />
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De repente sentí que miraba hacia donde yo estaba y disimulé haciendo como que yo miraba el día que hacía, aunque a un tiempo me las arreglé para separarme un poco más de la cortina por unos segundos y dejar clara mi desnudez.<br />
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Sentía que mi polla estaba realmente caliente y unas gotillas de líquido colgaban de ella. Hice como que miraba la calle pero de reojo ví que tenía la vista puesta en mí - ella también disimulando-, y entonces aproveché la ocasión para taparme un poco con la cortina y mirarla. Ahora era ella la que miraba hacia el mar y pude ver cómo mientras una mano se escondía por su espalda y parecía meterse entre sus bragas por atrás, la otra se metía entre su camiseta por delante como si fuese a rascarse la barriga, pero subió más arriba ,se apretó el seno izquierdo y me pareció ver cómo se pellizcaba su pezón.<br />
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Decidí corresponder a aquel regalo con otro; me di la vuelta y me situé de espaldas a la cortina ofreciéndole mis piernas ,mi espalda y mi culo (este último según mis amigas muy aceptable) y fingí estar hablando con alguien, de modo que me ladeaba y a un tiempo le mostraba mi pene de perfil que seguía ondeando al viento.<br />
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De repente recordé la bañera y corrí a apagarla. Un poco más y el agua se hubiera desbordado. Volví corriendo a mi ventana y cogí una toalla que me anudé a la cintura. Mi polla me hacía daño contra ella.<br />
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Ya no estaba, me sentí desfallecer. Me acaricié mi pecho esperando verla aparecer y de repente el milagro ocurrió, volvía de su habitación y se había cambiado: ahora llevaba una camiseta más larga. Como yo estaba tapado por la toalla me permití mirar hacia arriba y por unos instantes me pareció que nuestras miradas se cruzaban y que ella me sonreía. De repente ella se giró, abrió un armario, y se puso de puntillas mientras estiraba los brazos para coger algo del armario-Su camiseta se subió con sus brazos; fui subiendo mi mirada desde sus pies hacia arriba por sus deliciosas piernas y cuando esperaba llegar a sus braguitas, el corazón casi me dio un vuelco. ¡Se las había quitado! y allí estaba aquel glorioso culo en todo su esplendor para mí. <br />
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Mi pene dio un bote y mi toalla se cayó, justo en el momento en que ella se giraba con un paquete de cereales en la mano y me veía en toda mi desnudez, me agaché rápido a por la toalla como si se me hubiese caído y esta vez cuando me levanté tan sólo la puse delante de mi polla sin atármela a la cintura y miré hacia arriba. Ella se había sentado frente a la ventana que era una ventana partida (también permite ver las piernas) y pude verla en la silla y cómo había levantado sus piernas como para sentarse sobre ellas. Podía ver su chochito claramente ante mí, mientras ella echaba la leche en los cereales. Me pareció que su coño estaba brillante y me imaginé que sería que estaba húmeda, aunque luego pensé que no podía verla con tanto detalle y que debía ser mi imaginación.<br />
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Como si me hubiese leído el pensamiento, se despojó de su camiseta, quedando como dios la trajo al mundo y se llevó una mano a su rajita y pasó sus dedos por ella, para luego llevarla hasta su boca y lamerla ante mis extasiados ojos.<br />
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Dejé caer mi toalla y me agarré la poya con fuerza .Quería que me viese y no me importaba para nada que me viesen otros vecinos (en esos momentos ella me dominaba. Cuando lo pienso ahora me muero de vergüenza, espero que no me viesen; aunque no quita que lo repetiría).<br />
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Pude ver cómo me miraba, ya sin disimulo alguno y se relamía de un modo no ya sensual ,sino sexual. Yo también mojé mis labios con la lengua como dándole a entender que lo que quería era mojar sus labios. Se puso a comer los cereales y yo no podía apartar mi mirada de ella; mientras con una mano se llevaba la cuchara a la boca con la otra se estrujó sus senos, coronados por pezones de delicioso tono rosado que contrastaban con su blanca piel, y que reaccionaron a las caricias autoprodigadas.<br />
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De pronto se levantó, me dio la espalda y bajó su cabeza hasta sus pies sin doblar las piernas (como una bailarina o una contorsionista); mientras con sus manos abría sus nalgas ,me miraba entre sus piernas con la sonrisa más insinuante que jamás haya visto y ofreciéndome su culo en todo su esplendor. Además para que no cupiese ninguna duda, apareció un dildo plateado en sus manos, que me pudo aún más cardíaco<br />
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Yo seguía sujetando firmemente mi polla y podía notar mis venas hinchadas y las pulsaciones en ella .Comencé a masturbarme para ella. Me senté en el suelo con las piernas separadas y comencé a machacármela, soltándola a intervalos para que ella apreciase lo grande y dura que me la ponía.<br />
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Entonces ella volvió a ponerse frente a mí, se agarró sus tetas con las dos manos y se chupó los pezones con la lengua .Cuando vio mi cara de asombro se rió y me mostró sus dedos índice y medio derechos abiertos en V .Los llevó a su boca y se los humedeció y luego los remojó en el bol de cereales-Puso una pierna en una silla y sin más se llevó sus dedos a sus agujeros , uno a su coño y el otro a su ano, y los dos entraron hasta el fondo. Empezó con un ritmo suave que pronto se fue acelerando ,y podía ver el placer en su rostro.<br />
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De pronto se paró, me miró sorprendida y sacándose los dedos se precipitó a por su camiseta .Se llevó los dedos a la boca, me sonrió mandándome un beso de despedida y corrió a su cuarto. Decepcionado cogí rápidamente la toalla y me tapé como pude; apenas unos segundos después sus padres y su hermana entraban en la cocina .Ella debió de oírlos llegar en ascensor y se había vuelto a su habitación. A mí me dio el tiempo justo a taparme y correr las cortinas.<br />
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Si me había levantado caliente, os podéis imaginar cómo estaba ahora. Me la machaqué a conciencia pero no conseguía correrme, pues en el fondo sólo pensaba en ella. Decidí sumergirme poco a poco en el agua (aún caliente) pero seguía muy excitado, y mi erección sobresalía entre la espuma. Notaba la cerámica de la bañera contra mi piel y me imaginaba que estaba con ella en la bañera, sentada frente a mí y pajeándome con sus pies mientras yo masajeaba sus deliciosos pechos, y nuestras lenguas se fundían en acalorados besos.<br />
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Cogí el bote de gel y me llené las manos de él, comenzando a masajear mi cuerpo con él. Con las dos manos llenas de gel agarré mi polla y me la meneé suavemente, deslizándola entre mis manos y pensando que era su coñito el que estaba penetrando con suma dulzura. Me puse en pie en la bañera y cogí más gel para limpiarme y de repente recordé cuando se había metido los dedos, entonces en esos momentos que estaba masajeando mi culo con gel, deslicé mi dedo lubricado dentro de mi agujero, y entró entero sin dificultad de lo excitado que estaba. <br />
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Me imaginé que era su culo y lo cierto es que la sensación era muy agradable, y me veía a mí mismo clavándosela y dándole placer. Me metí otro dedo lubricado en gel y mi polla pareció crecer aún más, lo cual era difícil pues estaba más dura que una viga e incluso me dolía de lo tirante que la tenía. Cambié de posturas mientras movía sacando y metiendo los dedos de mi culo, imaginando que en realidad era a ella a la que penetraba y sintiendo su interior y con la otra mano me la machacaba. De repente un chorro de leche blanca saltó hacia arriba seguido de más y más leche blanca. Mi orgasmo duró lo que me pareció una eternidad y eché tanta leche que me quedé seco, pues hasta me dolían las pelotas tras eso.<br />
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Me quedaría quince minutos en el agua pensando en ella, espero que ella hubiera estado pensando en mí aunque sólo fuera un poquito. Cuando salí del baño volví a la ventana, pero ella no estaba allí.<br />
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Esto me pasó ayer y sé que voy a pasarme toda la semana oteando su ventana. Aunque algo me dice que ella y yo sabemos que este próximo domingo tendremos una cita ante la ventana.<br />
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Bueno y hasta aquí la historia que jamás pensé que me pudiese ocurrir a mí. Al final resulta que es cierto eso de que la realidad supera a la ficción; en todo caso y tras esto no me puedo quejar.<br />
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Si queréis hablar sobre este relato o cualquier otro tema os animamos desde la redacción a escribirnos a luisscj@hotmail.esadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-82819116720195738752011-12-07T12:03:00.001-05:002011-12-07T12:03:13.164-05:00Rosa, la cachonda invisible. (7)Rosa la cachonda invisible (7)<br />
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Recomiendo la lectura de los episodios anteriores para una mejor comprensión de la historia.<br />
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Sentada en la cama Rosa se desperezaba después de dormir un montón de horas, cuando miró el reloj vio que eran las 19:28, había dormido más de 14 horas desde que volvió a casa desde el club donde había tomado parte activa (pero que muy activa) en una orgia con completos desconocidos, la verdad es que no se arrepentía de nada pues lo había pasado francamente bien y tenido mogollón de orgasmos, volvió a casa feliz y apenas tocar la cama se quedó dormida profundamente.<br />
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Había luz de sobra en la habitación, se quedó mirando el espejo que tenía delante y era realmente la puerta de su armario, viendo su cama revuelta y junto al reloj despertador la lámpara de la mesilla “jo, sigo invisible” pensó. Efectivamente su imagen no aparecía reflejada, de hecho y dada la postura que tenia, no debería ver la mesilla al taparla con su propio cuerpo pero ¡ahí estaba! La veía nítidamente, empezaba a preocuparse por los efectos tan duraderos de su invisibilidad, llevaba día y medio así y aunque le estaba sacando partido al tema, tenía una cierta intranquilidad y deseaba volver a ser visible para al menos tener una idea clara de los efectos de aquel mejunje.<br />
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Salió de la habitación y miro por la casa, era pronto y sus padres aun no habían llegado así que decidió darse una ducha, bajo el agua su mente seguía dándole vueltas al tema mientras se enjabonaba por todas partes, unos minutos después y mientras se secaba estaba pensando en las proporciones de “GEL H22” y otras sustancias que había añadido al baño, estaba bastante segura de poder repetir la fórmula y además tenía la botella de agua de dos litros cogida del baño y guardada en la nevera, con ayuda de sus padres podría analizarlas y volver a ser invisible cuando se lo propusiera, lo que la tenia intranquila era la duración de la invisibilidad y de sus calenturientas y lubricas secuelas.<br />
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Salió del baño llevando solamente sus zapatillas, sentía una sensación cálida renacer en su entrepierna, además la empezaba a doler la zona lumbar como cuando estaba a punto de venirla la regla, procuro no pensar en ello y se dirigió a la cocina para desayunar algo, aunque a esa hora sería mejor decir merendar, pero que mas daba tenía hambre y no le extrañaba después de tanto ejercicio hecho el día anterior, sacó de la nevera los restos de la comida y se los zampó a gusto. Seguidamente y tras lavar los platos, tomo las pastillas que habitualmente usaba para los dolores menstruales y dejo una nota a sus padres “voy a salir y volveré tarde, no me esperéis a cenar, os quiero mucho” dejándola en la mesa de la cocina y seguidamente volvió a su habitación segura de no ser molestada.<br />
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Sentada en la cama ante el espejo y sintiéndose de nuevo caliente, decidió aprovechar el tiempo para hacer un experimento y salir de dudas, toda la noche anterior había querido saber que podía verse cuando un miembro la penetraba, abrió el ultimo cajón de su mesilla y aparto sus camisones quedándose mirando sus vibradores, tenía tres el primero era blanco y parecía un misil con rayitas longitudinales, el segundo era de látex color carne y parecía un pene autentico con sus venas y todo media 20 Cm y era un poco mas grueso que el anterior, el tercero era su preferido indiscutible y fiel compañero de baños, el delfín azul (leed el primer capítulo) así que sin más demoras se dispuso a iniciar su experimento particular.<br />
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Tomó el blanco y se giró hacia el espejo solo se veía el vibrador, algo difuminado en la zona donde lo sujetaba con la mano, procedió a agarrarlo con ambas manos unidas como empuñando una pistola, observando como la parte central del vibrador casi desaparecía, convirtiéndose en una difuminada mancha grisácea contrastando vivamente con el color blanco de la base y la punta aun visibles del mismo.<br />
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Dejo el vibrador blanco en la cama y tomó el de color carne, repitió la operación de antes con él y descubrió que la parte sujeta por sus manos prácticamente desaparecía, llego a la conclusión de que con más de 5cm de carne rodeando un objeto este se difuminaba casi totalmente, dedujo que cuanto más dentro del cuerpo estuviera menos se distinguiría hasta llagar a ser imposible verlo.<br />
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Rosa estaba más que dispuesta a comprobarlo, sentada como estaba se dejo caer de lado y se inclinó un poco apoyando su mano izquierda en la cama, sujetó el vibrador de color carne asiéndolo por la base con su mano derecha y lo dirigió a su boca, Rosa entreabrió sus labios y paso su lengua por el prepucio de látex humedeciéndolo, notaba el deseo invadiéndola y sus pezones se la erizaron de inmediato, sintió su chochete empaparse al tiempo que su boca se llenaba de saliva.<br />
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Se introdujo el miembro de látex en la boca, sus cálidos labios envolvieron el rojizo capullo presionándolo y aflojando alternativamente mientras la mano lo empujaba suavemente dentro de su mojada y ansiosa boquita, cuando tenía como la mitad dentro de la boca miró de reojo al espejo, vio medio aparato en el aire como flotando, unos 8 Cm eran visibles fuera de su boca, le seguían unos 5 Cm cada vez mas difuminados y borrosos, el resto hasta los 20Cm de longitud total del vibrador eran invisibles pero estaban allí, ella los notaba contra la campanilla y sobre su lengua que jugueteaba contra el ahora invisible prepucio.<br />
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Jugueteo un poco con el miembro de látex, la forma de polla real que tenia la agradaba mucho y verse chupándolo la calentaba cada vez más, probó a metérselo mas y fue sacándolo mientras lo lamia sin parar envolviéndolo con su lengua y llenándolo de saliva, el resultado siempre que se miraba era el mismo, aquellos 5Cm borrosos permanecían difuminados justo a la entrada, se metiera lo que se metiera.<br />
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Sudorosa y jadeante, cachonda perdida nuestra amiga Rosa decidió pasar al siguiente nivel: su coño, y por dios, la ciencia, la pura curiosidad o lo que fuera, que iba a disfrutar todo lo que pudiera del experimento. Dejándose caer en la cama y abriéndose de piernas, su mano izquierda localizo el clítoris encontrándolo largo e hinchado de deseo, al tacto parecía un pistacho y deslizo repetidamente sus dedos sobre el acariciándolo gozosamente entre gemidos de placer.<br />
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Se sacó el vibrador chorreante de la boca y se lo paso por los labios externos de la vagina empapada, allí usando la mezcla de saliva y flujo vaginal como lubricante, fue recorriéndolos con el prepucio apretando un poco y colocando el aparato a lo largo de ellos, entonces activó el botoncito de vibrar y se sintió atravesada por ondas de placer, sintiendo su clítoris acariciado además de sus labios recorridos por oleadas de vibraciones intensas, Rosa gimoteaba temblando y suspiraba sin poder parar, apretando entre sus muslos al invasor y todo su cuerpo se tensó y arqueó en un orgasmo largo, tremendo y maravilloso, tembló y jadeo placenteramente con los ojos cerrados sin darse cuenta de un hilillo de saliva, que resbalaba de su entreabierta boquita mientras su cuerpo se relajaba.<br />
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Unos minutos después, aun cachonda pero más relajada decidió seguir experimentando, se puso de rodillas en la cama mirando de frente al espejo, las piernas entreabiertas para facilitar sus manejos “científicos” dejó a un lado el vibrador usado y cogió el blanco, lo mojó con saliva guiándolo a continuación a su mojado coñito, allí lo fue introduciendo solo un poco en su caliente cueva, apoyo la base del juguete en la cama y se fue dejando caer sobre el, Rosa solo veía la parte blanca que quedaba fuera de ella, el aparato desaparecía completamente al entrar en su coñito, se dio cuenta de que allí había más grosor de piel y musculo que aquellos 4 ó 5 cm de las manos, se levantó con el aparato dentro y acercándose al espejo sin dejar de observar fue cambiando de postura, se colocó de lado y se giro poco a poco hasta completar un circulo completo, tocó el botón del mango e hizo funcionar el vibrador en su interior mientras lo empujaba suavemente, hasta que estuvo totalmente dentro de su cuerpo.<br />
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¡Nada! No se veía nada, pero lo sentía todo ¡y de qué manera! Apretó las piernas para que no se saliese el vibrador y con ambas manos se acaricio los pechos, los amasó y tironeo de los pezones cerrando los ojos dejándose llevar por el placer, sintiéndose de maravilla suspiraba sin dejar de mover sus manos por sus pechos en un magreo hecho suavemente pero a conciencia, con el vientre atravesado por vibraciones intensas y los pezones erizados bajo sus dedos, su cuerpo se estremecía de gozo cuando decidió que quería tener una gran corrida.<br />
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Así que volvió a la cama y cogió el vibrador de látex, lamiéndolo viciosamente mientras volvía a colocarse de rodillas pero esta vez frente al cabecero con barrotes de esta, colocando la almohada entre sus piernas así de rodillas y perniabierta como estaba se sacó el vibrador blanco empapado de flujos del coñito, para ser rápidamente sustituido por el más grueso y realista de látex, suspiró de placer mientras entraba lubricado por su saliva en la funda chorreante de flujos que era en aquel momento su coño, activándolo seguidamente y poniéndolo a vibrar en su interior.<br />
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Acto seguido volvió a coger el blanco aun vibrando y cubierto de flujo, dirigiéndolo a su esfínter y empujándolo suave pero decididamente, consiguiendo que penetrara unos centímetros en su culo, se sentó sobre la almohada empujando ambos vibradores dentro de ella, el blanco moviéndose según entraba en su culo la dolía un poco, pero era mucho más el placer que sentía con aquella doble penetración.<br />
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Agarrándose con las manos a los barrotes del cabecero, inicio el bamboleo con la pelvis insertándose más dentro ambos juguetes en su coño y culo, dando saltitos y meciéndose perdiendo paulatinamente el control cuanto más placer sentía, al poco sus manos soltaron los barrotes y volaron a sus pechos estrujándolos y sobando sus pezones sin piedad, su cuerpo saltaba cada vez más rápido atravesado por las vibraciones el grosor de ambos dildos en su interior, toda ella se estremecía y arqueaba de un placer incontrolado e intenso.<br />
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Rosa llegó, ¡y vaya si llego! Fueron varios orgasmos consecutivos los que sintió, corriéndose entre gritos y gemidos como si el gustazo recibido partiendo de su vagina y ano le subiese por el cuerpo y los pechos hasta reventarla en el cerebro, con el cuerpo arqueado y agitando la cabeza por el placer, con los ojos en blanco y el cuerpo estremecido no se dio cuenta del tiempo que disfrutó ni el número de corridas que su cuerpo consiguió, su cuerpo cayo de lado en la cama entre temblores, ella apagó los vibradores y los sacó de su interior tirándolos a un lado mientras se quedaba muy quieta relajándose abrazada a su almohada, ahora empapada de flujos vaginales.<br />
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Mientras tanto en el pasillo, Susana la madre de Rosa estaba dudando si había oído ruidos en la habitación de su hija, llegó a casa después del trabajo en el laboratorio y al pasar a la cocina vio la nota que ella había dejado diciendo que salía y volvería tarde, fue a su habitación para ponerse cómoda y tras desnudarse, se puso su pantaloncito corto gris y su camiseta de tirantes roja que tanto gustaban a Ramón, su marido y compañero de trabajo en el laboratorio que hoy llegaría algo más tarde pues estaba liado experimentando con un gel recién descubierto, estaba tan obsesionado que hasta se había traido una muestra a casa.<br />
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Entonces creyó escuchar ruido y unos grititos en la habitación de su hija, salió al pasillo y ahí estaba dudando si entrar o no entrar, finalmente llamo a la puerta y entro en la habitación, no había nadie pero olía raro como a sexo y la cama estaba revuelta, pero si hasta se notaba en las sabanas la forma que había dejado su hija, pensó en echarla la bronca cuando volviera a casa, cuantas veces la había dicho que fuera más ordenada con su habitación, entro y abrió la ventana para que se ventilase todo el olor, fue a salir y vio algo blanco en el suelo se agacho y recogió el vibrador algo sucio, ¡joder! Desde que la niña perdió el trabajo estaba comportándose rara y algo desanimada pero esto ya era demasiado, se sentó en la cama de golpe y fue a caer sobre una de las piernas de rosa que no pudo evitar un gemido de dolor:<br />
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- Ayyy mira donde te sientas, mama – dijo Rosa inconscientemente.<br />
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Susana dio un respingo y saltó de la cama, pegándose a la pared y buscando con la mirada a su hija por la habitación sin verla, el susto había sido tremendo estaba pálida y el corazón la iba a 1000.Rosa se tiró de la cama por el lado opuesto a su madre, allí cogió la sabana y se la echó encima cubriéndose con ella, la madre se quedo mirando aquel bulto que surgía del otro extremo de la cama de su hija y decía:<br />
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- Mama no te asustes, ha pasado algo y necesito tu ayuda.<br />
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A todo esto siguió un buen rato de confusión y preguntas que seguramente os aburrirían, bastara con decir que Rosa le conto a su madre como se había vuelto invisible, lo del baño que la cambio, la botella que guardaba en la nevera con agua para analizar, y su aumento de apetito sexual, la madre la tacho de inconsciente pero su instinto científico pudo más que otras consideraciones, de momento ocultarían a Ramon lo que había pasado, ella se ocuparía de las pruebas y la cuidaría, charlaron casi una hora hasta que oyeron la puerta de la calle y Susana dijo:<br />
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- Bien ahora recuerda que tú no estás en casa, no hagas tonterías para no despertar sospechas, mañana no iré a trabajar y seguiremos hablando del tema a ver cómo te podemos hacer visible de nuevo, ahora descansa.<br />
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- Vale mama, te quiero.<br />
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- Y yo a ti, ahora tranquilita y a descansar.<br />
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Susana se reunió con su Ramon y los oyó hablar mientras cenaban, luego se fueron a la cama y finalmente todos pudieron dormir pero…<br />
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Aquella noche pasaron cosas, a Rosa la bajó la regla y como todos sabemos, el cuerpo de la mujer se auto regula por su propia naturaleza, o tal vez fue la medicación que tomó, tal vez fue solo la casualidad y los efectos del baño simplemente pasaron solos, el resultado final es que a la mañana siguiente y bañada por la clara luz del amanecer que entraba por su ventana, Rosa despertó gloriosamente bella, desnuda y visible en su cama.<br />
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*****FIN DE LA PRIMERA PARTE.*****<br />
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Bueno amig@s, le daremos a Rosa unas pequeñas y bien ganadas vacaciones, se que el tema da para mucho mas y tengo en mente unas cuantas situaciones morbosillas que seguramente os gustaría leer, (algunas con una sola mano) pero se necesitaba el componente de la complicidad, ¿porque no meter más personajes que pudieran ser invisibles? pensadlo… una pareja echando un polvo en la hierba del campo de futbol durante el concierto de… ahí a la vista de todo el mundo pues el evento es retransmitido a nivel mundial, o algo tan simple como follar en un autobús medio lleno sin que nadie a tu alrededor os vea pero si os oiga… animando al personal.<br />
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Tal vez os parezca bien dejarme algunas ideas en la sección comentarios, que sepáis que la de Ramon y Susana, Junto con Rosa y Edu, todos invisibles haciendo una orgia en la playa de Benidorm en pleno mes de agosto a las 3 de la tarde y con todo abarrotado de veraneantes, ya se me ha ocurrido a mí.<br />
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Tampoco tengo ni quiero tener la exclusiva de gente invisible, los que se animen y quieran hacer algo parecido, serán leídos gustosamente por todos, estoy seguro y especialmente por mí.<br />
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Ahora en serio, gracias por vuestra atención y vuestros amables comentarios, sed felices y recibid un fuerte abrazo.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-87179759766366279192011-12-07T12:02:00.001-05:002011-12-07T12:02:30.793-05:00De niña a mujer “Mi primera masturbación”Este es el “PRIMER” relato de una serie de diez. Los publico con uno o dos días de diferencia cada uno (según el tiempo de que disponga). De esta forma, los lectores que sigan la serie, pueden mantener fresco en la memoria el recuerdo de los anteriores y así evitan releerlos. <br />
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La serie está basada en mí misma, narrando las experiencias que más me han marcado, desde que probé el sexo por primera vez hasta el día de hoy, pasando por varias categorías distintas. Aunque los diez relatos forman una historia más amplía, cada uno, de forma independiente, narra una historia con principio y fin. De esta forma, aquellos lectores que solo lean uno o tengan preferencia por una categoría concreta, no quedaran insatisfechos esperando un desenlace futuro.<br />
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Cada relato plantea una situación erótica (mediante el título), el desarrollo y resolución de dicha situación (el relato) y al final una especie de conclusión o reflexión. Al principio de cada relato indicaré cual es el anterior y la categoría. Del mismo modo, al final del relato, indicaré cual será el siguiente y en que categoría se publicará.<br />
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Para lo que queráis me tenéis a vuestra disposición en los comentarios, por correo o en mi espacio WEB. Eso sí, me gustaría que fuera de forma cortes y elegante. ¡Gracias y que los disfrutéis!<br />
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De niña a mujer “Mi primera masturbación”
Diciembre de 2.004.
Antes de los 16 años nunca me planteé tener novio y mucho menos relaciones o experiencias sexuales. Mis únicos pensamientos se centraban en estudiar y dar rienda suelta a mis aficiones. En general me gustaba cualquier afición que requiriera habilidad, paciencia, compromiso o tesón.
Como decía, mi indiferencia por los chicos era total, obviamente tampoco sentía interés por las chicas a nivel sentimental. Mis amigas siempre hablaban de chicos, de cantantes, actores, etc. y mi aburrimiento me separaba en cierto modo de ellas.
En casa, lo cierto es que la información sexual de que disponía se limitaba al pleno conocimiento de mi cuerpo y de forma muy genérica, al de los chicos. Esto no era debido a una falta de información o desinterés por parte de mis padres. Todo lo contrario, ellos siempre fueron y siguen siendo, muy liberales en ese aspecto. De igual modo, siempre se manifestaron muy predispuestos a responder cualquier duda o consulta que deseara hacerles.
A pesar de ser una niña, mi carácter era muy decidido y tenaz. Siempre estaba metida en alguna lucha o cruzada por lo que considerara que merecía la pena pelear. Nunca cedía ante nada ni nadie. Me mantenía firme hasta las últimas consecuencias, hasta que salía vencedora o vencida, hasta que conseguía lo que quería. No importaba, lo importante era no recular fuera chica o chico, de mayor o menor edad, mejor o peor, más o menos importante. Mis padres, en este sentido me enseñaron que, cuando se defiende o persigue lo que consideras justo o importante, hay que intentarlo sobre todas las cosas.
Cuando contaba con 16 años comenzó un nuevo curso en el que mi mayor interés era el de siempre: estudiar y sacar las mejores notas posibles. Así fue durante tres meses, hasta que un buen día todo cambió. Algo hizo que mi visión del mundo y de la vida diera un giro de 180 grados.
Mi madre cumplía años y para celebrarlo organizó, junto con mi padre, una fiesta en casa, a la que invitaron a sus amigos y a sus hijos (todos eran conocidos míos, compañeros de clase o amigos de la infancia). Entre los amigos de mis padres, había un matrimonio al que conocían desde sus tiempos de universidad. Este matrimonio vino acompañado de su hijo Pablo.
Cuando mis ojos se fijaron en Pablo, infinidad de sensaciones recorrieron mi cuerpo y mi mente. A pesar de ser hijo de unos buenos amigos de mis padres, jamás en la vida lo había visto. Era un chico realmente guapo, un año mayor que yo, de pelo casi negro, con unos ojos grises avellanados que rompían la armonía de su rostro moreno y que le infundían un aire de chico malo e interesante al mismo tiempo. Vestía unos vaqueros muy gastados y una camisa blanca metida en los pantalones por el lado derecho y totalmente salida por el izquierdo. Apenas era un par de centímetros más alto que yo y no dejaba de mirarme a los ojos, de tú a tú, sin desviar la mirada. Le saludé dándole la mano y le pedí que me acompañara con el resto de mis amigos y amigas.
Cuando llegamos junto a los jóvenes, ninguno pareció conocerlo tras las presentaciones. Para todos era un perfecto desconocido. Él nos comentó que había pasado toda su vida en Córdoba, de donde eran originarios sus padres y que al trasladarse estos a Granada, decidieron que siguiera estudiando allí, quedando a cargo de los abuelos. Igualmente nos indicó que, ese curso, habían decidido que lo estudiara en Granada para familiarizarse con la cuidad puesto que la carrera la estudiaría allí mismo.
Comenzamos a beber y comer a medida que íbamos rompiendo el hielo con el nuevo amigo. He de reconocer que se convirtió en la sensación de la fiesta para todos nosotros. Los chicos le contaban cosas sobre la ciudad y como no, le hablaban de la cantidad de chicas guapas con las que podría ligar. Las chicas se pavoneaban y flirteaban, parecían perras en celo. ¿Qué hacía yo mientras? Pues mirarle como una tonta, sin perderme detalle de lo que decía, de a quien miraba, de sus gestos y en definitiva de todos los detalles.
- ¿Qué te pasa Luz? – Me preguntó mi amiga Ana.
- ¿A mí? – Respondí – Nada, no me pasa nada, solo estoy pendiente de lo que habláis – proseguí.
Mentira, estaba fascinada por aquel muchacho que, sin saber cómo y por qué, confundía mi mente y me producía una sensación de ahogo desconocida para mí. Nunca había sentido interés alguno por los chicos, pero Pablo había despertado en mí algo que me ponía un nudo en la garganta.
- ¡Que qué me pasa me pregunta esta!... que si me lo pidiera ahora mismo, le daba el oro y el moro, lo que él quisiera – Me decía a mí misma.
Pasadas unas horas se hizo tarde y los invitados se fueron yendo poco a poco. Cuando los padres de Pablo se despedían de los míos, este me despidió con dos besos y en el segundo me susurró al oído:
- Espero que nos veamos alguna vez y que seamos buenos amigos.
Sus palabras, apenas audibles, me dejaron paralizada, sin saber que decir pero reaccioné diciendo:
- Yo también lo espero, nos has caído muy bien a todos, sobre todo a las chicas.
¡Qué estúpida! ¿Por qué dije esa tontería? Lo que menos me interesaba era mencionarle ese detalle. Pero bueno, se fueron y mi sofoco se hizo más acusado. Para intentar relajarme comencé a recoger todo lo de la fiesta: vasos, restos de comida, papeles, ceniceros. Barrí el suelo, lo fregué, coloqué los sillones y las sillas… en fin, mis padres se miraban maravillados, sorprendidos… extasiados.
Esa noche la pasé despierta, sin dejar de pensar en Pablo y en el momento en que volviera a verlo. Pasaron varias semanas y no lo volví a ver. Me costaba concentrarme al estudiar. Apenas me concentraba en nada. Él siempre inundaba mi mente y no dejaba de verlo en el pensamiento.
Pasaron los exámenes previos a las vacaciones de Navidad y lo cierto es que mi rendimiento había bajado considerablemente. Esta situación no podía seguir por más tiempo, debía hacer algo y con suma urgencia.
El día antes de Noche Buena, mi madre me comentó que habían organizado una comida en un restaurante para el día 30 de diciembre con los amigos, para festejar la Navidad y que también iríamos los hijos. Mis ojos la miraron entusiasmada y mi gozo interior me hizo exclamar:
- ¡¡¡Biennnnn!!!
- Caramba hija, veo que te hace mucha ilusión la comida – me respondió con cara de asombro.
- Si mamá, bueno… el caso es que me gusta mucho reunirme con todos mis amigos – repliqué reprimiendo mi entusiasmo.
- Precisamente… esta tarde he quedado con la mamá de Pablo para ir a comprar unos regalitos para entregar en la comida. – me indicó ella. – Si quieres acompañarnos puedes hacerlo – añadió.
- Bueno mamá. ¿Pero ira Pablo también? Me gustaría saber cómo se adapta a la ciudad. – dije aparentando indiferencia.
- Pues no lo sé hija. Pero podemos pedirle, si no tiene nada que hacer, que nos acompañe. – concluyó ella.
Llegada la hora de salir de casa, yo ya estaba arreglada. Me había puesto un ajustado vestido de lana, algo escotado y que apenas me llegaba a las rodillas, que me marcaba bien las caderas, el culo y los pechos. Encima me había cubierto con un abrigo largo y bien abotonado hasta el cuello. No hacía demasiado frio en la calle pero no quería que mi madre me viera vestida para matar. A buen seguro me obligaría a ponerme algo más abrigado. Mi intención era que, cuando me lo viera puesto, fuera en la calle y que ya no tuviera remedio.
Cuando los cuatro llegamos al centro de la cuidad, decidimos que las madres se fueran de compras y que Pablo y yo nos fuéramos a tomar chocolate caliente a una cafetería que yo conocía, donde era una especialidad.
Cuando nos sirvieron el chocolate, no habíamos parado de hablar de todo tipo de temas. Se notaba que era un chico muy inteligente y que se interesaba por multitud de cosas. Tras un rato soplando, comenzamos a tomar el chocolate. Aun estaba caliente y entraba muy bien. Tras terminar de tomarme el mío, sentí como el calor invadía mi cuerpo, por lo que me armé de valor y me quité el abrigo. Antes no lo había hecho pues me daba mucha vergüenza, no sabía qué pensaría Pablo, al verme vestida de esa forma en pleno invierno.
- ¡¡Joder, Luz!! – Exclamó – ¡menudo cuerpazo tienes con ese vestido! – Prosiguió.
- Gracias Pablo, has heredado la galantería de tu padre – Repliqué algo nerviosa.
Acto seguido levanté la mano y con un gesto indiqué al camarero que me sirviera otro chocolate… lo necesitaba con urgencia. El calor que me produjo la segunda taza fue muy superior al de la primera. Durante todo el rato que permanecimos allí, no dejé de sudar por efecto del chocolate y de las miradas de aquel muchacho que tanta fascinación me producía.
Cuando nos levantamos para marcharnos, él se puso detrás de mí, ayudándome a poner el abrigo. Cuando lo tuve puesto, desde atrás me abrochó los tres botones superiores, juntando su cuerpo con mi espalda, con mi culo y rozando levemente mi pecho derecho con su mano al retirarla. ¡¡Dios santo, como me puso!! Sentí como una especie de calambre nació en el estómago y bajo hasta mi entrepierna pasando por el vientre. Nunca había sentido tal sensación y tampoco hubiera imaginado que pudiera ser posible. El corazón parecía querer salirse del pecho. Como pude di unos pasos y nos fuimos caminando al encuentro de nuestras madres.
Pasamos el resto de la tarde los cuatro juntos, tomando unos refrescos y unos pasteles. Yo, sentada, con las piernas cruzadas, era incapaz de separarlas, sentía que tenia las braguitas húmedas en la zona vaginal. No sabía si era por efecto de los calores pasados o por otra cosa. Aunque nunca había tenido deseos sexuales, sí tenía algo de información sobre el tema pero… obviamente me faltaba la experiencia.
Esa noche y los días siguientes sentí cambios en mí desconocidos. Sentía unas ganas locas de masturbarme cuando recordaba el momento en que me puso el abrigo. Tenía las nociones de cómo se hacía pero me aterraba no hacerlo bien y que mi primera paja fuera un desastre. Quería que fuera plena y satisfactoria.
Pasado el día de Navidad, decidí abrirme a mi madre y contarle lo que me pasaba. No podía aguantarme y necesitaba sus consejos. Después de comer, ambas nos sentamos en el sofá, tomando una taza de té. Mi padre tenía guardia ese día en el hospital y por tanto estábamos las dos solas.
Le expliqué lo que me pasaba y los motivos por los que me sentía así. Ella me tomó de la mano y me dijo:
- Hija mía, me hace muy feliz que confíes en mí para tratar este tema. Sé que para ti es una sensación muy íntima y muy especial. He de decirte que no tienes por qué sentirte avergonzada ni retraída. Todas tenemos esta primera vez y sé lo importante que es que lo disfrutes plenamente y consciente de la importancia que tiene para una niña… mejor dicho, para toda una mujer.
- Gracias mamá, no tenía miedo de contártelo, pero sí de que pensaras que soy demasiado joven – contesté bastante relajada tras ver su primera reacción.
- Mira hija, yo podría decirte que hacer y cómo, pero entenderás que es solo teoría, no podemos practicar juntas ni que te indique de forma explícita. Haremos algo que creo que es lo mejor – me dijo en tono muy relajado.
- ¿Qué mamá? – Pregunté ansiosa por saber lo que me propondría.
- Verás, tengo una amiga que es sexóloga. Es una profesional pero, sobre todo, es de plena confianza. Yo la llamo por teléfono ahora y aunque está de vacaciones, creo que podrá darte una cita. El gabinete lo tiene en su casa y no creo que ponga pegas.
Dicho esto tomó el teléfono y la llamó. En la charla parecí entender que su amiga no puso objeciones y que, debido a la confianza que se tenían la una en la otra, me atendería de forma muy especial.
Esa misma noche, después de cenar, mi padre llamó a la puerta de mi cuarto y le hice entrar.
- Hola hija – me dijo rompiendo el hielo – mamá me ha comentado lo que te sucede y la solución que habéis adoptado. Quiero que sepas que es algo natural y que no debes tener miedo ni vergüenza, ambos confiamos en ti. Pero ten en cuenta lo que siempre te digo: “lo que se hace con moderación es bueno, lo malo son los excesos” – afirmo dándome un beso en la frente.
- Gracias papá, te quiero mucho. Siempre tengo presentes tus palabras y consejos. – contesté besándole en la mejilla.
Nos dimos las buenas noches y me dispuse a dormir, algo que no conseguí hasta pasada la mitad de la noche.
Al día siguiente acudí puntualmente a casa de la amiga de mi madre. Ella me abrió la puerta y se presentó con mucha dulzura. Me invitó a entrar al salón y nos sentamos en el sofá. Tenía preparadas unas pastas y una tetera caliente a tenor del vapor que despedía. Pasamos una medía hora charlando. En ese rato le conté lo que me sucedía y le hablé de mi nula experiencia sexual. Ella muy atenta me escuchaba y replicaba.
Realmente me sentía muy cómoda con ella. Su voz era pausada y dulce, muy relajante. Además era joven todavía, debía tener unos 37 años, más o menos como mi madre. Su cara era agradable y me atrevería a decir que me pareció bastante guapa. Realmente consiguió que perdiera la vergüenza.
Me preguntó que si era virgen y la respondí afirmativamente. Pero maticé, que el año anterior, la ginecóloga me retiró el himen pues me producía molestias al usar tampones y sobre todo al nadar en la piscina. Ella me contestó que eso era una buena noticia para mí pues, a la hora de hacerlo, no tendría el miedo de algunas chicas a romperlo, sangrar y demás. Que no era fácil que eso ocurra pero que algunas no pueden evitar sentirlo.
Finalmente se levantó del sofá, me ofreció la mano y me ayudó a levantarme, invitándome a acompañarla a la consulta que tenía en una habitación muy grande, al final de un largo pasillo. Cuando llegamos, ambas nos sentamos en unas butacas que había colocadas delante de su escritorio.
Tomó de la mesa un modelo en plástico desmontable de la zona vaginal. Durante un rato me explicó que era cada zona, cada rincón de la anatomía intima de la mujer y la función que tenía. Yo sabía casi todo, pero me descubrió una forma de verlo muy detallada.
Durante un buen rato me indicó que debía hacer cuando estuviera sola en mi cuarto pues, según ella, sería el lugar más apropiado al tener intimidad y comodidad. También insistió mucho en que lo hiciera muy despacio al principio, para familiarizarme con esa zona íntima. Me tranquilizó afirmando que yo misma, sin darme cuenta, iría acelerando las acciones a medida que progresara. Finalmente me aconsejó que usara una crema lubricante que podría comprar en cualquier farmacia sin problemas. Así mismo, me recomendó usar un consolador fino, especial para aquellas que nos iniciábamos en esas prácticas. Ella misma me proporcionó uno nuevo que sacó de un cajón. Afirmó que para comprarlo tenía que ser alguien mayor de 18 años y que mi madre estaba conforme.
He de reconocer que estaba radiante de felicidad y muy impaciente porque llegara la noche y poder practicar en la intimidad de mi cuarto. Por fin podría calmar ese fuego que sentía dentro de mí cuando pensaba en Pablo.
No quiso cobrarme y tras mis insistentes intentos me dijo:
- No te preocupes mujer, tú tranquila que yo hago cuentas con tu madre y que me pague invitándome a comer un día de estos. Lo importante es que disfrutes de tu cuerpo y seas feliz. Tú sobre todo conoce tu cuerpo y cuando necesites consejo, o lo que quieras, vienes y lo hablamos ¿Vale?
- ¡¡GRACIAS!! Muchas gracias. No te preocupes que, desde hoy, vendré siempre que necesite consejos profesionales de una amiga. ¡Gracias! – le respondí al tiempo que nos abrazábamos de nuevo.
Antes de irme, me recomendó también colocar un espejo de mano delante de la vagina cuando lo hiciera, de esa forma podría ver mejor la entrepierna y saber en todo momento lo que estaba haciendo. Nos despedimos y me fui a casa.
Al llegar saludé con un fuerte beso a mi padre y con un fuerte abrazo a mi madre. Les conté todo lo sucedido y les di las gracias por ser muy especiales. Los dos me miraron con expresión de ternura y en cierto modo de satisfacción por la solución al “Problema”.
Después de cenar me fui a mi cuarto a chatear con mis amigas por MSN, no veía la hora de contarlo a las más íntimas. Evidentemente obviaría el motivo principal por el que di ese paso, Pablo. Lamentablemente ese día él no se conectó. Pero en el fondo lo preferí así. No sé que hubiera sucedido si se conecta.
Después de un rato charlando con ellas y diciendo bobadas, me aseé para dormir. Me lavé las manos a conciencia, me desnudé y me puse un pequeño camisón que me llagaba por los muslos, sin las braguitas.
Por fin había llegado el momento más importante de mi vida sexual hasta ese día. Tomé un pequeño espejo del tocador, la crema y guardé el vibrador en la mesita de noche. Apagué la luz y encendí una pequeña lámpara que tenía en la mesita. Me recosté contra el cabecero de la cama, con varios cojines debajo de mi espalda y me coloqué lo más cómoda posible. Tomé de la mesita una taza de chocolate caliente que previamente me había preparado. Creo que desde el día que lo tomé con Pablo, sentí que el chocolate despertaba en mí el deseo sexual. Nunca antes lo sentí pues nunca lo tomé en semejantes circunstancias.
No dejaba de pensar en Pablo y en el momento que cerré los ojos, su imagen acudió rápidamente a mis pensamientos. Recordé el momento en que me ayudó a poner el abrigo, el roce de su cuerpo contra el mío y el tacto de su mano al pasar ligeramente acariciando mi pecho.
Casi sin darme cuenta comencé a deslizar mis manos por los pechos, recorriendo su redondez, parando al pasar por los pezones, notando como se ponían duros, casi como cuando iba a nadar a la piscina y se erizaban con el frío al salir del agua. Un agradable hormigueo recorría mi pecho. Al mismo tiempo cruzaba las piernas restregándolas para encerrar mi sexo. Sentía el calor en mis muslos por la excitación y por el rozamiento.
Pasados unos cinco minutos, era incapaz de imaginar que fuera Pablo quien me hiciera todas esas caricias, que fuera él quien me diera el placer que tanto anhelaba. De repente tuve una idea. Pensé que si ponía el espejo delante de mi coñito, podría imaginar que éste era él mirándome, observando cómo le ofrecía ese regalo.
Separé las piernas y las flexioné, dejando bien visible la entrada al reino del placer que estaba por explorar. Coloqué el espejo y pude verme los labios, a media luz, entre penumbras. Dejé apoyado el espejo en su soporte trasero y deslicé la mano derecha desde los pechos, pasando por el vientre, por el pubis ligeramente poblado, de forma muy lenta y disfrutando de cada centímetro. Con la otra mano me dedicaba a recorrer los pechos, alternándolos.
- ¡Ummm! Un ligero gemido de placer escapó de mis labios entreabiertos.
Cuando mi mano derecha llegó a la vagina, tuve que detenerme para no lanzar un gemido más fuerte. Al instante continué y separando los labios, con dos dedos, descubrí la entrada. Quise seguir los pasos indicados por Alicia, la sexóloga, y buscando el clítoris lo encontré. Con el dedo corazón comencé a frotarlo muy despacito, con calma, sintiendo su volumen, su tacto. De todos los movimientos, decidí que el circular era el que más placer me proporcionaba.
Llegada a este punto, las caricias en los pechos las había convertido en pequeños pellizcos en los pezones. Los compaginaba con las caricias en el clítoris. Sentía como mis caderas se balanceaban de un lado a otro. Mi cuerpo comenzaba a serpentear levemente.
- ¡¡UMMMMMMMMMM!! - Un segundo gemido volvió a escapar de mis labios. Este más fuerte y prolongado, en el momento en que los movimientos de mi dedo en el clítoris aumentaron en intensidad.
Miraba al espejo y podía ver mi dedo deslizándose por el botoncito. De repente paré en seco, había recordado que, con el calentón que tenía, olvide ponerme un poco de crema en los dedos. Rápidamente abrí el tubito, me impregne generosamente los dedos centrales y sin perder tiempo en colocar en su sitio el tapón, volví donde ansiaba retornar.
Tras un rato, acerqué los dedos a los labios vaginales y los acaricié, sintiendo cada uno de sus pliegues, su textura y los recorrí en toda su extensión. Finalmente, decidí no perder más tiempo en introduje la yema del dedo en el interior de la rajita. Tras ver en el espejo como se iba perdiendo dentro de la vagina, cerré los ojos, recosté la cabeza contra el cojín, mordí los labios e introduje el dedo todo lo que pude.
- ¡¡¡UMMMMMMMMMMMM!!! Volví a soltar de los labios un tercer gemido, este sin duda mucho más fuerte. No pensé en ningún momento que mis padres pudieran escucharme a pesar de existir, entre su dormitorio y el mío, una salita de estar y un cuarto de baño.
Estaba tan concentrada en darme placer y tan ansiosa por sentirlo, que mis pensamientos eran solo para Pablo y para mí.
El dedo no dejaba de entrar y salir. De vez en cuando lo dejaba a medio camino y lo dedicaba a explorar mi interior, en todas direcciones. Sabía bien, a través de mis incursiones en internet, más o menos donde podría encontrarse el punto “G”. Lo busqué afanosamente a medida que mi excitación y placer aumentaban… quería descubrir todo lo posible esa misma noche, ese mismo instante.
No encontré el punto “G” (ahora lo sé a ciencia cierta), pero en ese momento, lo que si encontré, fue un placer inimaginable para mí. La mano que acariciaba mis pechos dejó de hacerlo y casi de forma automática se deslizó hasta los muslos, acariciando el interior de estos, tratando de coger las hormigas que parecían recorrerlos y que surgían del vientre, por debajo de él… no sabía de dónde, pero me estaban volviendo loca. Sentía como la entrada de la vagina se hinchaba, los labios aumentaban de temperatura… uffff, me estaba volviendo loca.
Sin duda había experimentado lo que llamaban “Un orgasmo”. El dedo comenzó a resbalar en el interior del coño. Pequeñas gotas de un fluido suave y algo viscoso comenzaron a manar por la abertura vaginal. Decidí meter otro dedo más para intensificar el placer. No quería dar tregua y ansiaba sentir más. Cuando el orgasmo terminó, los dos dedos ayudaban a evacuar los fluidos que, desde el interior de mis entrañas, ansiaban salir y ver la luz por primera vez.
Durante cinco minutos más, continué introduciendo los dedos dentro de mí y alternando con caricias en el clítoris. Los pezones habían retomado su estado natural y los labios me ardían por los numerosos mordiscos que, sin darme cuenta, habían sufrido. Después de todo, me había olvidado por completo del vibrador. No me hizo falta.
Finalmente cerré de nuevo los ojos, quise ver otra vez la imagen de mi amado, como si quisiera darle las gracias por tanto placer obtenido.
Tras todo esto me incorporé de la cama, recogí todo, y me metí en el baño a través de la puerta que comunicaba con mi dormitorio. Me senté sobre el bidé, unté la mano con jabón líquido y dediqué un buen rato a lavarme la zona íntima. El agua fresca fue muy agradecida por el ardiente coñito. Finalmente regresé al dormitorio, me puse las braguitas, cambié las sábanas y me metí en la cama, bien tapada, apagué la luz y me quedé pensando, recordando e imaginando todo cuanto mi mente fue capaz hasta quedar dormida.
A la mañana siguiente me desperté muy contenta, con ganas de desayunar abundantemente. Al llegar a la cocina di los buenos días a mi madre y un beso muy especial. Ella percibió mi alegría y mi esplendida sonrisa. En voz baja, casi susurrante, me preguntó:
- ¿Ya? ¿Lo hiciste?
- ¡¡Siiiiii!!… respondí sin dejar de sonreír.
Me sentía tan feliz que deseaba que todo el mundo lo fuera. Volví a besar a mi madre y ambas nos fundimos en un abrazo que recordaré toda la vida. Las lágrimas brotaron de mis risueños ojos, en silencio.
- ¡Gracias mamá! Te quiero más que a nadie en el mundo. Eres la mejor de las madres. – dije sin dejar de sollozar.
- De nada hija, yo también te quiero más que a nada en el mundo. Y ahora desayuna que lo necesitas. Respondió sin dejar de mirarme con el amor que solo ella sabe expresar.
Cuando mi padre entró en la cocina no necesitó preguntar nada, al verme tan feliz y al mirar a los ojos de mi madre, supo o imaginó cual era el motivo de tanta alegría. Pero no dijo nada, al menos en mi presencia.
Pasaron los días y todas mis amigas ya sabían la noticia. Unas me felicitaron muy contentas por ser una más, otras también lo hicieron pero con cierta envidia, pues aun no habían experimentado algo así.
Finalmente llegó el día de la comida con los amigos de mis padres y los míos. En los días que mediaron entre ese y aquel en que tomé chocolate con Pablo, no nos habíamos visto, apenas habíamos hablado unos pocos ratos por internet. Pero él no tenía ni idea de lo acontecido.
Ese día quería estar radiante. Pretendía que, cuando me viera, no pensara en nada, ni nadie más que no fuera yo. Definitivamente había puesto mis ojos en él y no pararía hasta conseguirlo. Para lograrlo me vestí con un pantalón de cuero granate tan ceñido que me costaba sentarme. No dejaba, sin duda, nada a la imaginación. Lo complementé con un suéter de algodón muy fino y sin sujetador debajo, que definía bien las tetas, de forma que en algún momento marcara bien marcados los pezones. En la cintura un grueso cinturón de cuero negro con una gran hebilla en bronce. Botas negras de piel y con tacón medio. La bisutería para las ocasiones especiales, labios rojos y cara levemente maquillada. El pelo con infinidad de tirabuzones y ligeramente recogido. Si se me escapaba vivo realmente no tenía sangre en las venas.
Mis padres y yo fuimos de los últimos en llegar… podéis imaginar quien tuvo la culpa… jajajajaja. Notaba que todas las miradas se clavaban en mí, sobre todo las de los mayores. No me importaba, la diana que yo buscaba no era ninguno de ellos. Cuando llegué donde estaba Pablo, noté como desnudaba mi cuerpo con la mirada. Tenía media batalla ganada, solo faltaba que no se despegase de mí en toda la tarde.
En la mesa nos sentamos uno en frente del otro. Él lo hizo primero y al pasar a su lado me incliné a su oído y le dije:
- ¿Sabes una cosa Pablo? El otro día me masturbé, la primera de mi vida, pensando en ti. Recordé el día que me ayudaste a ponerme el abrigo. Al sentir el roce de tu cuerpo en mi espalda y en mi culo, me pusiste tan cachonda que te dediqué una bonita paja.
Dicho esto seguí mi camino, rodeando la larga mesa y me senté frente a él. Al mirarlo no puede evitar sorprenderme. Lejos de estar perdido, desorientado, me miraba con esos ojos penetrantes, desafiante y me atrevería a decir que de forma chulesca. Moviendo los labios y sin pronunciar sonido alguno entendí que me decía:
- Cuando me lo pidas te hago yo una.
- OK - le respondí del mismo modo, sin emitir sonido alguno y acompañando mi respuesta con el dedo pulgar en alto.
Toda la comida la pasamos hablando, frente a frente. Después de comer nos fuimos todos los jóvenes por un lado y los mayores por otro. Fuimos a pasear en pandilla, pues la tarde era muy agradable. Cuando llegó el momento de despedirnos, Pablo me dijo al darme los besos de cortesía:
- ¿Quieres que te llame un día de estos?
- Como tardes más de uno en hacerlo, mando a la policía a buscarte – Le respondí.
- ¡OK “chiqui”! No te separes del teléfono. – me replicó más chulo que yo.
Salvo un par de días, que fue a pasar fin de año con su familia a Córdoba, el resto de las vacaciones nos vimos a diario. Fue en estos días cuando por fin se decidió a pedirme salir como novios. Sin duda era el primer chico con el que salía pero ¡¡Qué chico!! La espera mereció la pena.
Este es el relato de mi primera masturbación, la más importante por ser la primera y por quién la provocó. Gracias a mis padres y a Alicia, la sexóloga, pude apagar el fuego que Pablo había despertado en todo mi ser. No solo conseguí mi primer placer sexual, también logré encontrar el primer amor. Fue muy bonito y el principio de una intensa vida sexual.
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Siguiente relato >>> De niña a mujer “El primer polvo ¡El mejor!” >>> Hetero: Primera vezadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-63371453835884439132011-12-07T12:01:00.001-05:002011-12-07T12:01:33.398-05:00Sueños LúbricosSoy por norma un hombre atildado. No puedo quejarme. Vivo de mi profesión universitaria, tengo una bella y apasionada esposa de origen extranjero y una hija adorable. Soy un hombre afortunado y básicamente exitoso. Disfruto la vida en toda su intensidad o al menos eso es lo que trato de hacer cada segundo de mi existencia. Es lo único que me voy a llevar cuando me toque partir: las sensaciones placenteras y de las otras que he experimentado.<br />
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A pesar de de mi compostura, reconozco que dentro mío arde un fuego inextinguible. Venero al género femenino tanto que no me importa su orientación sexual. Los hombres deberían saber que nada se compara con la exquisitez de la sensibilidad femenina para entregar su pasión y entregarse ellas mismas cuando logran quitarse esos falsos pudores que nosotros, los hombres, les hemos impuesto a lo largo de los siglos. Tengo la respuesta sexual a flor de piel, pero aún así no soy promiscuo. Me gusta la mujer que se quita las vestiduras del alma y se muestra como una hembra soberbia. Disfruté de muchas a lo largo de mi vida. Siempre me consideré un superado en cuanto a sexo se refiere, pero bien dicen que "el que a hierro mata a hierro muere"…<br />
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Soy afecto a la literatura y leo de todo un poco, desde el más encumbrado de los clásicos universales hasta el más humilde aporte de un aficionado en una web de relatos. Hace un tiempo que me agrada leer historias subidas de tono, algunas más explícitas otras menos. Con casi todas he terminado masturbándome, aliviando la tensión producida. Con otras he tenido la fortuna de compartir mi secreto ardor con mi esposa, aunque ella ni siquiera lo haya percibido. Es otro placer el que siento al auto complacerme, distinto al que mi amante compañera me sabe brindar muy bien y el que también disfruto hasta el delirio. Pero hace poco tiempo me topé con una mujer que me encendió como ninguna, parecía unos de esos personajes de aquellas historias que leía a diario. Una de esas damas que son hielo por fuera, fuego por dentro, todo un desafío para un tipo como yo.<br />
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El lugar donde la conocí me daba pie para verla todos los días y siempre buscaba la forma de coincidir con ella para entablar una conversación inocente, tan elegante como el objeto de mis desvelos, conversación que ella seguramente olvidaba apenas atravesaba la puerta de aquel recinto. Y yo me quedaba allí, en silencio, perdido, soñando con su boca, anhelando un beso que no llegaría jamás. Y después lo de siempre, mi rutina, mis obligaciones y en mi silencio ella, siempre ella con sus años más jóvenes que los míos.<br />
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Sé que no es tu estilo nena, pero la excitación que me provocas merece que llame las cosas por el nombre con que las siento. No me pidas que me exprese bonito como lo haces porque mira lo que me has hecho. Mi sangre bulle por las venas cuando te imagino en las situaciones que leo. Comienzo a pensar locuras y me adivinas cada reacción anticipándote a mis acciones. Juegas conmigo adrede y yo te lo permito, me seduces sin conocerte y comienzo a depender de tus palabras y tus gestos. Siento celos absurdos de ese hombre que quizás está en tu vida. ¡Cómo quisiera ser yo quien te recorra y te haga explotar! Ya no me excitas, me calientas, me recalientas, no sabes cuanto lamento la estrechez de mis pantalones cuando pienso en tí.<br />
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Que delicioso descaro tienes, tesoro. Ni que me hubieras visto, pero tu condición de hembra bien colmada te permite conocer a la perfección los secretos del ardor masculino. Huyo al baño, y libero mi fiera, ese pedazo de carne caliente que pende entre mis piernas, pareciera que liberara un suspiro y tuviera vida propia suplicando que una mano amiga le seque las lágrimas que corren por su cabeza sin cesar. Oh, nena, nena, nena, estoy tan caliente que tengo que cerrar los ojos mientras mi mano se cierra sobre mi miembro fundiéndose en un solo conjunto. Qué ganas de clavarte hasta el fondo que tengo, que ganas de cogerte hasta que me digas que no puedes más. Más, más, más, ahhhhh. Abro los ojos y levanto el rostro, mientras no dejo de meneármela con escalofriante suavidad; me miro al espejo y me veo descompuesto de placer y como en un espejismo allí te presentas, desnuda como una muñeca de nácar, con tus pechos blancos, llenos, antojables. Dámelos que quiero saciar mi sed y llenar tu fuente porque también quiero perderme entre tus piernas amor… Me estoy volviendo loco, me muero por beber de tu cántaro de vida. Pásame la lengua, me dices y te me ofreces en el total abandono y la calentura que tengo te obedece. No me digas eso, que estoy al palo, no quiero hablarte así muñeca, ¿pero no ves que tengo la pija como un hierro que no quiere fundirse a no ser en tu chorreante gruta? Te la metes en la boca como una posesa, porque tú también me deseas y te enloqueces, la sorbes, la chupas, la saboreas, pero me la aprisionas en la base junto a mis repletos testículos en el momento justo que iba a eclosionar en tu dulce boquita. Quieres más y te lo doy….<br />
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Te acaricias para mí, porque sabes que eso me enloquece. Me anticipa la delicia de tus jugos bañándome el falo. No quieres derramarte a no ser que me tengas dentro tuyo y me lo pides y no puedo negártelo porque me tienes absolutamente postrado a tus pies mi princesa. Empiezo a cogerte con cadencia precisa, con sugerente fuerza porque quiero que acabes de una vez y yo también, tus jugos me empapan, tu aroma me enloquece, grito tu nombre y me invades la boca con tu lengua abrasadora, caliente, mojada, exquisita. No creo que pueda aguantar mucho más.<br />
<br />
No te rías chiquita, mira a este hombre cómo está por tu causa. Ven, dame un poco de alivio y llévame contigo adónde quieras. Se mi amazona… Me montas, me cabalgas, gimes en tu plenitud de hembra bestial, no hay nada que calme tu calentura excepto mi leche caliente que pugna por salir y te inunda. Ruego en mi interior que hagas tu conjuro y tu cuerpo adorado me ordeñe o tendré que echarle un polvo de campeonato a mi esposa esta noche. ¿Pero que estoy diciendo si al hacerlo con ella te veo a ti? Oh, así, así, me voy, me acabo, me acabo… ssssiiiiiiii.<br />
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¡¡¡Oh Dios!!! Las últimas gotas de mi simiente espesa caen al suelo al calmarse el último estertor de mi pene. Abro los ojos y veo que te has ido, volviendo a la secreta morada de mi alma, ese sitio que has reclamado para ti de modo imperativo y solemne. Te quiero, te deseo, me muero por ti, hembra adorada. Debería contarte esta experiencia, pero te perdería, me muero por verte de nuevo y soñar por un instante que me tienes en tus lúbricos sueños. Oh, mi tesoro, no hay nadie en este mundo que te idolatre tanto como yo….administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-90253195237754351202011-12-07T12:00:00.001-05:002011-12-07T12:00:51.262-05:00Cancer sexual; La rutinaRutina, sencilla como una nube, implacable y densa, casi no me deja respirar... Es lunes;respiro hondo... mi marido da un portazo y entonces; otra nube... Estoy estirada en la cama, inerte, derrepente pienso que hice ayer; que paso. Nada.Estoy triste un poco anestesiada, he dormido mucho esta noche, y tengo esa sensación de vacío que me llena el alma y no me deja dar un paso...<br />
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Han pasado diez minutos, y sigo aquí en la cama, pensando que fue de esa mujer decidida y feliz que era yo hace cinco años, antes de casarme, llena de sueños, cuando todo era diferente, me case con Juan y si....Algún momento sentí ser feliz, y no se que sensación es esa,ni sexo tenemos...ahora ya no recuerdo cuando fue la ultima vez que el me toco, ni siquiera ya me da un beso cuando sale de casa, y por descontado cuando llega menos... Ya no me siento guapa, ni atractiva...<br />
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Me levanto, me desnudo frente al espejo, aun tengo mis encantos; pienso... Sin saber como comienzo ha tocarme las pechos... están un poco caídos pero aun tienen esos pezones rosados y pequeños, son bonitos.... los aprieto, siento como se endurecen los pezones con mis caricias... cierro los ojos y sigo tocándome suave sin prisa...poco a poco....<br />
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Me siento en el borde de la cama, me miro al espejo con las piernas abiertas, y noto ese frescor que entra por el balcón, el ruido de la calle me deja un poco descolocada pero yo sigo, mirándome; deseándome... como antes.. me toco el interior de los muslos, acaricio mis labios mayores, casi sin rozarlos... y MMM...... una ráfaga de placer, Siento como mil hormigas recorren toda mi piel... cierro los ojos y me estiro con las rodillas dobladas, me entrego a mi misma con todas mis ganas... y tarda pero llego... un orgasmo,... bendito como una lluvia en la sequía mas devastadora.. lo necesitaba, Juan ya no me toca nunca y yo estoy abandonada.. pero desesperada... sigo cachonda...<br />
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Son las ocho de la noche, Juan llegara en de cinco minutos, estoy nerviosa, normalmente no suelo masturbarme, pero me ha sentado genial, y tengo ganas de sentir a mi marido, tengo la cena preparada, nada especial, una ensalada con queso de cabra, y poco mas... Hoy no quiero cocinar, quiero otra cosa...<br />
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--Hola nena.<br />
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Su tono de voz, es igual de aburrido que esta mañana y ahora la farsa nocturna, automaticamente saludo con un cariño forzado, me siento como en un anuncio de los años sesenta, pero sin delantal ni bizcocho saliendo del horno. Es patético. <br />
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--Hola, cariño; que tal el día?¿ solucionaste lo de Paco?<br />
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--pufff..., ese cabrón; el día menos pensado le parto la bocaza esa que tiene... y tu que? Algo interesante para variar?<br />
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Me quedo parada, siempre tiene ese desden en su boca,es asqueroso. Normalmente me daría igual pero, hoy se la devuelvo.<br />
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--Si; para variar hoy me he corrido dos veces... Por cierto hay ensalada para cenar; y si no; conejo al natural.<br />
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--Conejo? bah...Nena me estas vacilando? Que mosca te ha picado; a que coño viene tanta tontería... te has corrido, como y con quién?<br />
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--No me has contestado ensalada o conejo?<br />
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Sonrío picara; a el no le hace gracia y me da lo mismo, estoy al limite.<br />
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-- Déjate de tonterías, dime que mierda es esa de que te has corrido, si tu ya no.... tu...<br />
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Le corto en seco, no soporto ni siquiera la idea absurda de que el pueda pensar que soy una simple, que no necesito estímulos, ni tengo mis deseos como mujer, y sobretodo que busque escusas; necesito y quiero que el me desee; como antes.<br />
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-- Yo; yo que, cariño? ...Quiero que me toques, Juan! Literalmente quiero que me FOLLES! Y; sí! Hoy; me he tocado, ¡ y me ha encantado...<br />
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En un acto espontaneo me arranco la blusa, y cojo mis pechos, me acerco a la cara de mi marido, y se las estampo en la cara...<br />
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-- VES... VES ESTO... ESTO ES TUYO...<br />
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Me siento derrotada en el sillón, mirando la ensalada como si fuera un punto muerto, una protección, no quería mirarle ala cara...demasiada frustración...<br />
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-- Nena, yo.. pensé que tu; que no te apetecía, te noto fría siempre...<br />
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Me levanto, con la sensación de derrota, con una sed de cariño desconocidas para mi y me siento encima de el; me siento una niña... dejo caer mi cabeza en su hombro y lloro... con tal impotencia que abandono toda gerra inicial, necesito paz algo nuevo...<br />
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--Cariño, mío...-- las palabras suenan en mi mente pero no me reconfortan. Ni me consuelan solo quiero una cosa, y es sentirme mujer...<br />
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Le cojo la mano y me la llevo a mi pecho, el entiende rápido y la coje con la palma abierta, la acaricia, y con la otra me abraza, y aprieta fuerte contra su pecho, aun tiene la camisa puesta...<br />
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Primero un botón y luego el otro,... le huelo el pecho... me encanta su olor, su calor. Empiezo a chuparle un pezón, este se pone duro aceptando mi lengua y pide mas... ya noto la polla de mi marido en mi coño húmedo... sigo sentada como una niña, y mi cuerpo solo pide una cosa...<br />
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Siento cada latido de mi corazón, en lo mas hondo de mi ser, dentro de mi, es un placer sentirlo ahí tan fuerte. Empiezo tocar esa roca que antes era nada, y suspiro de placer al ver que esta tremendamente dura, como nunca, y me dan ganas de metérmela directamente, pero me aguanto... quiero disfrutarla de a poquito, saborearla. Tengo mucha hambre de sexo; y este plato me encanta, asi que me lo pienso tomar con calma. Juego con ella con mis manos, la cara de mi marido no tiene precio, es como ver a un niño con el juguete de su vida, esperando a que le den permiso para romperlo de tanta ilusión, pues va a esperar,porque, este es mi turno...<br />
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Humedezco mi boca, y me chupo toda la mano con sutileza, agarro la polla con la mano izquierda y con la palma de la otra empiezo ha hacer círculos en el glande, siempre le encanto que hiciera eso, y suspira de placer, eso a mi me encanta, me acerco muy muy lentamente a su polla ahora esta perfecta para comérmela parece que va a reventar, le doy un lametón desde los huevos hasta la punta y me la meto muy suave en la boca, juego con mi lengua, y me la trago... me quedo quieta con toda la polla dentro de mi boca y noto su sabor, me vuelve loca, y mientras el me acaricia el pelo con fuerza, yo me toco mi clítoris, esta rebosante pidiendo a gritos atención de cualquiera de los dos...Así que me pongo a tono mientras me trago todo lo que mi marido lleva acumulado durante demasiado tiempo...<br />
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--Cariño, esta igual de rico que siempre. Me encanta.--Le digo satisfecha... se de sobras que ahora toca mi turno, así que le dejare descansar lo mínimo.<br />
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CONTINUARA...administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-58380785331154476102011-12-07T11:59:00.001-05:002011-12-07T11:59:01.903-05:00Las turistas rusasPreparo las cosas de la perra para salir. No se si las turistas rusas se tomaron en serio lo de volver a vernos en el parque. No pierdo nada. Salgo a la misma hora que ayer. Son las 21:55h. Me gustaría volver a coincidir. No tiene mucho sentido que prefieran estar de picnic en un parque a ir de fiesta. Seguramente no estén. No pasa nada. Me voy mentalizando. En realidad el que apenas hablen inglés es un coñazo.<br />
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Llego tras la caminata. Estoy tranquilo. Recorro con la vista los distintos bancos del parque. Diviso dos chicas en uno de ellos. Me acerco. Son ellas. Las saludo simpático. Me devuelven el gesto en mi idioma. Han estado aprendiendo unas cuantas palabras en español. Eso es bueno. Me preguntan por mi nombre y me dan tres besos cada una. Se llaman Liuba y Tanya. Su actitud es muy diferente a la de anoche. Quieren romper el hielo desde el principio. Me ofrecen participar en su extraño picnic nocturno. Cosa que no hicieron ayer.<br />
Se nota que han hablado de mí entre ellas. Se las ve muy decididas. Aunque no tengo claro cómo se me han repartido. Quien de las dos está más interesada. No veo señales. Las dos están super atentas conmigo. Se esfuerzan en darme conversación aunque les cuesta mucho hablar inglés. Fantaseo con la idea de que quieran hacer un trío. Sólo por esto merecería la pena haber venido a vivir a la Isla sólo. Ojala pudiera meterme en sus cabezas y leer sus pensamientos. Aunque si esto fuera posible imagino que no los entendería, estarían en ruso.<br />
<br />
Hablamos y jugamos un buen rato con Linda. Me cuenta que no les gusta salir de marcha. Lo hicieron el primer día que llegaron y acabaron espantadas. No soportaban que guiris borrachos les tocaran constantemente en la discoteca. Tampoco les gusta que desconocidos intenten ligar con ellas en la playa. Soy el único que podría follar con ellas. No tengo competencia. Si algún otro tío joven y su perro se acercan azuzaré a Linda para que se pelee con el suyo y tenga que alejarse. Le he enseñado con un muñeco. Le digo “saluda” y lo ataca con dureza. Así puedo darle la orden sin que nadie sospeche nada y me denuncie.<br />
<br />
La verdad es que no se qué hacer. No quiero flirtear con una de ellas y dejar de lado a la otra. No quiero cerrarme puertas. Espero que me den alguna señal. Vuelven a su país el jueves. Hoy es domingo. Les propongo salir mañana por la noche pero no quieren. No les gusta. Prefieren hacer otro picnic. No es el mejor lugar para llegar a nada. Tengo que pensar algo. Tengo que proponerles una excursión a algún lugar recóndito de la Isla. Donde no haya nadie. Donde nos podamos bañar desnudos y hacer el amor en plena naturaleza. Será la mayor aventura de sus vacaciones. Todavía no conozco muy bien la zona. Tengo que buscar un buen sitio en Google Maps. Quizás una cala rocosa o un bonito riachuelo en el interior. Tengo que organizarlo bien en casa y proponérselo mañana. Es imposible que digan que no.<br />
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Nos despedimos tras una agradable velada sin sexo.<br />
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Estoy en casa. Anochece. Falta media hora para reunirme con las rusas. He estado todo el día encerrado en casa, como un vampiro, esperando este momento. He preparado la excursión perfecta. Tendremos que alquilar un coche y luego caminar una hora aproximadamente por un sendero tortuoso para llegar al lugar escogido. No habrá nadie. No merece la pena. No es tan bonito como para ir a pasar el día. Perfecto para nosotros. Quizás pasen miedo cuando vean por donde las llevo. Pero ya no habrá vuelta atrás. Tendrán que fiarse. No sabrían volver sin mí.<br />
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Llego puntual a la hora acordada. Me hacen esperar. Estoy en una nube. No porque tenga la oportunidad de follar con dos chicas rusas, sino porque me he tomado dos diazepam. Aparte de la medicación fija diaria. La ansiedad ha vuelto a aparecer esta tarde.<br />
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Pensaba que lo tenía superado. Es un paso atrás pero no pienso dejar que arruine mis planes y me bloquee como hacía antes. Antes de empezar la terapia. Las expectativas me han puesto nervioso. Demasiado. Tenía que haber salido durante el día para distraer mi mente de estos pensamientos sucios. Masturbarme sólo me relaja durante unos segundos. No lo hago.<br />
<br />
Llegan alegres. Se han puesto guapas. Eso lo dice todo. Tendría que ser muy inutil para no conseguir algo con al menos una de ellas. Liuba lleva el mismo vestido que el primer día. Tanya un vestido oscuro pero muy fino. Se transparenta. No llevan sujetador ninguna de las dos. Cuando se inclinan para rellenar su vaso les veo los pezones. Tienen las tetas pequeñas. Me gustaría hacerles una foto pero es imposible. Se darían cuenta. Pensarían que soy un pervertido. Me resultaría difícil explicarles que sólo serían para acompañar los textos de mi blog. Se que necesito publicar fotos guarras para tener lectores. Sólo por eso. Se me empieza a poner super dura. Me quedo de pie para ver si se percatan. Mi cabeza fantasea sobre si llevarán braguitas o no.<br />
Hay algo que no había previsto. Esta vez han traído una botella de vozca con limón para acompañar el picoteo. Dicen que aquí en España está más bueno. Me da igual. No pienso más que mojarme los labios. No puedo beber. Con la medicación que llevo encima me quedaría grogui.<br />
<br />
Llevamos una conversación torpe pero animada. Espero un rato para proponerles la excursión que llevo organizando todo el día. Tiene que parecer espontáneo. Improvisado sobre la marcha. Me cuentan lo que han hecho hoy, un viaje organizado. Aburrido. Sin emociones. Aprovecho para contarles mi propuesta para mañana. Les digo que conozco un lugar en la Isla que nadie más conoce. Que no sale en ninguna guía turística. Escuchan muy atentamente pero ponen cara de pena. No pueden hacerla. Se van mañana. ¡Mañana!. Tuesday. No thrusday. Joder. Lo pronunciaron mal y me dieron a entender que se iban el jueves. Menudas estúpidas. ¿No les enseñaron en el colegio a pronunciar los días de la semana correctamente? Es su última noche y sólo se les ocurrió proponer otro puto picnic. Si lo hubiera sabido les hubiera invitado a hacerlo en mi casa. Ahora ya es tarde. Tengo que reaccionar. No me puedo dar por vencido. Deshecho la fantasía de montármelo con las dos. No sabría como crear la situación de manera cómoda. Lo más fácil es que me centre en una de ellas. Tengo que deshacerme de la otra. Pienso. Puedo usar a Linda. Llevo su pelota. Se la lanzo cuando quiero que me deje tranquilo porque va a buscarla pero nunca la trae. Liuba es más guapa y me ha estado poniendo ojitos desde que he llegado. Se lo doy a su amiga y le digo que se la lance muy lejos a Linda. Lo hace divertida. Como esperaba, la perra no la trae. Le digo que vaya a buscarla. Que no tengo más pelotas en casa. Se ríe y me contesta que vaya yo. Le pongo la mirada más sucia que tengo. Quiero que se de por aludida. Duda. Mantengo la vista fija en ella sin decir nada. Se levanta a por la pelota.<br />
<br />
Tengo que actuar antes de que vuelva. No hay tiempo para preparar al terreno. Liuba también está sentada. Le pongo la mano sobre la pierna. El vestido le llega por encima de las rodillas. La acaricio. Tiene la piel muy suave. Observo su reacción. Ella sonríe. Eso es un si, quiero. La beso y recibe mi lengua con ganas. No la saco de su boca hasta asegurarme de que su amiga nos ha visto. Así nos dejará tranquilos. Se quedará apartada jugando con Linda. Más le vale. Desde donde está ella no puede ver mi mano. Así que no me lo pienso dos veces. No puedo dejar que la situación se enfríe y volver a estar los tres charlando. Le meto la mano entre las piernas por debajo del vestido. Lleva bragas. Están secas. Tengo que ponerla cachondísima para que sea capaz de dejar tirada a su amiga y venir a mi casa. Los dos solos. Sino, nunca lo haría. Las mujeres raramente hacen eso. Su hotel está más cerca pero tendría que dejar a Linda atada fuera. Seguro que hay algún recepcionista cabrón que no me deja entrar con ella. Sólo por joderme el polvo con la rusa. Si se escapara o se la llevaran no creo que me dejaran adoptar otra en la perrera.<br />
<br />
Aparto la braguita, le meto dos dedos en el coñito sin dejar de jugar con su lengua y sus labios.<br />
- Rusa: Sorry<br />
- Yo: What?<br />
Me retira la mano de entre sus piernas. Tengo los dedos empapados. No lo entiendo. Me percato de que no es flujo lo que los empapa. Tiene la regla. Sonríe avergonzada. Ni siquiera he notado la compresa. Debe ser el primer día del periodo porque hay abundante. Se me cae el mundo encima. Mi polla también cae. Ella no querrá follar con la regla. Dejo de besarla. Cojo una servilleta para limpiarme. No sin antes hacer una foto con el móvil. Ella se da cuenta de mi decepción y se gira hacia su amiga. Con un imperceptible gesto le da a entender que puede volver a unirse al grupo.<br />
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<br />
<br />
No ha habido suerte. Al menos he tenido los cojones de hacer lo que tenía que hacer. Me da rabia que esto acabe así. Seguro que Tanya no tiene la regla. Si hubiera hecho otra elección quizás hubiera follado esta noche. Que caprichoso es el destino. Le quito la pelota de la boca a Linda. Pienso en dársela a Liuba y decirle que la tire. Sólo tengo que repetir lo mismo que antes y probar suerte con mis dedos en el otro coñito ruso. No lo hago. No me atrevo. Prefiero quedar bien con ellas. Quizás me inviten a hacerles a una visita a Rusia. Les he caido muy bien a las dos. Tengo sus correos electrónicos. He perdido una batalla pero no la guerra.<br />
<br />
Es hora de que se vayan. Tiene que preparar las maletas y salir temprano en la mañana. Le hago una última foto a Liuba. Nos despedimos. Llego a casa y me masturbo con su foto y su olor impregnado en los dos dedos de mi mano izquierda.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-33604733414172866682011-12-07T11:57:00.002-05:002011-12-07T11:57:31.036-05:00Un dia sin bragasEl lunes pasado se me ocurrió hacer una travesurita. Me dispuse hacer un juego llamado "un dia sin bragas". Es un juego muy exitante y divertido. Me puse mi blusa y mi falda pero no me puse ni brassiere ni pantis para ir a mi trabajo. <br />
<br />
Como he dicho en mis otros relatos, yo soy una estudiante universitaria y trabajo de secretaria para una agencia de relaciones publicas en entretenimiento. El lunes quize ponerle un poquito de sabor ya que el domingo estube con unas amigas y nos emborrachamos. Pero no duró la diversión y quede picada y caliente. Lo que sucedió el domingo se los debo para otro relato. <br />
<br />
Entonces tomé mi desayuno, y salí a mi auto para ir a mi trabajo. Al ir en la carretera ví que unos señores se me quedaban viendo. Yo disimulé que no lo notaba pero sentia su mirada muy fuerte. En cada semaforo donde parábamos se me quedaban viendo hasta que tubieron que dar vuelta. Esto me calentó bastante y me pregunté si podría mejorar me experiencia de "un dia sin bragas". Me levante la falda, suficiente para apenas cubrir mi conchita. Era deliscioso, casi inmediatamente comenzé a mojar el asiento de mi auto. Los unicos que podian ver el show gratuito eran los pasajeros de los autobuses ya que estan lo suficientemente alto para ver dentro del coche. Cada que paraba en los altos me calentaba mas cuando iba al par del autobus. <br />
<br />
La emoción era fuerte pero yo queria mas. Decidí desabotonar mi blusa para que lijeramente se pudiera ver uno de mis senos. La sensación era similar a la de estar completamente desnuda pero con cautela para que no me viera un policía. Obviamente no quería tener una multa por indecencia aunque ya calientita ya no me estaba importando mucho. <br />
<br />
Al subirme a la autopista una mujer en un BMW iba a la misma dirección que yo y notó mi blusa abierta. Me tocó el claxón para avisarme y solo sonreí. Ella me sonrió tambien y levantó su blusa para enseñarme sus pechos. Me reí y monté en otra rampa para ir a mi trabajo. <br />
<br />
Al llegar al estacionamiento me arreglé mi falda y me abotoné mi blusa y me dirijí a mi escritorio a dejar mis cosas. Yo ya estaba muy exitada y deseaba masturbarme en el baño de las chicas que esta en la entrada de la oficina de mi jefe. <br />
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Al llegar a mi escritorio me pidieron unos papeles para la junta de mi jefe. Tomé unos documentos de los archivos de mi escritorio e imprimí otros del computador. Cuando alzé la mirada, ahi estaba Oscar, el muchacho de la limpieza viendo debajo de mi falda. Oscar quedó paralizado y yo sonrojé. Timidamente solo dijo "solo vine a recojer la basura" y se fué sin quitarme la mirada de encima. Yo seguia tan caliente que sentí como mojaba el asiento de mi escritorio. Mmmm. <br />
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Entré al cuarto de juntas con los documentos en mano. La sala estaba llena de empresarios y mi jefe dijo: "No sabia que habia contratado una modelo como secretaria" y comenzó a reir. Todos le acompañaron en la risa y volteaban a verme. sentia como lentamente me chorreaba unas gotas por mis piernas. Le dije "gracias jefe" y me salí lo mas pronto posible levantando mi trasero. <br />
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No pude mas y fuí a masturbarme al baño de las chicas. Ahhh! En ese momento mi dedo era una delicia! Mi calentura era tan fuerte que tube que taparme la boca para que no me escucharan en mi trabajo. Me limpié y lavé en el lavabo del baño. Me puse un poco de loción que dejamos en el baño para que no saliera el olor a mi conchita. <br />
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Despues no salí de mi escritorio para nada. Todos los varones buscaban una excusa para saludarme o intentar hablarme. Creo que eran las feromonas femeninas que se desprenden al aire haciendo un raro efecto en ellos. Aunque tambien varias chicas (hasta las que nunca me hablaban) intentaron hablarme tambien. :)<br />
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Al salir del trabajo me fui a mi carro donde volví a subirme la falda y esta vez la subí toda y abri mas mi blusa. Cada parada donde habia gente era mas exitante y mas cachonda.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-40627101708459149242011-12-07T11:56:00.001-05:002011-12-07T11:56:24.554-05:00Feliz Nochevieja Sobrino IIDespués de lo ocurrido aquella primera noche del año, resultaba doloroso que en vez de estar consumida por la vergüenza, lo que me corroían eran unos deseos irrefrenables de acabar lo que empecé con mi Sobrino. Era ridículo, puesto que él ni se había enterado, pero aquella paja que le hice mientras dormía y el recuerdo de como eyaculó en mi mano envenenaban mis sueños. Seguía teniendo muy buena relación con mi marido Carlos, de hecho desde el punto de vista sexual atravesábamos un momento dulce, pero poco sospechaba él que realmente mi ardor respondía a que en nuestros encuentros imaginaba de manera lasciva que era a mi sobrino a quien me follaba. La vida y el sexo siempre se abren camino, por eso hay que tener cuidado con lo que deseas. Efectivamente mi oportunidad surgió pocos meses después, cuando me reencontré con mi sobrino en una casa de veraneo en la costa que es propiedad de mis suegros. Es una casa grande, con piscina y un terreno discreto. La familia solemos sacar partido de nuestras vacaciones de esta casa y de hecho nos reunimos en ella prácticamente a la menor oportunidad. En esta ocasión era semana santa y por cierto con un clima bastante bueno, de manera que podríamos aprovechar la hierba y la piscina. En esta ocasión nos juntamos Carlos y Yo, mis suegros y mis cuñados, los padres de Iker, que también vendría por su parte un día más tarde. Al saber que vendría se me alteraron las hormonas. Por un lado pensaba que eran tonterías mías, porque evidentemente no iba a cometer ninguna estupidez. Por otra no podía evitar hacer cosas raras.... me refiero a cosas del tipo de esmerarme en la elección de la ropa interior, vestir un poco suelta e incluso de rasurarme las ingles de la manera en la que nunca lo hago... ya me entendéis demasiado escotado. El caso es que el día llegó y con él mi sobrino. Verle aparecer por la verja de la propiedad fue casi como ver a Apolo. La verdad es que era normal que me alterase, al igual que en Nochevieja y es que estaba hecho un portento. El ajeno a todo aquello me saludó efusivamente, como siempre, dándome dos besos y un abrazo que por poco me parte. Aquello era tremendamente peligroso. Teníamos por delante 5 días de descanso y como digo el tiempo acompañaba. Yo estaba dispuesta a pasarlos sin hacer nada productivo, más allá de tomar el sol y descansar. Me pasaba las tardes y las mañanas en la piscina, acompañado de mi sobrino, aunque no exactamente. El pasaba el tiempo con su amiga Laura. Era una conocida de la infancia, que vivía en la casa de al lado, igual de grande que la de mis suegros, pero sin piscina, de manera que usaban la nuestra como sala de estar. No pude dejar de pensar que el paso del tiempo tampoco había sido inmisericorde con Laura. Al igual que mi sobrino ella también era una mujer y muy bonita. Llamaban la atención sus pechos, como todo lo recién estrenado y desafiando a la gravedad. Por todo ello no había que ser muy lista para darse cuenta de que Iker ya se había percatado de la metamorfosis de Laura. Se le notaba por las tonterías de machito que hacen los chicos a esa edad. Ella no parecía seguirle el rollo, pero tampoco lo cortaba, de manera que mi sobrino en ocasiones se alteraba (lo podía notar en su traje de baño). Podéis comprender que aquello era lo que a mi me faltaba. No perdía detalle y me ponía malita, Casí me daba celos esa mojigata, que desde luego no tenia ninguna atadura ni impedimento para poder disfrutar de mi sobrino, justo al contrario que yo. Todo se enredó el Viernes a la mañana. Toda la familia decidió pasar el día de turismo, aprovechando las celebraciones de la Semana Santa de los pueblos de alrededor. Es casí una liturgia que hacemos todos los años. Iker dijo que este año no iría y aquello montó un poco de revuelo, porque no querían dejarle solo. Entonces se me encendió el piloto: - Yo tampoco voy - dije de repente - ¿pero como que no? si nunca te lo pierdes - respondió Carlos, mi marido -No me importa. Sabes que estoy muy cansada y casi me apetece más quedarme tranquila y disfrutar de la piscina. Además, sin mi sois cinco, podéis ir en un solo coche... que luego siempre hay problemas para aparcar en las fiestas - aquel era buen argumento -Bueno... - dijo mi cuñada - pero no quiero que te de Iker la tabarra. Que no te tenga de chaha, sino te apetece cocinar que se coma un bocata y punto ¿vale? -Venga marcharos, que se os hace tarde. Y así pasó. Yo prometo que no lo hice para quedarme sola con Iker... es verdad que estaba cansada y además me resultaba más divertido el cortejo entre los dos pipiolos. Para las 11 ya estábamos en la piscina mi sobrino y yo. Estuvimos jugando en el agua... aunque para mi ya no era un juego. Me agarraba, me empujaba, jugábamos a ahogarnos... como siempre lo hemos hecho... pero en esta ocasión su contacto me volvía loca. A las 12 se me acabó el recreo. Apareció Laura y aquello puso inicio a la llamada de la naturaleza. Pasé a un segundo plano. Les veía desde mi tumbona, al otro lado de la piscina. estaban tumbados juntos e Iker pasaba de vez en cuando la mano por la espalda de ella, pero ella se le retiraba justo cuando se acercaba a zonas peligrosas. Aquello iba in crecendo. Seguramente el echo de estar solos (o por lo menos solos en mi compañía les daba alas). Hoy parecía que Iker iba a tener más suerte y estaba poniéndose las botas, aunque ella se contenía probablemente porque sabía que estaba observando. Se podía adivinar la tensión sexual en el ambiente, tenían un calentón tremendo y hablaban al oído de algo que no podía llegar a escuchar. De repente Iker se incorporó, se colocó rápidamente la toalla a la cintura, como si saliera de la ducha, en realidad era para ocultar su bulto. -Oye tía - dijo - vamos dentro a comer algo -De acuerdo -¿vas a seguir aquí? - preguntó de manera sospechosa... -Si, un rato más - le dije para ver por donde salían Entonces se levantó Laura y se fueron por la puerta del comedor. De nuevo la sangre se agolpaba en mis oídos. Era posible que esos dos criajos se fueran a follar delante de mis narices. tranquila pensé, son muy jóvenes... igual estaba siendo una paranoica. Sin embargo la curiosidad y el morbo me pudieron. Iría sigilosamente a ver que hacían. Entre en la sala, allí no estaban. Fui a la cocina, tampoco, de modo que comiendo no estaban. No se oían ruidos arriba, pero subí las escaleras. No estaban en los cuartos. ¿donde estarían? de repente caí. En el cobertizo. El lugar donde siempre jugábamos al escondite con Iker de pequeño. Bajé las escaleras, rodeé la casa y allí estaba la puerta del cobertizo entreabierta. Era una caseta de unos 8 metros cuadrados, de madera, con ventanas en sus cuatro caras. Me acerqué a una de ellas y sorpresa. Allí estaba Iker, apoyado contra una mesa, totalmente desnudo y con una erección que me traía muchos recuerdos. estaba abrazado a Laura, que se mantenía con el biquini puesto. Se besaban acaloradamente y se les notaba excitados, pero algo chirriaba. De vez en cuando Iker intentaba bajar la parte de arriba del biquini de Laura pero esta se lo impedía, estableciendo una lucha casi ridícula. En otras ocasiones el le cogía la mano y se la llevaba hasta la polla, pero ella la soltaba como si agarrara un clavo ardiendo. En fin se estaban dando un lote tremendo, pero tenía toda la pinta de que no iba a ver final feliz. Finalmente ocurrió, Iker apretó el acelerador, intentó bajar la braga de Laura y empezaron a forcejear, el impuso su fuerza y lo iba a conseguir sino fuera porque quedo petrificado por un sopapo tremendo que le soltó Laura a traición. Se lío una buena... laura empezó a llorar y a gritarle y mi sobrino solo acertaba a poner cara de tonto. Al instante Laura recompuso su biquini y dando un portazo salió corriendo para su casa. Gracias al cielo no me vio. Volví a mirar al cobertizo y allí estaba Iker... con la misma cara de haber perdido un caramelo y la misma erección de caballo. Parecía que se iba a recomponer, pero no.... decidió aliviarse. Empezó a masturbarse con furia... daba la sensación de que se la iba a romper. Yo ya estaba con la boca abierta, muerta de deseo. El recuerdo de aquella noche era tan vívido.No podía mas, el destino me gastaba de nuevo otra broma macabra. No podía desaprovechar la situación me arrepentiría toda la vida. Así que giré y abrí la puerta del cobertizo. -Joder tía - gritó Iker saliendo del trance e intentando sin lograrlo cubrirse con las manos -uy.... perdona - dije haciéndome la sorprendida - venía a por unos cojines de la hamaca - mentí -Joder que vergüenza - se volvió a lamentar -Bueno tranquilo. Que todos somos humanos y necesitamos estas cosas ¿pensé que estarías con Laura? -Estaba... pero se ha marchado enfadada -¿y eso? -Creo que me he pasado. -Hombre... tal y como estabais en la piscina, lo normal es que te pasaras. -¿como? -Que con el calentón que llevabais yo contaba con que estuvierais follando en alguna habitación -Que más quisiera Yo -O sea que ahora andas en plan bombero apagando el fuego ¿no? -Por favor tía....que palo.... -¿pero porque, si es lo más natural que hay? -Ya.... pero..... -Tranquilo - le dije y me acerqué a el. Le acaricié la mano y poco a poco descendí por su torso, forjado en mármol, hasta llegar a sus manos, que aun escondían sin poder su miembro tieso. - Déjame ver que es lo que tienes ahí. El estaba perplejo, con la boca abierta pero sin articular sonido. Enseguida se la agarré. recordaba su tacto, mareaba. -Tia.... - titubeó -chiss..... tranquilo... ¿quieres que tu tía te ayude? - le pregunté mientras empecé a masturbarlo. No respondía, pero sus jadeos lo delataban. Sobre la balda había un bote de aftersun. Me coloqué una cantidad generosa en la mano y volví a la carga. Aquello le estaba matando, no dudaría mucho. -¿quieres que me desnude? - le pregunté juguetona -siii .... - respondió tembloroso. Enseguida me despojé de las dos partes del biquini. Me miraba absorto. Yo no era Laura, pero estaba claro que todavía estoy muy buena. Me pegue a su costado, volví a pajearle, pero ahora restregaba mis tetas contra su hombro. -¿quieres tocarme? hazlo - casi le ordene. Me tocaba los pechos torpemente, pero de manera encantadora. El estaba a punto, pero yo fatal. Apoyaba mi sexo contra su muslo y estaba estimulándome mientras mi mano continuaba dándole duro. Entonces habló: -Tía, no puedo más, por favor déjame que te folle. -¿y tu que sabes de eso niñato? - le quería hacer rabiar -Oye que yo no soy virgen -No pero casi ¿sabes lo que te va a pasar si ahora dejo que me la metas? que me vas a poner la miel en lo labios y en no menos de 10 segundos te habrás desparramado -¿que? -¿sabes que es mejor idea? -¿cual? -Tengo un plan maestro -dímelo por favor...... -te vas a correr en mi mano, te lo voy a limpiar con la boca y te voy a dejar que en el segundo pase, más tranquilo, intentes dar la talla. Dicho y hecho.... No hay nada más cachondo que hablar durante el sexo, a mi por lo menos me pone a mil. Enseguida se tenso, su polla ardía en mi mano y casi notaba como pugnaban por erupcionar chorros de semen. Aquello era un grifo de leche condensada, enseguida me arrodillé delante de el y me la metí en la boca, tragando sus últimos embates. Por fin se relajó. Pero era mi turno.Sé, que con la boca, a un chaval de esta edad lo tendría a punto pronto. Empecé a mamársela, mientras seguía haciéndole una paja. Desde mi posición en cuclillas le miraba a los ojos. El se deleitaba viendo como su pene aparecía y desaparecía en mi boca, casi en mi garganta. Enseguida estaba de nuevo a tope. -Ahora si cariño... ¿quieres seguir cabalgando esta yegua? -siiiiii Me senté en la mesa, abrí las piernas lentamente y deje que me contemplara unos segundos. Luego lo atraje hacia mi y dirigí la maniobra de acople. Tenia un pene precioso, henchido, grueso y venoso. Al segundo estaba dentro de mi y lo notaba palpitar. Había que ir con cuidado era como manejar nitroglicerina. -chist..... quieto - le dije impidiendo que bombeara - quédate un ratito quieto... respira... toma aire... disfruta... este coñito no te lo va a quitar nadie... me lo vas a follar bien follado ¿vale? -si Tía -bien, pues atento, quiero que vayas muy despacito, que yo necesito un ratito. Si me das lo que quieras, luego te volveré a dar otro caramelo. Empezó a bombear, tranquilo, pero no demasiado. Controlé su ritmo, para que fuera más despacio. Le empujaba hasta que casi estaba fuera y luego lo atraía hacia dentro con mi piernas.... era un vaivén delicioso, notaba todo su miembro en ese dulce recorrido. Fueros uno minutos gloriosos. De nuevo se estaba desbocando. Era una gozada ir a ese ritmo, me mataba de gusto, pero se que me dejaría a medias. Lo detuve en seco, abrazándole con mis piernas. tranquilo... quieto otro ratito.... bésame - y me beso como a Laura, enredando mi lengua en ángulos imposibles. De nuevo le puse a trabajar. Aquello tenía buena pinta. Iker parecía haber ganado entereza y yo francamente estaba al límite. Así que lo deje hacer.... igual era el momento de soltar las riendas y ver donde me llevaba esa cabalgada. Empezó despacio, pero en seguida se aceleró. esta vez no lo detuve. Cada golpe me acercaba a la meta. Prácticamente gritaba en cada embestida. El estaba en esa posición que, como hombre debe ser la hostia, cuando tienes a una mujer a punto de partirla en dos del placer y se le notaba disfrutando, apretando a tope como si fuera un follador profesional. Y pasó, me corrí y me corrí y me corrí y luego me volví a correr, como una metralleta, a golpes, furiosa, salida, totalmente ida........... Necesité un minuto para reponerme. Tuvo la delicadeza de no estropearlo y estarse dentro de mi, pero quieto y calladito, mientras regresaba al mundo real. Bien te toca a ti...... - dije en tono extrañamente serio - quiero que me inundes por dentro, tranquilo que tomo la pildora Bajé de la mesa, y me subí a una tumbona, a cuatro patas, enseñando mi gruta. -Vamos venga, es todo para ti - Se acercó por detrás. Le dejé que el hiciera el acople, resultaba sencillo porque estaba inundada. Sin embargo enfilo hacía el ano, di un respingo -Uy perdón...... -Es mas al sur cariño -Lo del culo también me mola -Si, no digo que no, pero tienes que comprender que no me fíe. Me puedes hacer mucho daño sino lo haces bien. -Ni un poquito -NO -venga por favor...... -ufff.....pero solo un poquito...... espera - empezé a trasladar la lubricación de mi vagina al ano con los dedos. Tenía buen suministro. Enseguida quedó bien mojado. Empecé a meterme un dedo, luego dos y pasado un minutos tres. Entonces agarré su polla y la enfile, apoyando el glande con fuerza en mi agujerito. Escucha..... quédate quieto. Soy yo la que manda y maneja esto ¿vale? - Entonces empujé de manera sostenida hasta que el glande se coló. -¿te gusta? - le dije -Si... me encanta, es muy apretado -Déjame que sea yo la que haga - y empecé a moverme. Lo hacía en círculos, manteniendo la base de su glande atrapado. No quería más porción de ese aparato dentro y se que a él le faltaba un empujón. Dolía, pero no mucho, intentaba estar relajada. Y pronto pasó. Se tensó y de un salto salí (no me resulta agradable que acaben hay dentro). Eyaculó en mis glúteos y mi espalda... notaba como el semen resbalaba por mi columna, como una ducha espesa. A los pocos días nos separamos. El está estudiando su carrera fuera y hemos perdido el contacto. Probablemente hasta el verano. ¿qué pasara? Lo único claro es que ya no me puedo fiar de mi mismaadministradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-70423164473878894032011-12-07T11:55:00.001-05:002011-12-07T11:55:28.573-05:00La casa de la abuela-4La nueva convivencia seguía tan monótona y aburrida como siempre. Salíamos muy poco de casa; alguna vez a cenar, otras a tomar una copa, en cuyo caso a la hora y media ella ya quería volver a casa porque se encontraba cansada; como si sólo trabajara ella. Estando en casa nos limitábamos a charlar del trabajo y ver la televisión, ni siquiera intentaba una aproximación. Si yo le preguntaba cómo estaba ella, cómo se sentía ella contestaba simples monosílabos (Sí, No, Bien, Mal), lo más curioso es que no tenía un aspecto lánguido, ni depresivo; era como si se hubiese apagado sin más, desde la noche que discutimos.<br />
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La única conversación larga que tuvimos en una semana fue cuando hablamos de visitar a nuestros padres, para que éstos no se quejaran de que les teníamos abandonados. Y ni siquiera en esto estábamos de acuerdo. Yo propuse las visitas al menos tres veces a la semana: los lunes, miércoles y jueves, así tendríamos desde la tarde del viernes hasta la noche del domingo para nosotros. En cambio Silvia prefería los lunes, miércoles y viernes, porque ya teníamos para nosotros el sábado y domingo para descansar del trabajo de toda la semana, además, era mejor que cada uno visitara a sus respectivos padres. Al preguntarle por qué lo quería así, contestó — ¿qué más da? —. Así se haría y no había más que hablar. Me callé acatando su decisión; pero una vez más me desilusionó la poca importancia que otorgaba al hecho de estar los dos juntos.<br />
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…../…..<br />
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Llegado el primer lunes de visita, quedamos que al salir del trabajo por la tarde ella iría a ver a sus padres y yo a los míos. Me presenté a las siete de la tarde en casa de mis padres. Un poco más tarde de lo que pensaba por culpa de mi trabajo. Tras los saludos y besos de rigor, mi madre fue a preparar café. Como es habitual en ella vestía muy sexy y embobado, la seguí con la mirada hasta que se perdió en la cocina. Mi padre al darse cuenta de cómo la miraba me guiñó un ojo. Charlamos de cosas intranscendentes esperando a mi madre que también quería escuchar las explicaciones de lo que pasó el día de la bronca, en la que acabé dando vueltas por la calle hasta las tres y cuarto de la mañana; evidentemente yo les había llamado ése mismo día, en el mismo momento que entré en mi casa para tranquilizarles.<br />
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Hago hincapié en que yo no tengo secretos con mis padres, ni ellos conmigo, por lo que fui sincero con ellos al explicarles lo que había pasado. Ni añadí, ni exageré; les conté todo lo que pasó con objetividad para después dar mi opinión.<br />
<br />
— Estoy convencido de que había dos personas dentro de Silvia. Una: la sosa, aburrida y sin imaginación en el sexo. y otra, la descarada, lanzada, decidida, segura de sí misma, simpática y lo más importante; una verdadera golfa en el sexo, la de la famosa noche del hotel. ¡Esa es la que yo quiero!, pero no sé dónde está.<br />
<br />
— ¿Y por qué no se lo preguntas a ella directamente? –dijo mi madre.<br />
<br />
— ¿Y humillarme aún más?, no gracias; bastante me humilló aquella noche.<br />
<br />
— Aún sigues celoso. –dijo mi padre.<br />
<br />
— No es eso papá, es que si se lo pregunto sería admitir por mi parte que me gusta el comportamiento que yo mismo le he reproché cuando discutimos. –contesté.<br />
<br />
— Me parece Sergio que has hecho un mundo de un grano de arena y ahora tienes un “cacao mental” tan grande que no te aclaras. –dijo mi madre.<br />
<br />
— Esa es tu opinión mamá, pero te aseguro que no estoy hecho un lio, tengo claro lo que quiero, otra cosa es que me lo den. –le dije.<br />
<br />
— Vamos a ver hijo: ¡No tienes claro nada de nada!, si fuera así, abrazarías a tu mujer, le darías un beso de película y la dirías que de ahora en adelante quieres a la Silvia de la noche del hotel. Sin más, y asunto concluido.<br />
<br />
— Parece fácil pero mi orgullo no me permite hacer eso.<br />
<br />
— Pues con el orgullo no se folla hijo, así que ¡espabila!<br />
<br />
— Cariño —intervino mi madre conciliadora— nosotros podemos escucharte pero no intervenir. Aún así te diré una cosa: la diferencia entre buen sexo o un acto rutinario y aburrido está en la intención que tú le pongas.<br />
<br />
— Ahí te doy la razón mamá, es Silvia quien no le pone intención. –contesté.<br />
<br />
— ¿Y tú sí? –opinó mi padre.<br />
<br />
— Yo al menos lo he intentado.<br />
<br />
— Pues hijo, metiste la pata hasta el corvejón, mejor que no lo hubieras hecho. –dijo mi madre y añadió—.Voy a por café que ya estará hecho.<br />
<br />
Volví a mirarla embobado y a continuación me dirigí a mi padre.<br />
<br />
— ¿Has hablado con mamá?<br />
<br />
— Si te refieres a lo del hotel, sí, con pelos y señales, pero de lo tuyo no le he dicho nada, ya te dije que se lo preguntaras a ella, que a lo mejor te sorprendería su respuesta.<br />
<br />
— Es que no sé como decírselo. –dije dudando.<br />
<br />
— Sencillamente preguntándole si quiere follar contigo, no tienes que hacer nada más. –contestó él.<br />
<br />
— Para ti es fácil decirlo.<br />
<br />
Dejamos de hablar de eso y cambié de conversación porque volvía mi madre con el café.<br />
<br />
— Bueno y entonces ¿qué va pasar entre vosotros? –volvió a preguntar mi madre.<br />
<br />
— Pues que si seguimos así, tomaré mi propio camino; parece que Silvia no se da cuenta de que cada día que pasa nuestra relación se enfría cada vez más.<br />
<br />
— Hijo habla con ella antes de hacer nada. –me aconsejó mi madre.<br />
<br />
— A mí hay cosas que no me cuadran. –dijo de pronto mi padre.<br />
<br />
— ¿Cómo qué? –pregunté.<br />
<br />
— Si dices que habéis aclarado las cosas y os habéis perdonado ¿por qué no lucha ella también por recuperarte? –dijo mi padre.<br />
<br />
— A lo mejor no soy el hombre de sus sueños, por eso no hace intención de cambiar.<br />
<br />
— ¿Y conmigo sí? —dijo mi padre— no me cuadra. ¿Sabéis lo que pienso?, que esconde algo. –dijo mi padre sorprendiéndome.<br />
<br />
— No te entiendo Ismael (así se llama mi padre), ¿qué va a esconder Silvia? –dijo mi madre.<br />
<br />
— Exactamente no lo sé, pero esconde algo, de eso estoy seguro. –insistió mi padre.<br />
<br />
— Silvia siempre ha sido muy inocente papá, no creo que esconda nada. –dije.<br />
<br />
— Hijo, una chica inocente no se comporta como lo hizo tu mujer conmigo, tú estabas delante. –insistió mi padre.<br />
<br />
En ese momento sonó el teléfono, mi padre se levantó para atender la llamada. Yo aproveché para ir a la cocina a beber agua. Cuando estaba bebiendo entró mi madre y al fijarme otra vez en ella casi me atraganto. Se había desabrochado cuatro botones de su camisa y al pararse junto a mí vi que no llevaba sujetador. Ella se rió al ver que tosía y me miró con picardía, pero no dijo nada, me pidió agua, llené mi vaso y se lo ofrecí. Antes de beber me miró por encima del borde del vaso. Incapaz de aguantar su mirada me agaché fijándome en sus pies. Me gustan desde que era un niño. Calzaba unas sandalias con muy poco tacón y destacaban sus preciosos dedos, estirados y no encogidos como suele ser en la mujeres de su edad. Con las uñas pintadas de rojo muy vivo igual que las de las manos. La recorrí con la mirada de abajo a arriba diciéndome que tenía el cuerpo y la apariencia de una madura de cuarenta y dos o cuarenta y tres años, cuando en realidad tenía diez más. Noté calambres en el pene, sin querer me estaba excitando.<br />
<br />
Mi madre me entregó el vaso y se fue al salón. La escuché hablar con mi padre. Cuando entré yo en el salón ella se sentó cruzando las piernas y como tantas otras veces admiré sus torneados muslos como lo haría cualquier hombre seducido por ella. Al sentarme a su lado no pude evitar verle un pecho a través del escote. Un pecho no muy caído y de pezón grande, como a mí me gustaban. Unas gotas de sudor recorrieron mis axilas al ser consciente de lo buena que estaba mi madre.<br />
<br />
Mi padre había terminado de hablar por teléfono, iba a decir algo pero calló al sonar mi móvil. Era un mensaje de Silvia diciendo que llegaría más tarde a casa porque se quedaba a cenar con sus padres y me recomendaba que hiciera lo mismo con los míos para no cenar solo.<br />
<br />
— Es un mensaje de Silvia, se queda a cenar con sus padres, así que si no os importa cenaré con vosotros. –le dije.<br />
<br />
— Encantada hijo, así disfrutaré más tiempo de ti. –dijo mi madre y miró a mi padre. Juraría que se habían dicho algo con los ojos.<br />
<br />
— Cenar vosotros, yo tengo que salir. –dijo mi padre.<br />
<br />
— ¿Es necesario que te vayas? –le pregunté inocentemente.<br />
<br />
— Sí. –contestó con rotundidad.<br />
<br />
— Ismael antes díselo a tu hijo. –dijo mi madre.<br />
<br />
— Decirme ¿qué? –pregunté.<br />
<br />
— Mira Sergio, tu madre y yo pensamos que lo mejor es decirte la verdad por mucho que te duela —me mosqueé al oírle— la que ha llamado por teléfono era tu mujer pidiéndome que fuera a tu casa, le he dicho que te acompañaría cuando volvieras pero quiere verme sólo a mí, me ha dicho que no me preocupara, te mandaría un mensaje para que tardaras en volver.<br />
<br />
Como se puede suponer me quedé sin habla, hasta creo que me dio un ligero mareo al escuchar a mi padre.<br />
<br />
— ¿Y de qué quiere hablar contigo? –estaba tan aturdido que hasta pasados unos segundos no comprendí que había hecho una gilipollez de pregunta.<br />
<br />
— Hijo no quiere hablar, me ha dado a entender que quiere follar conmigo otra vez.<br />
<br />
— ¡No entiendo nada joder! –exclamé cabreado.<br />
<br />
— Ya ves que tu padre tiene razón al decir que oculta algo. Lo siento cariño. –dijo mi madre abrazándome.<br />
<br />
— Haremos lo siguiente –dije apartando a mi madre para incorporarme—.Vete tú primero papá, yo llegaré dentro de un rato para pillaros en plena faena, sacaré fotos con el móvil. Luego haré las maletas y ¡Hasta nunca! –dije sin sentirme mosqueado, como si esperara una cosa así de ella.<br />
<br />
— ¿Y no vas a hablar con ella?, al menos dale la oportunidad de aclarártelo todo, te lo debe; luego haz lo que tengas que hacer. –dijo mi madre.<br />
<br />
— A mí se me ocurre otra cosa. –dijo mi padre.<br />
<br />
— Explícate Ismael. –le pidió mi madre intrigada, como yo.<br />
<br />
— Puedes hacer dos cosas Sergio: una es lo que tú has dicho, pero sin llegar a la violencia ¿entendido?, la otra es seguirle el juego. Voy a verla y si lo que quiere es follar, pues follamos y que mientras se confíe. Creo que merece la pena intentarlo y si oculta algo, no te preocupes que lo descubriré. Cuando ya sepas todo, haces lo que tengas que hacer como te ha dicho tu madre.<br />
<br />
— Sí, es una buena opción, pero ¿merece la pena?, o en realidad lo que quieres es seguir follando con ella ¿no papá? –le dije.<br />
<br />
— No lo negaré. –contestó él. <br />
<br />
— Ni se te ocurra darte por aludido. Hijo ¡Celos NO!, ¿entendido? –mi madre me sorprendió al decir eso.<br />
<br />
— Vale, estoy de acuerdo. –contesté. seguiría el juego a Silvia, a ver hasta donde llegaba.<br />
<br />
Mi padre nos dio un beso a los dos y salió muy alegre por la puerta de la calle.<br />
<br />
— Mira que contento se va. –le dije a mi madre.<br />
<br />
— Es mejor así, créeme. No es lo mismo que tu mujer folle con tu padre a que folle con un extraño. –dijo mi madre pasándome un cigarrillo encendido.<br />
<br />
— A estas alturas no me importa con quien folla mi mujer, es evidente que tenía pensado follar con su suegro desde la noche que le probó, lo que más me jode es que me mienta. –dije expulsando el humo.<br />
<br />
— Anda, ven conmigo a la cocina y me ayudas a preparar algo de cenar –me invitó— pero antes quítate la chaqueta ¡por dios!, siempre tan formal. –protestó.<br />
<br />
Yo me quité la chaqueta y ella me sacó la camisa por fuera de los pantalones; al quitarme la corbata nuestras caras quedaron muy cerca. Por un momento deseé besar sus labios, rodearla con mis brazos y comerme su boca despacito, saboreándolo todo. Pero no me atreví; fui tras ella recreándome la vista con su culo y sus piernas camino de la cocina pensando en mi secreta fantasía. Tenía que decirle a mi madre que quería follar con ella.<br />
<br />
Mientras ella trasteaba con los cacharros yo la miraba. Me ponía cachondo cuando se agachaba flexionando las piernas, seguro que pensaba que así no mostraba mucha carne y la verdad es que sus muslos quedaban bien a la vista. Cuando se estiraba para coger algo de los muebles de arriba le veía un poco las braguitas blancas y mi corazón se aceleraba.<br />
<br />
— Hijo vale ya de mirarme así, o ¿es que quieres vengarte? –dijo ella.<br />
<br />
— ¿Vengarme de qué? –contesté sonriendo.<br />
<br />
— Ya sabes a lo que me refiero, tu padre se trajina a tu mujer y tú querrás gozar de la suya. -dijo mirándome a los ojos.<br />
<br />
De pronto me puse tenso. Mi madre ¡mi fantasía! Más sexy y excitante que nunca me estaba invitando.<br />
<br />
— A lo mejor quiero venganza. –dije sin apartar la vista de su voluptuoso cuerpo.<br />
<br />
— ¿Estás seguro? –preguntó.<br />
<br />
— No, lo que deseo es follar contigo –dije acercándome.<br />
<br />
Ella no se movió. Cuando la abracé y aspiré su aroma tuve una erección instantánea y moviendo despacio las caderas me rocé con ella para que percibiera lo excitado que me encontraba. No recordaba haber tenido una erección tan fuerte como la de ese momento. Sentí sus grandes pechos apretados sobre el mío, acaricié su terso culo que tanto había soñado sobar sorprendiéndome lo duro de sus carnes. Al intentar besarla en la boca me rehuyó ladeando la cara, eso me excitó más recordándome a mi mujer con mi padre. <br />
<br />
Mi padre me había dicho que su respuesta podría sorprenderme, y así había sido. Empecé a besarle por el cuello, lamiendo de vez en cuando su fina piel perfumada. Ella emitía pequeños gemidos.<br />
<br />
— Me vuelves loco mamá, no puedo parar, te deseo y quiero hacerte gozar hasta que te vuelvas loca. –susurré.<br />
<br />
— Hijo no eres mi objetivo sexual, lamento decírtelo. –dijo intentando que me echara atrás.<br />
<br />
Mi madre soltó un gemido al escucharme. Deslicé mi mano por la ingle hasta meterme dentro de su bragas. Toqué su abultado sexo rodeado de vello corto y suave y empecé a frotarlo despacio con los dedos. Gimió con la caricia y poco a poco empezó a humedecerse, demostrándome que su deseo era tan inmenso como el que yo sentía. Era plenamente consciente de a quien se estaba entregando.<br />
<br />
— Me encanta acariciarte el coño mamá.<br />
<br />
— También a mí me encanta hijo, ese es el problema.<br />
<br />
Le cogí la cara con la otra mano y aproximé mi boca a su labios, los besé y los lamí despacio, unos segundos después abrió la boca deseosa. No le metí la lengua aún, antes aspiré su aliento hasta embriagarme. Luego metí la lengua y la suya se fundió con la mía lascivamente. Se restregaba contra mí como una gata en celo; una de sus manos me acarició la polla por encima del pantalón dándome un placer desconocido hasta ahora.<br />
<br />
— Te deseo con toda mi alma mamá. –le dije decidido.<br />
<br />
La alcé en mis brazos y sin dejar de besarnos, me las arreglé para dirigirme a su dormitorio. Una vez en la habitación, la deposité sobre el suelo con cuidado y con mucha delicadeza la fui despojando de toda prenda, al tiempo que nos acariciábamos; lo único que la dejé puesto fue la ropa interior, ver a mi madre en bragas me volvió loco de lujuria. Ella detuvo mi intención de acariciarla y empezó a desnudarme. Me desabrochó los pantalones y los dejó caer; al ver el bulto de mi erección se mordió el labio inferior en un gesto que me recordó a Silvia. <br />
<br />
Se echó sobre la cama, adelantó una mano y me agarró la polla tirando de ella hasta acercarme a la cama. Me eché sobre ella y comenzamos a morrearnos revolcándonos por la cama como animales en celo en su ceremonia de apareamiento. Me sorprendió la excitación que demostraba mi madre que no paraba de sobarme la polla por encima de los calzoncillos. Yo también estaba muy excitado y al tiempo que le lamía un gordo y duro pezón, le sobaba el coño metiéndole dos y tres dedos en la vagina. Le confesé que ella era mi fantasía sexual desde que yo era joven. Entre jadeos, mi madre también me confesó que se estaba excitando más que con ninguno de los hombres con los que había estado porque el hecho de ser su hijo le confería al coito un morbo excepcional. Me sentí orgulloso al oírla decir eso.<br />
<br />
Seguí recreándome con sus pechos, acariciarlos era un delirio pero chupar y mamar sus pezones era la locura. Estaba tan cachondo que sentía como la sangre se agolpaba en mi polla hinchándola hasta hacerla saltar. Si seguía consintiendo a mi madre sobármela me iba a correr y no podía permitirme ese lujo; antes ¡tenía que saborear su jugoso coño!<br />
<br />
Sintiéndolo por ella me incorporé y me coloqué estirado bocabajo entre sus piernas. Besé su estomago, lamí su vientre gozando al ver que se retorcía por las cosquillas y el placer. Besé su pubis por encima de las bragas oliendo el acolchado suave de su vello ¡qué olor a hembra desprendía mi madre!, ¡me enloquecía su aroma! Cuando besé su vulva por encima de la tela ella soltó un ¡Ah! Prolongado. En vez de detenerme ahí seguí besando el interior de sus muslos, muy cerca de la ingle. <br />
<br />
— ¡Cómemelo ya!, ¡no me hagas sufrir así, por dios! –me suplicó.<br />
<br />
Siguiendo sus instrucciones aparté el trozo de tela que ocultaba su sexo y lo encajé entre sus nalgas. Mi madre apoyó los pies en el colchón y separó los muslos invitándome a devorarla. Arrimé la cara y con la lengua me adueñé de su intimidad lamiendo la brillante hendidura desde el comienzo de la vagina hasta la uretra; el hinchado y prominente clítoris lo reservé para más tarde; ahora me centré únicamente en sus labios vaginales y en el bultito de su uretra que al toque de mi lengua también se hundía y afloraba. El sabor del chocho de mi madre era extraordinario, o al menos me lo parecía. No se llegó a mear como mi mujer, tampoco me dio la oportunidad de intentarlo porque me tiró del pelo obligándome a centrarme exclusivamente en su clítoris. Ahí me retuvo la cabeza y dado su tamaño pude atraparlo con mis labios y succionarlo pero no demasiado fuerte, para que mi caricia no fuera desagradable para ella. Y no lo fue; no porque me lo dijera sino porque al poco tiempo comenzó a jadear en alto y a respirar con mucha fuerza. Mi madre había alcanzado el clímax y yo me retiré un poco gozando con las convulsiones de su vagina; le separé las nalgas y vi que el esfínter de su culo se contraía hacia dentro y se relajaba. Segundos después le vino la relajación y entonces me aproveché. Le abrí más los muslos, abrí su vagina con los dedos y hundí la lengua para saborear el néctar que fluía de su interior y cuyo sabor era maravilloso y excitante. Cuando intenté lamerle el clítoris de nuevo ella me lo impidió diciéndome que ahora no, porque lo tenía muy sensible. <br />
<br />
Lo respeté. Agarré la cinturilla de las bragas y empecé a bajárselas, mi madre juntó las piernas para que fuera más fácil quitárselas pero al ver el bulto de su sexo tuve una tentación y rápidamente me agaché para besárselo. La pillé por sorpresa y se sobresaltó. Partiéndose de risa intentó bajar las piernas para cerrarlas pero no la dejé, le besé varias veces la vulva e incluso se la llegué a morder haciéndola gritar por la sorpresa. Sin dejar de reírse dejó que la ladeara, le quité las bragas por los pies y las tiré al suelo. Ella quedó de lado y encogida sobre la cama. Al ver que me agachaba gritó un ¡no! Y se enderezó. De nuevo volví a ladearla en medio de protestas pensando que iba jugar de nuevo con su sexo, no le hice caso ya que mis intenciones eran otras, cuando la tuve de lado, separé sus nalgas con las manos y admiré el apretado esfínter de su culo totalmente carente de vello. Metí la cara para besarlo pero la postura no era la correcta. Adivinando mis intenciones mi madre rodó en la cama hasta ponerse bocabajo ¡Esa era la mejor postura para lo que pretendía!<br />
<br />
Ella separó las piernas y yo sus nalgas con las manos, entonces pude besarle el esfínter muchas veces, olerlo y después lamerlo como un gatito hambriento. Ella gozaba con mis caricias pero yo mucho más, por fin me pertenecían las intimidades de mi madre. Ya era toda mía pensaba mientras la follaba el culo con la punta de mi lengua. Cuando me cansé me tumbé al lado de ella.<br />
<br />
Mi madre me lamió los labios, me los besó y acabamos enzarzados en un morreo apasionado, abrazándonos con desesperación; mejor dicho, yo era el que la abrazaba porque ella había metido las dos manos dentro de mis calzoncillos y jugaba con mi sexo sin dejar de besarme. <br />
<br />
No estuvimos mucho tiempo así ya que ella me pidió que la dejara devolverme el placer que yo le había proporcionado. Me puse de pie sobre la cama con las piernas a los lados de su cuerpo. Ella se incorporó poniéndose de rodillas, se sujetó agarrándose a mis caderas y utilizó la boca para atrapar la punta de mi polla y lamerla por encima de la tela del calzoncillo un minuto o dos, después me bajó el calzoncillo despacio y abrió los ojos sorprendida al ver mi erección.<br />
<br />
— ¡Dios mío hijo tienes una polla enorme! –dijo sonriendo.<br />
<br />
— Pero muy fina. –dije un poco resentido.<br />
<br />
— ¡No me jodas hijo!, si encima fuera tan gorda como la de tu padre no hay quien follara contigo. Yo desde luego no me atrevería. –dijo riendo.<br />
<br />
— Siendo así, te quedas sin ella.<br />
<br />
— ¡Ni se te ocurra!, esta polla me pertenece desde el momento en que te eché al mundo. ¡La hostia que dura la tienes! –dijo apretándola con sus manos.<br />
<br />
Sin más me bajó los calzoncillos hasta quitármelos y me hizo tumbar bocarriba en la cama para lanzarse sobre mi pene y devorarlo con su boca. Las sensaciones eran tan distintas a las de mi mujer que no pude evitar las comparaciones. Silvia era muy buena por lo que vi en el hotel, pero mi madre era extraordinaria. Su lengua lamía la circunferencia de mi glande con una suavidad y un deseo que enloquecía poco a poco. Recorría todo el tronco en las dos direcciones, a veces se detenía en mi escroto y succionaba uno y otro testículo con delicadeza, no como mi mujer que siempre apretaba y me hacía daño. A diferencia de Silvia, mi madre era la única persona incapaz de hacerme daño con una caricia. Al agarrarme la polla por la bese y ver todo lo que sobresalía de su puño se rió maravillada. Era casi mareante ver cómo me hacía una paja con su delicada mano. Cuando más tarde me dijo que me pusiera a gatas para jugar a los “perritos” no comprendí sus intenciones, pero al ver que ella adoptaba la misma postura y agachaba la cabeza para chuparle la polla enloquecí de gusto. Levanté mi pierna apoyando mi rodilla en su espalda y me dejé lamer y chupar todo lo que ella quiso; las ingles, la polla, y los huevos. ¡Joder con mi madre!, me estaba matando de gusto.<br />
<br />
Pero lo mejor vino después. Gateó por la cama hasta situarse detrás de mí, me lamió esfínter y me lo folló con la punta de la lengua, cuando se cansó continuó por el perineo hasta llegar a mis huevos, se cebó con ellos unos segundos y de nuevo me mamó la polla. Lo único que podía hacer era permanecer quieto jadeando como un perro y cuando no pude más le pedía que parara.<br />
<br />
— ¿Te entran ganas de correrte? –preguntó.<br />
<br />
— No puedo más, me estás torturando demasiado. –me quejé.<br />
<br />
— Pues no te aguantes, yo te chupo la corrida.<br />
<br />
— Es que deseo follarte más que nada.<br />
<br />
— Hijo, tienes treinta años y toda una noche por delante, si sólo me vas a echar un polvo me decepcionas.<br />
<br />
— Te juro mamá que te voy a follar hasta que se me caiga la polla a trozos.<br />
<br />
— Tampoco es eso. –dijo riéndose y añadió— te recuerdo tu promesa: te voy a enloquecer de gusto mamá. –dijo tratando de imitar mi voz.<br />
<br />
— Y la pienso cumplir.<br />
<br />
— Entonces no te reprimas y goza hijo.<br />
<br />
Aclarado el asunto, volvió a sumergirse debajo de mi cuerpo y empezó a lamerme el glande, luego a mamarme la polla. Igual que antes sólo utilizaba la boca. Separé un poco más las piernas para que me diera más gusto y dejé que me lamiera y chupara por todos los sitios que ella escogía que eran los más sensitivos para mí. No sé cuanto estuvimos así, pero mi respiración empezó a alterarse y noté como se aproximaba mi momento. Mi madre lo adivinó sin que la dijera nada, atrapó mi glande con sus labios y esperó mi derrame. Dos segundos después mi polla empezó a bombear semen en su boca. ¡Qué gustazo de corrida! El orgasmo fue tremendo, me temblaban las piernas y los brazos al tiempo que jadeaba escandalosamente. Ella mamó mi corrida y después me chupó la polla hasta asegurarse que ya no manaba nada más. Cuando se retiró me desplomé sobre el colchón y ella se me subió encima lamiéndome la nuca y el cuello; eso junto con la caricia de su vello púbico me produjo una sensación que nunca olvidaré mientras viva.<br />
<br />
Un rato despues nos fuimos al baño y allí hice realidad otra de mis fantasías: ver mear a una mujer; en éste caso mi madre, y al terminar me lancé sobre su coño y se lo lamí con desesperación; porque me detuvo que si no la hubiera hecho correrse. En medio de risas, ella se colocó detrás de mí y me sujetó la polla mientras yo meaba en la bañera para no salpicar. Cuando terminé me la sacudió como una experta y me la meneó un poco. Después de lavarnos me dio un fuerte azote en el culo y salió corriendo sin parar hasta que llegó a la cocina. —Hay que reponer fuerzas para el folleteo— dijo y nos echamos a reír. A estas alturas me había olvidado de todo, lo único que reclamaba mi atención era la mujer preciosa y especial que era mi madre. Después de cenar volvimos a enrollarnos.<br />
<br />
—Fin de la 4ª parte—<br />
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………./……….administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4011964022873162625.post-54185774467671417672011-12-07T11:54:00.002-05:002011-12-07T11:54:38.407-05:00Nuestras madres. El comienzoNuestras madres. El comienzo.<br />
<br />
Supongo que mi madre era como todas las madres, cariñosa, comprensiva y amante de mi padre. Físicamente no tenía nada que envidiarles a las demás madres de mis compañeros. Quizás por buscarle algún pero, no era muy alta, pero estaba bien proporcionada en conjunto, ni demasiados pechos, ni demasiado culo… Eso sí, me apasionaba sus anchas caderas y a mis diecisiete años ya me había masturbado muchas veces imaginando mis manos en sus caderas y empujando mi polla contra su culo para penetrarla. Y eso sí, como todos los de la pandilla, sólo nos masturbábamos pensando en nuestras madres, nunca creyendo que esas fantasías pudieran hacerse realidad.<br />
<br />
La pandilla la formábamos cuatro chicos: Paco al que llamábamos “guaperas” pues las chicas se embobaban mirando sus ojos verdes y todas las madres los alababan. Otro era David conocido como “tres piernas”; sí, imagináis bien, su pene en reposo llegaba a los dieciséis centímetros y un día nos dijo que erecto llegó a medir veinticinco. Eduardo, mi primo, llamado “el loco” pues era el ideaba todas las ideas con la que nos divertíamos a diario. Y por último yo, Enrique “el suave” pues no destacaba mucho y siempre me libraba de cualquier culpa por bárbaro que fuera lo que hiciera. Éramos como una manada que se agrupaba para ir de cacería. No es que fuéramos buscando chicas para follar, no, lo nuestro no eran cosas sexuales.<br />
<br />
Aquel día en que todo comenzó fue muy raro. Los cuatro vivíamos por la misma zona, calle arriba o calle abajo, con lo que pasábamos junto todo el día. Mi primo, el loco, nos pidió que aquel día de verano fuéramos a pasar la tarde a su casa. Y así a las siete de la tarde, aunque aún hacía calor, los cuatro nos encontrábamos en el salón de Eduardo sentados en los sofás.<br />
<br />
-Voy a poner una película X y quién quiera que se la casque. – Traía una película en su funda y un paquete de servilletas para que nos limpiáramos el que se corriese con la película. – Tened cuidado con no manchar nada que mi madre llegará en media hora, así que daros prisa.<br />
<br />
El loco se sentó frente al televisor y empezó la película. Allí salían unas maduras follando con chicos jóvenes y simulaban tener sexo entre madres e hijos o entre tías y sobrinos. Y allí estábamos los cuatro con sendos “cirios” endurecidos y con las puntas ardiendo como los de verdad. Tres piernas nos ganaba y no tardó en lanzar chorros de semen que cayeron sobre la mesa de cristal que teníamos delante. Guaperas fue después pues decía que una de aquellas putonas que follaban era igualita que su madre y la excitación que le produjo imaginarse follando a su madre le hizo correr rápidamente sobre el papel que había cogido para no manchar nada. El loco seguía agitando su mano sin correrse. Yo también hacía lo propio para obtener el placer al ver aquellas mujeres que podían ser perfectamente nuestras madre follar, me imaginaba que aquella morena de pelo rizado era mi madre y me la chupaba, podía sentir en mi mente el roce de la lengua de ella que me acariciaba desde los huevos hasta la punta enrojecida de mi polla.<br />
<br />
Estaba a punto de correrme cuando sonó la puerta de la calle al entrar mi tía María Luisa que volvía del trabajo. Corriendo me guardé la polla y me coloqué bien sentado en el sillón. Guaperas y tres piernas también se habían colocado en posición, pero el loco seguía zumbándose la polla sin dejar de ver la película mientras su madre entraba en la casa.<br />
<br />
-¿Eduardo? – Empezó a preguntar mi tía. - ¿Estás aquí? – Sus tacones sonaban cada vez más cerca por el pasillo. - ¿Estás con tus amigos?<br />
<br />
-¡Sssiiiiiiiiií! – Dijo a la vez que se corría sobre el papel, se envolvía la polla y la metía con dificultad en el pantalón para después apagar la película justo cuando mi tía entraba en el salón.<br />
<br />
-¡Vaya, están aquí los cuatro jinetes! – Dijo observando la habitación y cerciorándose de lo que allí había ocurrido, pues los papeles manchados del guaperas y el tres piernas estaban sobre la mesa. - ¡Parece que se lo estáis pasando bien! – Dijo cuando empezó a recoger los papeles de la mesa. - ¡Qué estaríais haciendo!<br />
<br />
-Íbamos a ver una película… pero creo que al final nos vamos a ir a mi habitación a jugar a la play… - Dijo Eduardo levantándose y haciéndonos señales para que le siguiéramos.<br />
<br />
La funda de la película estaba junto al televisor, de canto y no era fácil verla, así que el loco la dejó allí para cogerla más tarde sin que su madre se diera cuenta. Yo me levanté con dificultad pues aún tenía un poco de erección y me molestaban los calzoncillos. Mi tía recogió todos los papeles con las corridas de los otros y marchó a la cocina.<br />
<br />
-¡Ahora vamos a pasarlo mejor que con la película! – Dijo mi primo una vez que estábamos en su habitación. – Tenemos que esperar un poco…<br />
<br />
-¿Qué se te ha ocurrido ahora loco? – Le preguntó el guaperas.<br />
<br />
-¡Tranquilo, ya lo veréis!<br />
<br />
Pasamos unos minutos jugando a la consola y Eduardo iba y venía de un lado para otro, salía de la habitación y volvía. Parecía algo nervioso y excitado. Empezó a mover la mano para que lo siguiéramos indicándonos que no hiciéramos ruido alguno. Al pasar por la cocina nos hizo coger dos taburetes y nos sacó al patio. Eran ya las diez y media y era de noche. Caminamos hasta llegar a la ventana pequeña del cuarto de baño de la planta baja. Puso los taburetes bajo ella y se subió con cuidado.<br />
<br />
-¡Os va a gustar esta vista! – Dijo el loco susurrando. - ¡Mi madre está hoy caliente y se está masturbando! ¡Habéis tenido suerte!<br />
<br />
Me subí en uno de los taburetes y el guaperas y tres piernas tuvieron que compartir el otro. Desde la ventana se podía ver parte del baño, en concreto el espejo que daba una buena visión de la bañera. Y allí estaba ella, mi tía, desnuda, sentada en el filo de la bañera. Tenía las piernas abiertas y su mano jugaba en su coño, dándole placer. Aquella imagen era excitante, mi tía era algo gordita, pero ver en vivo a una madura masturbándose era genial sobre todo después del calentón de la película. Pero cuando casi me corro fue cuando me di cuenta de que ella para excitarse estaba oliendo y chupando los papeles que había recibido el semen del guaperas y tres piernas, sin duda el olor del semen la estaba volviendo loca y se estaba masturbando a placer.<br />
<br />
Y entonces sonó el móvil del guaperas y mi tía se sobresaltó. Bajamos de los taburetes y corrimos para no ser descubiertos. Mientras corríamos escuchamos como la ventana se cerraba tras nosotros. No dijimos más, dejamos solo a mi primo por si su madre quería reñirle y bien empalmados y excitados nos marchamos cada uno a su casa.<br />
<br />
Cuando entré en mi casa en lo único que pensaba era en hacerme una buena paja, primero la película y después mi tía en el baño habían hecho que mi lívido no me dejara pensar en otra cosa. Eran ya las once y veinte y mi madre estaba sentada en el salón viendo una película de terror.<br />
<br />
-¡Tengo que entrar en el servicio! – Le comenté a mi madre que estaba con el diminuto camisón de fina tela que todos los veranos usaba a modo de pijama, abrazada a un cojín y muerta de miedo.<br />
<br />
-¡Menos mal que has venido! – Me dijo mientras corría al servicio.<br />
<br />
La visión del cuerpo de mi madre con aquella ropa me sirvió para reforzar mi excitación y apenas en tres sacudidas mis testículos descargaron todo el semen que contenían estrellándolo contra los fríos azulejos de la pared. Me refresqué un poco y me compuse para salir del baño y disimular el enorme éxtasis que había sentido pensando en mi madre, pensando que ella era la que se masturbaba como unos minutos antes había visto a mi tía y después follaba conmigo como las putas de la película que el loco nos había puesto para que nos masturbáramos.<br />
<br />
-¡Enrique, qué miedo! – Me dijo mi madre cuando me sentaba en el sofá.<br />
<br />
-Si sabes que te asustan estas películas ¿para que las ves? – Le dije.<br />
<br />
-Es que hoy está tu padre trabajando y podía verla tranquila sin ninguna interrupción… Ahora tengo miedo de acostarme…<br />
<br />
Miré sus ojos y tenía ese miedo infantil que se siente con esas películas. Ella era la madre, pero aún a sus cuarenta y siete años seguía teniendo miedo después de verlas. Bajé la vista y pude contemplar su hermoso cuerpo cubierto con aquella fina prenda. Sus piernas las tenía subida en el sillón y dobladas, mostrando unos maravillosos y excitantes muslos. El camisón estaba subido de forma que podía ver casi por completo sus muslos y en medio se vislumbraba la claridad de sus bragas. Aquella imagen me provocó una nueva excitación.<br />
<br />
-Enrique, duerme hoy conmigo que si no voy a dormir poco. ¿Te importa? – Me preguntó y aquello hizo que mi imaginación se desbordara.<br />
<br />
-¡Pero mamá, hace mucho calor para estar los dos en la misma cama! – Protesté aunque por dentro me excitaba aquella idea.<br />
<br />
-Pondré el aire acondicionado para que no pases calor y me taparé.<br />
<br />
-Pero yo duermo en calzoncillos…<br />
<br />
-Hijo, soy tu madre y te he visto muchas veces desnudo… ¡Vamos, no dejes a tu madre sola!<br />
<br />
Después de un rato nos marchamos a la cama los dos. Ella había puesto el aire acondicionado, pero sólo estaría funcionando dos horas, después se apagaría. Ella se metió en la cama y se tapó con la sábana. Yo me desnudé en mi habitación y después fui a la suya. Entré y la luz estaba apagada, sólo estaba iluminada por la débil luz que entraba por la ventana, suficiente para apreciar como la sábana marcaba su maduro cuerpo sobre la cama.<br />
<br />
-Cierra la puerta para que no se vaya el frío.<br />
<br />
Mi polla estaba algo excitada y se marcaba en el calzoncillo blando. Rodeé la cama y me tumbé junto a ella en el otro lado de la cama. Me despegué de ella para no sentirla cerca, estaba muy caliente con todo lo que había pasado aquella tarde y sentir su cuerpo podía hacer que ardiera con la lujuria contenida que tenía. Me coloqué boca abajo y mi polla presionaba contra el colchón mientras las imágenes de maduras madres pasaban por mi cabeza hasta que poco a poco sentí que el sueño me invadía.<br />
<br />
Empecé a soñar, era lógico, después de tantas excitaciones durante la tarde, ese tema me invadiría hasta lo sueños. Soñaba que estaba en la cama y mi tía estaba junto a mí. Recordaba aquel húmedo coño de rosada vagina, con sus pelos bien arreglados haciendo que fuera más deseado. Me acerqué a ella que reposaba boca arriba junto a mí. Puse una mano sobre su teta y podía sentir el erecto pezón. Sus piernas se abrieron y me ofrecían su hermoso coño cubierto con aquellas bragas, sin duda quería que la masturbara, ella me necesitaba para satisfacerse.<br />
<br />
Llevé mi mano y empecé a acariciar su raja por encima de la tela, sintiendo sus abultados labios vaginales. Recorrí de arriba abajo sobre las bragas y sus piernas se abrieron aún más permitiéndome que la masturbara. Busqué el filo de las bragas e introduje mi mano en ellas a la vez que me acercaba más a su cuerpo, colocando mi polla erecta en su costado y sintiendo su teta junto a mi cara.<br />
<br />
Mi mano bajó por un valle de pelos, buscando la cueva que nos daría placer a los dos. Nunca le había hecho esto a ninguna chica y todo era nuevo para mí, nuevo y lo más excitante que nunca había hecho. Pasé mi dedo por su sexo para reconocer el terreno. Noté sus arrugados labios que custodiaban la entrada de su vagina. Los recorrí de arriba abajo, notando como en la parte inferior un líquido caliente salía levemente.<br />
<br />
Aquello atrajo mi curiosidad y hurgué allí por donde salía buscando la fuente de aquel manantial. Mi dedo se humedeció un poco y sus labios se separaron un poco más. Moví el dedo hacia arriba y sus labios se iban separando permitiéndome entrar en su más excitante intimidad.<br />
<br />
Notaba como su cuerpo se estremecía con mis torpes caricias. Empujé un poco el dedo y sus labios empezaban a envolverlo, el calor y la humedad de su sexo me invadió. Mi polla creció y sentí que me iba a correr. Busqué en la parte inferior de su raja y allí brotaban los flujos como un torrente, sin duda aquello la excitaba más que su propia mano.<br />
<br />
Con diecisiete años aún no había tenido ninguna relación sexual con una chica, pero había visto muchas películas porno con la manada y sabía que su clítoris tenía que estar por la parte alta de aquel manantial. Deslicé mi dedo por toda su raja hasta llegar al abultado clítoris. Sentí como su cuerpo convulsionó cuando mi dedo pasó en una suave caricia por toda la longitud. Presioné un poco y lo recorrí de abajo arriba, hasta llegar a su punta y haciendo círculos sobre él, las caderas de aquella madura mujer empezaron a moverse de forma automática como si estuviera follando.<br />
<br />
Giré la cabeza y busqué con mis labios el pezón de la teta que estaba junto a mi cara. No tardé en encontrarlo, erecto, endurecido esperando mis caricias. Lo mordisqueé suavemente con mis labios por encima de la tela.<br />
<br />
Escuché por primera vez uno de sus gemidos y su mano se colocó sobre mi cabeza, empujándola contra ella, haciendo que yo me incorporara un poco y me colocar más encima de ella para jugar con sus teta y mi boca.<br />
<br />
Mi dedo jugaba con su clítoris y lo acariciaba de todas la formas que se me ocurría. Yo estaba casi encima. Todo este tiempo había estado en un sueño y no podía ver con claridad a aquella mujer, quería ver su cuerpo. Aunque fuera un sueño y ya había tenido alguno anteriormente, aquel era más real que los otros y quería disfrutarlo… Quería ver el cuerpo de mi tía, quería ver como disfrutaba de mis caricias en aquel sueño.<br />
<br />
Abrí los soñolientos ojos en aquel excitante sueño. Delante de mí tenía una hermosa teta con un pezón oscuro de aureola pequeña. Aquello me llamó la atención, por la tarde habíamos visto a mi tía desnuda y una de las cosas que llamaban la atención de ella, sobre todo a tres piernas, eran las grandes aureolas de sus tetas. Pero bueno, aquello era mi sueño y yo me comía las tetas como quería.<br />
<br />
Mis dedos seguían jugando en el cada vez más mojado sexo de ella y su cuerpo no paraba de moverse. Su pezón se retorcía por los bocados y mamadas que mi boca le daba. Se había sacado sus dos tetas para ofrecerlas a su sobrino.<br />
<br />
Mi polla no podía estar dentro de mis calzoncillos, no tenía espacio y asomaba un poco por encima de mi prenda. Hundí mi dedo en su vagina y noté la suavidad y el calor de su sexo.<br />
<br />
No pude más, saqué mi mano de sus bragas y me coloqué encima de ella. Sentía sus piernas que me rodeaban, se levantaron mientras mis manos agarraban sus tetas y mi boca lamia y mamaba. Su cuerpo se movía y yo necesitaba frotar mi polla contra ella. Me arqueé un poco hasta que ella pudo sentir mi gruesa polla contra su raja. Sólo las bragas y los calzoncillos impedían que nuestros sexos tuvieran un contacto directo, pero aquello era suficiente para hacer que mi polla estuviera lista para lanzar su semen y más cuando sus caderas hicieron que mi polla estrujara su clítoris provocándole un gran orgasmos que mostraba con gemidos y movimientos descontrolados de su cuerpo.<br />
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Solté sus tetas y quería ver cómo su cara mostraba el placer que estaba sintiendo. ¡Aquél era el mejor sueño de mi vida! ¡Si se hiciera realidad! Me moví para que nuestros sexos disfrutaran del momento y ella tenía la cara a un lado, aquella cara que siempre que se maquillaba me parecía la de una puta lista para ser follada y que muchas pajas me inspiro, aquella noche soñar con ella haría que me corriera como nunca. Agarré su pelo y la forcé bruscamente para que me mirara.<br />
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Por un momento quedé petrificado. Aquella mujer era mi madre. Su hermosa cara me miraba y ambos estábamos envueltos en una especie de desconcierto y excitación, sin saber que hacer. Ahora estaba despierto y estaba sobre mi madre, frotando mi polla contra su coño. Sus tetas estaban en contacto con mi pecho. Aquello no había sido un sueño, había masturbado a mi madre pensando que soñaba con mi tía.<br />
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Nos mirábamos fijamente a los ojos sin decir nada. El placer que mi polla sentía al estar en contacto con mi madre fue tremendo y tímidamente empecé a moverme sobre ella. Ella permanecía quieta, sin saber que hacer. Mi endurecida polla apretaba su clítoris. Sus manos se colocaron sobre mi culo que se endurecía con cada embestida que daba sobre mi madre. Sus ojos se cerraron y su boca se abrió para seguir lanzando gemidos de placer.<br />
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Mientras una mano seguía acariciando mi culo, la otra se colocó sobre mi cuello y me forzó a que me tumbara por completo sobre ella. Mi boca estaba en su cuello, su boca jadeaba y gemía junto a mi oreja. ¡Mi madre estaba gozando conmigo! Mi polla no pudo más y sentí como mi semen se derramaba entre nuestros cuerpo sin dejar de movernos, gimiendo los dos como animales. Levanté mi cabeza y la besé levemente en los labios.<br />
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Permanecí sobre ella, sintiendo sus caricias y las últimas convulsiones de mi polla que menguaba y soltaba el poco semen que quedaba en mi interior. Me tumbé junto a ella y ninguno hablábamos, permanecimos quietos por un buen rato, impregnados en nuestros fluidos, sudorosos de placer… Habíamos cometido una especie de incesto y los dos habíamos gozado como nunca.<br />
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Ella se movió por fin y cogió del cajón una toallitas y empezó a limpiarme. Me quitó los calzoncillos y pasó su mano para limpiarme mi cuerpo. Agarró mi polla con una mano y la fue limpiando por todos lados. Mi pene se excitó con el contacto de la mano de mi madre y empezó a crecer de nuevo.<br />
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-¡Tranquilo hijo! – Me dijo mientras me daba un dulce beso en la boca. – Mañana hablaremos de lo que ha pasado… Pero no se lo cuentes a nadie, ni a tus amigos.<br />
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Se volvió y se quitó las bragas para limpiarse. La miraba, contemplaba su hermoso cuerpo y después se puso otras limpias y se echó a dormir mientras que yo permanecía desnudo a su lado. Me levanté y me marché a mi habitación a ponerme ropa y dormir en soledad. Le daba vuelta a lo que había ocurrido hasta que el sueño me venció por completo.administradorhttp://www.blogger.com/profile/18443014940484176176noreply@blogger.com0